Primera jornada del Chile Rock Festival 2: Faltó el acompañamiento

Viernes 7 Octubre 2016
Kmasú Premiere
Cuesta creer que un festival tan bien organizado, con mucha gente compartiendo el cartel en señal de lazo con la escena nacional, tuviera tan poca gente, nulo apoyo, incluso estando a un precio tan accesible. Así, nuestra escena tiene pocas oportunidades de avanzar.
La banda encargada de abrir los fuegos fue Cabrío, que lamentablemente por comenzar con un retraso considerable, su correcta presentación sólo incluyó tres canciones. Lamentable. Desde Puente Alto llegó Alavena, con un buen sonido y un set que permitió el lucimiento de canciones Color ceniza , agregando que pudieron sortear con profesionalismo un desperfecto en la batería, entregando un interesante jam.
A pesar de los problemas de sonidos experimentados, Crude Bastard lograron una presentación muy buena. Premunidos de temas como Dead Alive , su propuesta influenciada por el heavy metal clásico no logró una réplica total en los presentes. Desafortunadamente, ellos también tocaron demasiado poco, sólo 15 minutos. Los Hijos de Algo si alcanzaron un potente, aunque poco refinado. El trío logra conexión con el público gracias al llamativo juego de luces durante su show, especialmente con Blackout , arrancando aplausos espontáneos.
Karma entregó una propuesta interesante. Tracks como Ni olvido ni perdón fueron la plataforma perfecta para una muestra llena de virtuosismo y sonidos progresivos, además de gozar de un gran sonido y puesta en escena. Al despedirse, el vocalista de la banda le desea la muerte a todas las bandas tributo, con lo que se gana una gran ovación.
El reloj marcaba 22:15 y cualquiera creería que a esta altura de la noche estaría lleno por el gran cartel que se anunció, con la realidad anunciando todo lo contrario. Bajo este ambiente comienza la más que correcta presentación de Drake. La respuesta e Inmortal fueron coreadas de buena gana por los asistentes, que en ese momento llegaban a los 400 en Kmasú.
Steelrage fue sinónimo de heavy metal directo y entretenido, como lo demostró la gran respuesta de la gente al interpretar No More Excuses . Witchblade, real institución del metal nacional, demostró su carrete con un gran sonido y juego de luces, entregando todo de sí a los fanáticos, aunque varios parecían prestar más atención a la barra más que al escenario. Al escuchar Sign of Salvation se nota a una banda muy concentrada.
Tras integrar el RockUnion Fest hace unos días, Raza volvió a Kmasú. Lamentablemente, la gente no acompañó como se esperaba, aunque la energía desplegada sobre el escenario, sobre todo en piezas como Mentiras , Por la razón o la fuerza y Desplazados, dejando claro que el metal sigue con buena salur cuando se habla de ejecución.
Cerca de la 1 de la mañana salió a escena Crisálida. Con un presente absolutamente aupicioso, ganando premios con su reciente álbum -"Terra ancestral"- y una agendada salida a Europa para el mes de noviembre, la banda de Cinthia Santibáñez presentó una puesta en escena increíble y un sonido de otro nivel, que los pocos presentes supieron apreciar. Cabo de hornos se escuchó poderosa. La cantante ofició de maestra de ceremonias, dando cuenta de toda su experiencia en dichas lides. Morir aquí y Mi libertad demostraron ese metal con toques progresivos, marca de agua del grupo. Con Solar terminaron cuarenta y cinco minutos de maravillosa presentación.
Los históricos Dorso cerraron la primera jornada, en un espectáculo para el que la mayoría de los fanáticos parecían estar esperando, pues sólo en aquel momento se atrevieron a ocupar la cancha del recinto. Rodrigo "Pera" Cuadra y compañía llenaron de metal la madrugada sabatina desde principio a fin. Silvestre Holocaust y Alquimia y búsqueda , además de clásicos como Hidra dieron fin a un encuentro que quedó al debe en convocatoria, impidiendo el disfrute en su totalidad.
Samuel Víctor Acevedo
Fotos: Jorge López C.
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