Guns N Roses - Así baila Mr. Brownstone

Miércoles 23 de noviembre de 2016
Estadio Atanasio Giradot - Medellín
Para nadie fue sorpresa el cálido recibimiento que tuvo la reunión parcial de la agrupación original de Guns N Roses (nombre de privilegiado estatus en el mundo del rock), representada en tres quintas partes con el vocalista Axl Rose, el guitarrista Saul Slash Hudson y el bajista Michael Duff McKagan, en una gira que, cerrando 2016, traería a la agrupación a tierras colombianas por tercera ocasión tras el ya mítico concierto de 1992 y la visita de 2010. El lugar escogido en esta ocasión fue el estadio Atanasio Girardot de la ciudad de Medellín al que religiosamente acudieron cerca de cuarenta mil personas deseosas de disfrutar la letal descarga de rock sucio y decadente que siempre les ha caracterizado. Como valor agregado, al evento se sumó la presencia del baterista Marky Ramone, otrora integrante de la legendaria banda punk Ramones, como artista invitado.
Sobre las 8:00 p.m. apareció en el escenario el avezado baterista acompañado de su banda para brindar un breve pero contundente repertorio compuesto por extractos de la dentada discografía ramonera cuyo kit comandó por más de diez años. Iniciando con Rockaway Beach, Ramone y compañía no se permitieron un respiro al interpretar en rápida sucesión cortes de la talla de Sheena Is a Punk Rocker, Pet Sematary, Rock & Roll High School y I Wanna Be Sedated, todo con la integridad que se espera de alguien que hizo parte de las filas de una leyenda del punk. Tras poco más de media hora, la presentación culminaría con la siempre favorita Blitzkrieg Bop dejando al público eufórico.
Llegadas las 9:00 p.m. las luces del escenario se apagaron y de los parlantes brotó la melodía introductoria del show de los Looney Tunes, muestra del irreverente humor propio de Guns N Roses, y uno a uno hicieron presencia en tarima los integrantes. Rose armado con el micrófono, McKagan empuñando su bajo con autoridad y Slash con su Gibson Les Paul al hombro y su característico sombrero de copa. Acompañando a los tres miembros originales estaban el veterano Dizzy Reed en los teclados, Richard Fortus en la guitarra, Frank Ferrer en la batería y Melissa Reese en teclado y voz.
La velada abriría con dos cortes del debut, Its So Easy y Mr. Brownstone, muestras idóneas del sonido afilado que ganó notoriedad a la banda. Chinese Democracy, canción que da nombre al polémico (y famosamente demorado) lanzamiento del 2008 continuó el repertorio en una lectura sorpresivamente interesante antes de dar paso a Welcome to the Jungle, el sencillo que los encumbró a sus inicios como uno de los mejores cronistas de la decadencia y los excesos propios de los ochentas. Fue también en esta pieza que pudo apreciarse que la voz de Rose, si bien no se ha salvado de la factura que llega con el paso del tiempo, se encuentra en mejor estado de lo que sus detractores quieren hacer ver.
Double Talkin Jive se benefició de una apasionada interpretación que hizo plena justicia a la solidez de su composición y fue seguida por una dupla de extractos de Chinese Democracy en forma de Better y Catcher in the Rye. La siguiente parada fue Rocket Queen que contó con un exquisito duelo de solos entre Slash y Fortus, ubicándola como uno de los puntos altos de la noche. Estranged, una de las más esperadas por los asistentes, cumplió a cabalidad las expectativas con su clímax, coronado en debida forma con un solo de guitarra de Slash quien cuenta con matrícula de honor en solos apoteósicos.
Live and Let Die, primer cover de la noche, hizo las delicias de los asistentes antes de que los furiosos golpes de Ferrer anunciaran la aplastante descarga de You Could Be Mine, otro de los picos de la presentación amén de la impecable interpretación de los músicos y el eufórico recibimiento del público. McKagan asumiría el mando del micrófono para la siguiente canción, un excelso cover de New Rose de The Damned, antes de que Rose retomará el liderato para entonar This I Love, última representante de Chinese Democracy de la noche y demostración irrefutable del talento de Reed sobre las teclas.
La grabación del diálogo de la cinta Cool Hand Luke sirvió como introducción para la colosal Civil War cuya magistral transición de la quietud de las estrofas a la explosión del estribillo dio fe de que la química de antaño entre Rose, McKagan y Slash no se ha visto deteriorada en lo más mínimo. Coma, una de las composiciones más ambiciosas en el catálogo de la banda, dio continuidad al show demostrando la excelente coordinación existente en la agrupación.
Slash tomó el mando para interpretar su propia versión de Speak Softly Love o como es mejor conocida, el vals de The Godfather de autoría de Nino Rota, la pieza culminó en un exquisito solo improvisado a cuyo término el estadio retumbó al son del riff principal de Sweet Child OMine, tema que goza del profundo afecto de los rockeros colombianos como quedó demostrado en la forma en que fue coreado a lo largo y ancho del recinto. My Michelle devolvió la presentación a terrenos del hard rock venenoso propio de los inicios de la banda antes de que Slash y Fortus entablaran un nuevo diálogo musical en forma de un cover instrumental de Wish You Were Here de Pink Floyd.
Rose reapareció en el escenario para entonar las notas del segundo segmento de Layla de Derek & The Dominos acompañado por Slash imprimiendo su sello a las melodías originalmente conjuradas por Eric Clapton. Seguiría una dupla de baladas hechas a la medida del público, November Rain y Knockin on Heavens Door, las cuales fueron coreadas por todos los asistentes como los temas de buena recordación que son. El set principal finalizaría con la atronadora Nightrain cuyo solo final (marca registrada Slash) hizo estallar la plaza en ovaciones.
Tres cortes conformaron el encore; la balada Dont Cry, antecedida por un cover al intro de Babe, Im Gonna Leave You de Led Zeppelin, un asombroso cover de The Seeker de The Who, y finalmente los explosivos riffs de Paradise City que incitaron al público al desenfreno como culminación a una presentación impecable.
Con el concierto de anoche en Medellín quedó demostrado que, más allá de la imposibilidad de ver al quinteto original dada la ausencia de Izzy Stradlin y Steven Adler, este es el mejor Guns N Roses que el mundo del rock ha visto en mucho tiempo, algo por lo cual todos debemos estar agradecidos teniendo en cuenta, no solo la historia y los pergaminos que el grupo exhibe con orgullo, sino la reivindicación de su vigencia como uno de los exponentes cumbre del hard rock en su estado más puro.
Kerym Rivas
Fotografías: Katarina Benzova
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