Scorpions - Whitesnake - Gran noche en la ciudad
Dupla de rock duro en el Movistar Arena

Jueves 10 de octubre 2019
Movistar Arena - Bogotá
Cuesta creer que Scorpions superó la barrera de los 50 años de actividad. En un estilo como el rock la vitalidad es clave a la hora de encarar el estudio, o aún más, las tablas. Los de Hannover, Alemania, ofrecieron su segundo capitulo en la capital muy bien acompañados de Whitesnake, otros veteranos venidos del Reino Unido dueños de un repertorio de suma recordación. A ninguno de los dos les falta vitalidad.
No sorprendió ver el Movistar Arena nutrido de asistentes del techo al suelo. El plan de apreciar a dos bandas que hoy continúan escribiendo una historia dotada de voces pletóricas y buen trato de guitarras resultaba muy atractivo. Ninguna de las dos bandas defraudo ni en lo instrumental ni en retroalimentación con los miles allí reunidos.
Whiteskane partió sobre las ocho con David Coverdale aullando en ‘Bad Boys’. El sistema de sonido encontró pronto la ruta con equilibro entre guitarras y percusión. La voz de Coverdale se apreció a todo momento con sus virtudes. Los años hacen poca mengua en un artista entregado a la interpretación, cobijado por ese misterio de una auténtica estrella de rock.
Al frente de la tarima una pasarela permitió disfrutar de Coverdale en una experiencia más próxima. Dueño del escenario dio repaso a clásicos como ‘Love Ain’t No Stranger’, ‘Slow an’ Easy’ junto a temas de más reciente factura como ‘Trouble Is Your Middle Name’. Los guitarristas Rob Beach y Joel Hoekstra destacaron a lo largo del show. Michele Tupini dio color tras teclados mientras Michael Devin en el bajo y el experimentadísimo Tommy Aldridge en batería complementaban el combo. Este último se fajó un solo en tambores de impactante remate al tirar sus baquetas y tocar con sus manos.
Quien se precie de haber ido a un bar habrá escuchado a la fija ‘Is This Love’ y ‘Here I Go Again’, inmortalizados con sus clips que ensalzan los años ochenta. Ejecución hipnótica con la audiencia palpitando cada estrofa.
Luego de despachar otro bombazo como es ‘Still of the Night’ la culebra mordió profundo con ‘Burn’, original de los seminales Deep Purple, donde Coverdale alguna vez fue frontman. Con esos teclados memorables y toda la carga guitarrera aquello selló una revancha a lo que fue ese malogrado debut de 2011 en un ruinoso Coliseo el Campín.
Scorpions en cambio tuvo un debut en Colombia en 2010 con un apreciado show junto a Cinderella. Como mencionaba al inicio, un grupo de esta trayectoria poco tiene que probar y si su carrera se estira más de lo imaginable es en virtud a su magnetismo, aún en tiempos donde algunos dudan de la vigencia del género.
La noche se hizo más eléctrica por cuenta de los riffs alemanes. Uno tras otro hicieron mover brazos y cabezas en un ejercicio de nostalgia con cierta rebeldía. Aunque el repertorio no trajo muchas sorpresas, supo ofrecer a los congregados todos esos himnos de los que los canales de videos y la radio colombiana en menor medida dieron cuenta tiempo atrás.
Imposible no destacar la labor de Klaus Maine como maestro de ceremonias con el ataque a dos guitarras de Rodolf Schenker y Matthias Jabs. El aporte del baterista sueco Mikkey Dee recordó porque Motörhead siempre fue una aplanadora y la participación del bajista Pawel Macidowa no fue menor. Ese aguijón sigue siendo grande y capaz de rendir a cualquiera a sus pies.
Disfrutamos sin más de ‘The Zoo’, ‘Coast to Coast’ junto a un medley de los setenta que cazó perfecto con material más reciente como ‘We Built this House’. En un punto los músicos llegaron al filo de la pasarela para en acústico tocar ‘Send Me an Angel’ y engancharla a la muy sentimental ‘Wind of Change’. Bello ver las luces blancas desde la audiencia con Maine metido a fondo en su interpretación.
Mikkey Dee se elevó junto a su kit de batería aunque nos quedó debiendo ese homenaje que se hace a Motörhead con algún cover. Las portadas de la extensa colección discográfica de los teutones se proyectó en pantalla para arrojarse por la siempre afilada ‘Blackout’ y magnificar la velada con ‘Big City Nights’.
Hubo un regreso al escenario con el pedido de los exaltados espectadores para dos infaltables: ‘Still Loving You’ y ‘Rock You Like a Hurricane’. Venia de los protagonistas y un recinto que hizo ruidoso eco con miles de aplausos.
Ambas formaciones enamoraron, sacando jugo a su tiempo en tarima, dando lo que muchos deseaban. También dejaron manifestó que continúan escribiendo y grabando material a la altura de su leyenda. Las grandes pantallas con llamativas imágenes y un sonido diáfano redondearon un espectáculo difícil de olvidar.
Alejandro Bonilla Carvajal
Fotografías: Khristian Forero
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