Xandria en Chile: Pesadas sinfonías

Xandria/Caterina Nix
22 de octubre de 2016 - Club Subterraneo, Providencia
Santiago - Chile
Siete años e importantes cambios de formación pasaron para que Xandria volviera a nuestro país. Su actual gira Fire & Ashes Over South America los traería de vuelta tras una larga espera que sus fans deseaban terminar, presentándose en el Club Subterráneo de Providencia.
Caterina Nix fue la encargada de abrir los fuegos ante un público que seguía llegando al recinto al momento de comenzar su presentación. Su metal melódico fue bien recibido por los presentes que disfrutaron cada momento de su show, el cual contó con un sonido a la altura, a pesar de que a ratos la voz se percibiera un poco más baja que el resto de los instrumentos, al igual que la guitarra. De todas formas, la presentación de la cantante nacional contó con el apoyo de los asistentes que disfrutaron tanto de material ya conocido, así como también de parte de lo que será su próximo álbum, que se espera sea lanzado en 2017. Aproximadamente 30 minutos duró lo de Caterina y sus músicos, los cuales demostraron técnica y energía, por lo que su show fue ideal para acompañar a lo que se vendría después.
Xandria aparecería en escena cerca de las 21:25, comenzando su show con Nightfall, del álbum Sacrificium de 2014, contando inmediatamente con un claro sonido que se mantendría durante toda la presentación. Sin mayor pausa siguió Blood on my Hands prendiendo a un público que ocupaba, poco menos, de tres cuartos de la capacidad total del local elegido para la jornada. Tras un saludo y agradecimientos por parte de la vocalista Dianne Van Giersbergen (única holandesa en la banda), el show continuaría con Unembraced, del más reciente EP, lanzado hace ya un año. El setlist, por su parte, se centró en sus trabajos más recientes, dando un espacio menor a álbumes más antiguos y dejando de lado al álbum debut de 2003, Kill the Sun y Salomé: The Seventh Veil de 2007.
El ánimo de la banda queda demostrado apenas inicia el show, con una gran energía desplegada sobre el escenario. Incluso con temas más calmados como Forevermore, los alemanes destaparon su potencia en vivo, además cada miembro demostraba cuan feliz eran arriba del escenario, sobre todo Van Giersbergen, que agradecía constantemente a sus fans y se movía de diversas maneras, por otro lado el bajista Steven Wussow, tomó el micrófono para hacer gritar a los fans lo más fuerte posible y para dar paso a Until the End. De esta forma, canciones como Dreamkeeper, The Undiscovered Land, y Stardust que fue precedida por una breve imitación de la intro de Wasted Years de Iron Maiden por parte del guitarrista y fundador Marco Heubaum, quien se notaba mucho más tranquilo y concentrado a la hora de tocar-, fueron marcadas por la actitud contenta de la banda, así como por su pesado y sinfónico sonido. El público, por su parte, se manifestaría más eufóricamente en los sectores más cercanos al escenario, estando los presentes de la parte de atrás del recinto más calmados y centrados en ver y escuchar el show.
Ya acercándose el final del show, llegaría Ravenheart -presentada por Van GIersbergen como un clásico y siendo bastante bien recibida-, Voyage of the Fallen, y la que fue anunciada como la última de la jornada, por lo que se pidió a los presentes saltar durante ella, Cursed. Tras retirarse por unos breves momentos, la vocalista preguntó a los fans desde atrás del escenario si querían más, recibiendo una obvia respuesta. The Nomads Crown y la aclamada Valentine fueron las encargadas de cerrar cerca de una hora y veinte minutos de metal sinfónico. Luego los agradecimientos correspondientes, además de una foto junto al público, la banda se retira definitivamente que a varios le pudo parecer un show corto, pero que tuvo lo esperado.
Xandria terminó con un largo periodo de ausencia en Chile, con una gran presentación, la cual no le faltó energía ni potencia, e incluso el sonido estuvo de su lado. La felicidad expresada por cada miembro era evidente, por lo que no sorprendería que un nuevo regreso se materialice en los próximos años, aunque esperando que no pasen tantos como con la vez anterior. No importó que el recinto no se llenara a su máxima capacidad o que la duración haya sido incluso menor a lo que muchos esperaban, ya que tanto los fans como la banda misma disfrutaron lo vivido. El pesado sonido de la banda más la operática voz de Van Giersbergen triunfaron frente a su público, y éste logró que la banda se llevara una buena impresión. Todos ganaron.
Luciano González
Fotos: Negra Ho
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