Napalm Death: Estruendoso y sin concesiones

Domingo 3 de julio de 2016
Parque Metropolitano Simón Bolívar Bogotá
Cinco son las veces que yo recuerde ha venido Napalm Death a Bogotá. La primera y única como testigo ausente se materializó en 1997 con un inolvidable concierto en el extinto Teatro Lux del centro de la ciudad. El balance dejo serios incidentes puertas afuera del recinto en locales aledaños y algunos detenidos. Un buen titular para la prensa de entonces y también un recuerdo de oro para más de un metalero del siglo pasado.
Como un huracán la banda se ha mantenido viniendo a la capital en los años siguientes a ese debut, dejando shows de nota muy alta respaldados en el lanzamiento de discos para alargar su leyenda. Los de Birmingham constituyen garantía de metal extremo pioneros del estilo con altas dosis de comentario social y político. Sin embargo las quinientas personas que les vieron en 2004, o las 600 reportadas tras su show en 2014 no coinciden con el peso de semejante trayectoria y culto.
Esta vez el cuarteto fue visto por miles de personas (cuando mínimo 20 mil) como parte de una gira sudamericana en apoyo a su reciente disco Apex Predator Easy Meat. Como en el caso de Sepultura, su participación era reclamada desde hace mucho y este era momento optimo para darles su tiempo como acto de cierre de la jornada. La controversia sobre los festivales gratuitos afectando los shows pagos la dejamos al margen para solo mencionar que como en el fútbol o una película cuando es transmitida por la TV abierta para el disfrute de todos, acá sucedió lo mismo. Lección de muchos y placer repetitivo para otros. ¿Qué hay de malo en ello?
La actuación desde la partida estuvo al filo de lo más pesado que se haya visto por las tarimas del Simón Bolívar. Parte obviamente de una amplificación al máximo, más sumada a cierta reverberación que no sé que tanto incomodó a los músicos, pero hizo de su aparición un hecho retumbante.
La banda funciona de la misma manera que lo ha venido haciendo por más de dos décadas, con Shane Embury martillando en el bajo, Danny Herrera inmisericorde sobre los tambores y un endemoniado Barney Greenway portando el micrófono. No vino esta vez el guitarrista Mitch Harris siendo relevado por John Cooke, hombre con credenciales en el underground extremo. Arriba de la tarima todo muy en su punto, con el grupo afilado en cada componente y una propuesta que no tiene cuestionamientos.
Greenway se batía él mismo en un combate mientras escupía sus letras directas con una banda sonora realmente corrosiva. Siempre apocalípticos y caóticos, lanzaron bombas como Scum, Breed to Breath, Suffer the Children, You Suffer junto a un par de covers con el mejor gusto: Conform, de los hardcoreros Siege y la infaltable Nazi Punks Fuck Off, original de los punks Dead Kennedys.
La sudorosa actuación rebasó la hora de duración. Lo justo y necesario para afectar nuestros cuellos, y eso que Rock al Parque aún no termina. En lo que respecta a Napalm Death, otro exitoso día de trabajo en la oficina de la brutalidad anticorporativa.
Alejandro Bonilla Carvajal
Fotografías: Khristian Forero
Galería fotográfica del segundo día de Rock al Parque
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