Mastodon y Gojira, mística y virtuosismo
Bogotá se reencontró con dos de las fuerzas más intensas del metal actual en una noche memorable
Texto CARMENZO HARTMANN
Fotos CHRISTIAN CONTRERAS
Tuvieron que pasar muchísimos años para que Mastodon regresara a Bogotá después de telonear a Metallica en una de sus múltiples giras. Bill Kelliher (guitarra+coros), Troy Sanders (bajo+voz), Brann Dailor (batería+voz), y Brent Hinds (guitarra+voz) subieron al escenario hacia las 8 de la noche, y en medio de impresionantes visuales dieron inicio a un viaje psicodélico en el que nos sumergieron con la fuerza de un gigante prehistórico.
“Gobblers of Dregs” fue la primera muestra del sonido lisérgico, aplastante y laberíntico que trajeron los cuatro de Atlanta. Dailor, Hinds y Sanders se turnaron en las voces principales, mostrando que hay muchas otras formas de trabajar este aspecto en el rock duro. Junto a la batería les acompañaba el teclista brasileño João Nogueira, conocido en algunos círculos por trabajar con The Claypool Lennon Delirium.
Con un pie en los años 70 y otro en el Siglo XXI, la banda mostró consistentemente su virtuosismo en canciones como “Divinations”, “Sultan's Curse”, “Bladecatcher”, “Black Tongue”, “High Road” y “Steambreather”, dejando para el final su emblemático “Blood and Thunder”, que fue interpretado en compañía de Joe Duplantier haciendo parte de las voces.
Después vendría un rápido cambio de equipos sobre la tarima, y ya estaría todo listo para que otro animal mítico pisara fuerte en la Movistar Arena. Los hermanos Duplantier (Mario/batería y Joe/guitarra+voz), acompañados por Jean-Michel Labadie (bajo) y Christian Andreu (guitarra), ocuparon sus lugares hacia las 9 de la noche, y la estructura del venue empezó a sacudirse con “Ocean Planet”. Como era de esperarse, la banda francesa ofreció un concierto bastante parecido al que presentó el 4 de septiembre de 2022 en el mismo escenario, y con sus fanáticos más leales repasó su historia en canciones como “Stranded”, “Flying Whales”, “The Cell”, “Another World”, “Oroborus”, “The Chant” -en la que colaboró Brent Hinds-, y “L'enfant sauvage”. El solo de batería de Mario Duplantier suele ser breve, no alcanza a hacerse aburrido (como tantos otros), y le permite mostrar la profunda simpatía y conexión que ha establecido con su público.
Gojira confirma que la clave del verdadero éxito y la trascendencia radican en la autenticidad que trae la exploración sonora, y ha llevado los sonidos extremos a espacios que antes no alcanzaban a imaginar, aportándoles elementos innovadores y diversos. Hay mucho de ritual en sus conciertos, una mística especial en la que puede haber perfectamente un pogo en medio de personas que parecen sumergidas en el trance.
Después de una cortísima despedida, el encore llegó con “The Heaviest Matter of the Universe”, “Amazonia” y “The Gift of Guilt”. Con desbordadas muestras de cariño por parte de la fanaticada, los franceses ya tienen claro que por estas tierras con más que bienvenidos.
Sería injusto olvidar la participación de Darkness, la mítica agrupación bogotana, invitada a abrir el espectáculo con el liderazgo de Oscar Orjuela en esta nueva etapa. El cuarteto interpretó algunos de sus clásicos más unas cuantas piezas del álbum que lanzó recientemente con el título de ‘Inhumanidad’.
El Mega-Monsters Tour resultó ser una interesante combinación en la que Mastodon y Gojira, a pesar de ser bandas con más de dos décadas de historia, mostraron nuevas posibilidades para el público del metal, que por momentos parece atrapado en sonidos de los 80. Acá hay perspectivas frescas y renovadoras que han dado una pelea larga para consolidarse entre los más grandes nombres.
Aunque la sobreoferta de conciertos pueda estar afectando la afluencia de público, este tipo de shows siempre contará con la gratitud de un público fiel, y serán bienvenidos una y otra vez.
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