Belphegor en Chile: Hágase la oscuridad

Belphegor - Inanna
Teatro ex Mundo Mágico - 26 de febrero de 2017
Santiago - Chile
Casi ocho años tuvieron que pasar para que los austriacos de Belphegor volvieran a pisar suelo chileno en el marco de su actual gira Latin American Cremation, que incluye varias fechas por el continente. Después de dos conciertos seguidos en el ya desaparecido club Rock & Guitarras en 2009, el regreso era algo más que esperado por los fans que llegaron al teatro ex Mundo Mágico, de la comuna de Lo Prado, ocupando cerca de tres cuartos de su capacidad total.
Tras la bajada a último momento de Unblessed, una de las dos bandas invitadas, por motivos de fuerza mayor, Inanna fueron los encargados de dar comienzo a la oscura jornada. Su death metal técnico logró sacar aplausos y algo de headbanging, sobre todo por parte de aquellos de las primeras filas, a pesar de tener un sonido que a ratos resultaba poco claro. De todas formas, se demostró técnica y energía por parte de la banda, expresada a través de canciones de sus dos álbumes de estudio como Ascend from the Underworld, que abrió el show, la larga instrumental The Lighthouse, Gilgamesh, y la encargada de cerrar cerca de 45 minutos de presentación, Age of Decline. Buen despliegue de técnica y composición por parte de los nacionales, demostrando una calidad que a veces pasa desapercibida para muchos.
Un poco más tarde de lo indicado, Belphegor comenzó su presentación con la intro Sanctus Diaboli Confidimus, que dio paso a Bleeding Salvation, del álbum de 2005 Goatreich Fleischcult, teniendo un sonido saturado y que no permitía escuchar plenamente las guitarras y riffs, pero que no mermó en el entusiasmo de los fans que disfrutaron desde el principio del show. Gasmask Terror, de su más reciente trabajo Conjuring the Dead (2014) siguió casi inmediatamente, tras ser presentada por el vocalista y guitarrista Helmuth, que no emitía mayores palabras más que para saludar de forma más que concisa y presentar algunos temas con oscuras frases referente a ellos, siguiendo rápidamente la coreada Belphegor Hells Ambassador. La puesta en escena incluyó el tradicional corpsepaint en los músicos, cráneos con cuernos en el escenario (algunos fans terminaron llevándose parte de estos tras el show) y el acostumbrado telón con el logo de la banda, siendo algo sencillo pero más que efectivo para una banda de esas características. El setlist por su parte, se centró en material a partir de Lucifer Incestus de 2003, dejando de lado la primera etapa de la banda al no escucharse nada de los primeros tres álbumes.
El show fue directo y sin mayores pausas. La banda demostró su energía moviéndose a ratos por el escenario y haciendo headbanging, sobre todo el bajista Serpent. De esta manera, canciones que fueron recibidas con bastante entusiasmo por parte de los presentes como Diaboli Virtus in Lumbar Est, Lucifer Incestus, Conjuring the Dead, Pactum In Aeternum y Bondage Goat Zombie, todas pasando rápidamente sin necesidad de discursos largos ni nada por el estilo. Y es que el género no se caracteriza por ello, así que ni siquiera es algo que necesariamente hiciera falta, al estar los fans más concentrados en la intensa música de los austriacos que en escuchar las palabras del frontman. En cuanto a nivel musical, la voz de Helmuth se mantenía con la brutalidad con que siempre se ha dado a conocer, además de lograr los pesados riffs junto al actual guitarrista en vivo Impaler, a pesar de que no se podía entender cómo debería por el sonido saturado. Uno de los pocos momentos en que Helmuth se tomó un tiempo mayor para interactuar con su público fue antes de presentar Totenkult Exegesis of Deterioration, al pedir gritos a los presentes, junto con mencionar lo bien que se sentía estar de vuelta tras tanto tiempo. Luego de esta última canción, la banda dejaría el escenario unos instantes para volver y terminar el show con un breve solo de batería por parte de BloodHammer, Pest and Terror seguida de In Blood - Devour this Sanctity, finalizando así su oscura presentación, con Helmuth saludando y regalando uñetas a algunos fans cercanos al escenario.
Una hora y diez minutos aproximadamente le tomó a Belphegor entregar la pesada tiniebla que viene transmitiendo desde hace ya 25 años. Si bien el sonido o el no muy cómodo recinto (las bancas del lugar son poco apropiadas para un evento de este tipo) no fueron del gusto por parte de los presentes, todos estuvieron de acuerdo en que el show tuvo lo que prometía. No faltó la brutalidad del death/black metal de los austriacos, así como también de parte de los chilenos Inanna, elección acorde para una jornada así. El público recibió a la banda como lo mereció a pesar de cualquier problema, por lo que es de esperarse un eventual regreso, ojalá que no tengan que pasar tantos años para ello, así como también que el sonido sea el que le corresponde a cualquier agrupación tanto nacional como extranjera.
Luciano González
Fotos: Juan Pablo Maralla
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