Uniendo eras: La segunda jornada del Marillion Weekend
Sábado 20 de mayo, 2017
Teatro Caupolicán
Es la segunda noche del Marillion Weekend en Chile. Algo se sabía de cómo venía el show, pero esperábamos ansiosos la comprobación de las expectativas. La posibilidad de escuchar completo material reciente instalaba cierta ansiedad por escuchar en vivo un disco no consolidado.
En la previa, los argentinos Bad Dreams anunciaban con su sonido lo que se vendría más adelante: dosis de progresivo. Porque en su breve show es eso lo que entregaron. Tanto en el pulso como en las armonías y la habilidad instrumental, los trasandinos mostraron credenciales de primera línea. Destilando un rock elaborado y de alto vuelo, el quinteto, presentado por Steve Rothery, justificó con creces su presencia. Para destacar el tema Deja Vu, que en su versión de estudio cuenta con un solo del mismo Rothery. Los hermanos argentinos dejaron una vara alta y al público expectante por lo que se venía.
Pues bien: Marillion literalmente hizo retroceder el reloj hasta 1988, dedicando la primera parte de su show al disco Clutching at Straws, última producción de la era Fish del grupo. Estéticamente, el set list fue una suerte de apropiación. Porque es interesante que temas tan identificados con Fish fueran ejecutados e interpretados por la voz de Hogarth. El resultado es espectacular. No sólo porque Marillion se reencuentra en el escenario con su vocación progresiva más profunda, sino porque la sintonía con el público es completa. En nuestra subjetiva opinión Clutching at Straws es uno de los mejores discos del conjunto, y la oportunidad de escucharlo en vivo, casi entero, es un lujo que sólo se da en un Marillion Weeend. Una vez más, como en la primera noche, hablamos de una exploración profunda en la discografía del grupo. Pero más aún, es una indagación en la relación entre la banda y sus fans. Y el modo que tiene Steve Hogarth de hacer propias las composiciones de Fish. No hubo dos visiones: entrega total entre artistas y público. Cada tema fue aplaudido de pie por la concurrencia. Fue casi una hora intensa, donde es difícil distinguir un momento alto del otro. ¿Incommunicado? ¿Sugar Mice? ¿Warm Wet Circles? Personalmente, creo que el cierre con Market Square Heroes fue de lo mejor. A esas alturas, el álbum fue había sido repasado en sus cortes esenciales, con guiños al Misplaced Childhood incluidos y la banda pedía un pequeño descanso, para volver luego a adelantar el reloj.
El tiempo cronológico se aceleró pero el tempo musical halló reposo. Es 2017 y Marillion presenta su disco actual: "F.E.A.R.".
El registro es otro. Si en la primera parte primó lo que sucedía en el escenario, con humo y luces robóticas, con solos instrumentales y un Hoggart de chaqueta de cuero, la segunda parte muestra a un frontman de elegante abrigo, preferentemente sentado en el teclado, mientras el protagonismo visual lo toman los videos y animaciones de las pantallas. Todo muy en el tono de lo que F.E.A.R. es como disco. Un disco para digerir, de mucha atmósfera, ritmos pausados y capas sonoras a develar. El show estuvo en sintonía con dicha estética. Y todo lo que dejó de lado en ritmo e intensidad, lo tomó en hondura emotiva. Hoggarth una vez más reveló la versatilidad que tiene como voz y protagonista del espectáculo. El cambio de tono lo ubicó en otra zona expresiva donde era tanto o más eficiente que en la primera parte del recital. No se trata sólo de que sean composiciones propias, sino que el tipo de verdad es dúctil. Y eso impresiona. En lo referido al show, la banda al completo mostró también lo mejor de sí, uniendo eras de su propuesta. Steve Rothery es un guitarrista poderoso y sutil, que define por sí mismo el curso que toma la música de Marillion. Pete Trewavas desde el bajo se movió quizás en el mejor de sus escenarios: el del rock progresivo en estado puro, donde su fondo sonoro estremece. Algo parecido sucedió con Mike Kelly, que tuvo ocasión de lucir su destreza como tecladista en temas clásicos, más allá de sus cualidades atmosféricas. Ian Mosley también estuvo especialmente brillante como el gran baterista que es, impulsando a la banda en sus momentos de mayor energía.
En resumen, la segunda noche del Marillion Weekend mostró el pasado y el presente del grupo, tributando su propia herencia pero destacando lo actual con el mismo orgullo y calidad musical. Una noche fría pero energizada a puro rock de alto vuelo.
Pablo Padilla Rubio
Fotos: Juan Pablo Maralla
Tags
Ultimos Contenidos
Meshuggah, la banda anuncia telonero y nuevo venue en para su concierto Bogotá
Viernes, 11 de Octubre de 2024
Dream Theater entrega los primeros detalles y adelanto de su esperado nuevo álbum
Jueves, 10 de Octubre de 2024