Knotfest México: ¡Alto voltaje!

Sábado 15 y domingo 16 de octubre de 2016
Centro Dinámico Pegaso Toluca, México
Se realizó en territorio Azteca la segunda edición del Knotfest, un evento desarrollado con el amparo de la banda procedente de Iowa, el cuál ha cruzado las fronteras estadounidenses y se rumorea que pronto llegará a Colombia. Estuvimos presentes en sus dos encendidas jornadas para relatar cómo se vive esta maratón de puro heavy metal.
Un día bastante cálido recibió a las 40 mil personas que aproximadamente se acercaron al Centro Dinámico Pegaso. El proceso de ingreso fue bastante ágil. Adentro los escenarios Main Stage y el Iowa Stage aguardaban para exponernos a más de 30 agrupaciones de primerísimo nivel.
Los juegos mecánicos, el Museo de Slipknot, los puntos de comida y cerveza y otras zonas abiertas fueron destinadas para complementar la acción en tarima.
Primera jornada
El sábado tendríamos el gusto de apreciar a los mexicanos S7N y Attila abrir fuegos con una muy favorable respuesta de los espectadores. Poco después los estadounidenses Chevelle expondrían sus capacidades melódicas. Disturbed, dueños de un repertorio con varios sencillos explosivos pusieron a saltar y cantar a la gente. La banda del cantante David Draiman la cual hasta hace poco se daba por perdida, supo mostrar por qué resultan entre los favoritos en esta clase de citas.
DevilDriver con un furioso Dez Fafara al micrófono y un extraordinario trabajo en guitarras remeció el Escenario Iowa recién entrada la tarde. Lo propio hicieron The Black Dahlia Murder; el referente del death metal melódico gringo aprovechó cada minuto en tarima para revalidar su calidad. Sevendust contaron con el respaldo de un buen sector de la audiencia que claramente les conocía pese a siempre haber estado algunos escalones por debajo en popularidad.
De regreso al escenario principal nos topamos con un Marilyn Manson algo errático, al cual el gancho de sus clásicos del rock industrial por momentos le juegan malas pasadas en directo. El Anticristo tuvo una batalla con los fotógrafos acomodados en el foso, e iba de lado como una bestia enjaulada mientras interpretaba los temas que le hicieron famoso en los noventa y comienzos de este siglo sin tanto garbo.
Los icónicos Slayer serían los siguientes en abordar el escenario. Ofrecieron un show infernal y categórico, con todo su arsenal de thrash metal. Este fue uno de los momentos más encendidos del festival, con el cuarteto californiano sonando muy afilado de inicio a fin en medio de una decoración más que propicia para esta faena.
De regreso al escenario Iowa apreciamos el trabajo de Killswitch Engage y Meshuggah. Los primeros resultaron muy refrescantes, gracias a sus energéticas melodías las cuales se funden con la sólida base rítmica. Por su parte los suecos Meshuggah asaltaron con riffs extraterrestres, inquietante densidad y mucha furia. Ser el acto top de esta tarima fue todo un acierto dada la cátedra que otorgaron estos maestros de la brutalidad.
Ad portas de publicar su séptimo disco de estudio, Voltaic Oceans, la banda de Orange County, Avenged Sevelfold, comandó el escenario principal con su mezcla de hard rock y heavy metal. Gozaron de una llamativa decoración donde el preciso trabajo de sus guitarristas es uno de los puntos fuertes del conjunto. El vocalista M. Shadows logró la conexión con la gente a lo largo de la actuación que culminó sobre la medianoche.
Segundo día
La fecha de cierre contaría con una mayor audiencia con respecto a la de ayer. Obviamente Slipknot era la razón principal dada la fanaticada que apoya al combo de enmascarados.
Thell Barrio abrió en el escenario principal. Esta es una agrupación bastante conocida en México. Para su presentación estuvieron ataviados con prendas muy similares con un mensaje social que capturó tanto a los desprevenidos como a los conocedores de su propuesta.
En el Iowa Stage las cosas se pondrían muy interesantes con la salida de los power metaleros Iced Earth a escena, la crudeza de los pioneros gore Carcass, y el dinamismo de Arch Enemy con la hermosa Alissa White-Gluz al frente. Los círculos humanos donde el pogo hacía de las suyas eran la constante a medida que se nos pasaba la tarde. Sin embargo el picante sol haría mella sobre algunos de los espectadores que deshidratados e insolados debieron ser atendidos por personal médico.
Los incombustibles Ministry dejarían un muy comentado show en el escenario principal. Dueños de un repertorio donde el industrial de viejo cuño resulta marca de la casa y con un frontman tan estrafalario como Al Jourgensen, no defraudaron en ningún momento. Para el recuerdo: un personaje que imitaba al candidato presidencial Donald Trump se batiría a golpes con Jourgensen. Divertimento del bueno.
Deftones serían los siguientes invitados. La banda que comanda Chino Morero resultó ser una de las más ovacionadas del festival en virtud a su calidad. No cabe duda que marcaron a toda una generación y aquí Moreno supo esforzarse, saltando entre la audiencia y poniendo a trabajar seriamente a las fuerzas de seguridad. Varios de los clásicos del grupo tuvieron como replica los coros y emoción de un público que simplemente no quería que se marcharan.
La emoción juvenil e irreverencia propia de The Offspring llegarían al final de la tarde. Infortunadamente no gozaron del mejor sonido pese a entregar un set repleto de los hits que componen su extensa y triunfante carrera. Otra vez será.
El momento final sería para los anfitriones de la fiesta: Slipknot. El caos enmascarado se tomó el escenario principal con un performance arrasador en el que el metal y una gran actividad por parte de cada uno de los músicos son las principales características. Les respaldaba el liderazgo que han mantenido con su estilo por década y media.
Desafortunadamente algunos problemas técnicos por poco echan por tierra lo que se proyectaba como el concierto definitivo de esta maratón. En un punto la banda perdió el sonido por completo, hubo una pausa de cerca de diez minutos, y un regreso a escena que retomó la explosiva ruta, aunque en aquel lapso varios asistentes perdieron la fe y abandonaron el recinto.
Lacerantes clásicos desde sus cinco producciones estuvieron presentes en un escenario dotado con dos escaleras, una pasarela superior, enormes pantallas, telón de fondo y baterías hidráulicas. Corey Taylor sabe muy bien cómo mantener un concierto a tope de adrenalina, en el que pese al frío y cansancio que rodeaba a muchos, el frenetismo se prolongó más de la cuenta.
De esta manera culminó la segunda edición del Knotfest en México con un saldo muy positivo en lo que a asistencia, producción y calidad de los artistas comprende. Esperemos este modelo se replique muy pronto en Colombia, ya que es sabida la acogida que tiene el público allí por el metal. Bronceados por estas dos jornadas de decibeles solo podemos afirmar que el Knotfest es un pandemonio necesario para el alma.
Por: Alfredo Juárez Villa
Fotografías: Khristian Forero
Agradecimientos especiales: Martha Liliana Chaves
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