Blur: actualidad, clásicos, sorpresas y mucho britpop
Vimos al retornado conjunto en la capital de Irlanda

Malahide Castle & Gardens, Dublín, Irlanda
Estuvimos en Dublín para el primer show masivo en solitario de Blur, que visitará Chile en noviembre próximo. Con entradas agotadas y el Castillo de Malahide como telón de fondo, el grupo volvió a la capital irlandesa tras diez años, para desplegar en show que fue mucho más que un pegoteo de éxitos y hits radiales.
Con 'Crossroads' (de Tony Hatch & His Orchestra) sonando de fondo, Damon Albarn, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree entran al escenario sin aspavientos ni grandilocuencia, recibiendo la apoteósica ovación de las 25 mil personas que llegaron a verlos a los jardines de Malahide, antes de arrancar el set con el rock ligeramente pesado de 'St. Charles Square', adelanto de su próximo disco "The Ballad of Darren" a lanzarse en julio y que todo indica será el segundo sencillo del LP.
Con un Damon enérgico y aún dando saltos en el escenario -como lo hace desde hace más de 30 años cada vez que toca con Blur- la banda da también un salto temporal desde se futuro próximo a su primer álbum, para desempolvar la pegajosa 'There's No Other Way'. Tras esto, arranca un paseo por algunos de sus discos más reconocidos de los 90: 'Trimm Trabb', la inmensa 'Beetlebum', o la siempre recordada 'Coffee + TV', con Coxon a cargo de la voz principal. Sin embargo, este 2023 no sólo marca un nuevo regreso del cuarteto de Essex –que en el escenario se transforma en quinteto con Mike Smith en los teclados y saxo- sino que también conmemora los 30 años del "Modern Life Is Rubbish", su segundo trabajo, que marcó la ruta para lo que definiría el sonido del grupo y que pese a no ser un batacazo en ventas, el tiempo lo ha transformado en uno de los favoritos de los fanáticos y de la crítica. Tal vez con esto en mente es que la banda decide adentrarse en este disco interpretando 4 canciones, de las cuales solamente una fue un single de circulación radial, destacando en esta oportunidad 'Colin Zeal', que hace su primera aparición en vivo desde 2012.

Tras la nostalgia britpopera, Blur vuelve no sólo al presente sino que a la contingencia para presentar al público por primera vez 'Russian Strings', una balada que Damon Albarn introduce diciendo "Las cosas están definitivamente cambiando en Europa del Este por el momento. Ojalá algo positivo salga de esto", antes de aclarar que nunca la han tocado en vivo, "pero se siente apropiado tocarla esta noche". Este no fue el único guiño a la coyuntura que hicieron los londinenses durante la noche, Graham Coxon entre sus cambios de guitarra dejaba ver su polera de The Abyss, la película de 1989 dirigida por James Cameron (director también de "Titanic"), donde un grupo de buzos debe rescatar un submarino nuclear hundido en el fondo del océano. ¿Coincidencia? No lo creo. Mientras que Albarn -reconocido fanático del Chelsea- aprovechó que alguien de la primera fila le regaló una camiseta del Manchester City y otra de Oasis, para felicitar –o algo parecido- al equipo ciudadano por su buena temporada. Eso sí, no exhibió en ningún momento las poleras, y no, tampoco pidió el regreso de Oasis.
La segunda parte del set estuvo más cargada a los hits, con el debut en este tour de 'Stereotypes', 'Parklife' tuvo en escena al mismísimo Phil Daniels (sí, el del video) como invitado para recitar los icónicos versos en uno de los peaks de la noche. El imbatible romanticismo de 'To the End', la siempre necesaria 'Song 2' y 'This Is a Low', cerrando una hora y 20 minutos de concierto. Para el encore sólo puntos altos, comenzando con 'Girls & Boys' -especialmente dedicada a la diversidad sexual en la misma jornada en que Dublín vivió su masiva Pride Parade por el Día del Orgullo-, la experiencia colectiva que logra la banda cada vez que toca 'Tender', un nuevo clásico ya incorporado por los fanáticos como es su reciente single 'The Narcissist', antes de terminar por todo lo alto con los violines barrocos sonando en 'The Universal' y todo el lugar coreando "it really, really, really could happen" con sus brazos en el aire.

23 canciones para una hora y 54 minutos de show, donde lo único que se echó de menos fue la inclusión de sus discos más recientes como "Think Tank" o "The Magic Whip", pero sin duda un regreso a la carretera de Blur que se siente más orgánico y menos morboso que sus reuniones anteriores. Con un Damon bromeando en el escenario con sus compañeros, un Graham Coxon que no dudó en lanzar su guitarra al aire o darse alguna voltereta en el piso cuando lo sintió necesario, Alex James sonriente en todo momento con su público y fiel a su estilo como si los 90 aún no terminaran y un Dave Rowntree que no falla en la batería para marcar el tempo de un grupo de camaradas que conquista a nuevas generaciones y saben pueden volver a hacer esto cada vez que quieran. Y de hecho lo volverán a hacer, no sólo en el resto de sus fechas europeas, sino que también con su próxima visita a Sudamérica que los traerá a Chile en noviembre para encabezar el festival Fauna Primavera junto a sus contemporáneos de Pulp. Para ese entonces, ya con "The Ballad Of Darren" bajo el brazo, por lo que podemos esperar algunos cambios en la lista de canciones y quizás las incorporación de algún otro clásico noventero como 'Charmless Man' o 'Country House', que esta vez no alcanzaron a entrar en la lista.
Texto y fotos: Pablo Álvarez

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