Justicia Divina: Scorpions - los sueños nunca terminan

Corría 1996 y la gran banda alemana Scorpions lanzaba en el mes de mayo el disco N° 13 de su carrera, en pleno auge del post grunge, el rock industrial y la vorágine del resto de música alternativa, donde se cruzó con lanzamientos de obras que marcaron gran parte de la década, como "Aenima" de Tool, "Antichrist Superstar" de Marylin Manson, "MTV Unplugged" de Alice in Chains, "No Code" de Pearl Jam y los siempre vendedores Metallica con "Load". Época compleja, de grandes cambios y de búsqueda de nuevos caminos en el hard rock y el metal.

Por su parte, Scorpions venía de un tránsito sorprendente en los 80, sorteando con éxito el inicio de la década, con el celebrado y lleno de singles "Crazy World" (1990) y su secuela más pesada, "Face the Heat" (1993), doble platino y oro respectivamente. Tras ello, en 1996 publican "Pure Instinct", una obra que escapa a lo realizado anteriormente en términos de peso, sonido, producción y -me atrevería a decir- de tradición. Y es que es un trabajo que rompe con su correcto sonido, que transitaba entre el heavy metal y el hard rock, para incursionar a modo general en un total soft rock, de increíbles melodías y con mucho énfasis en los sonidos más acústicos.

La banda sufre además cambios importantes en su alineación, que ya venía rotando en bajo y batería desde 1989. Esta vez con la partida del baterista Herman Rarebell, quien es reemplazado por Curt Cress como músico invitado. Por si eso fuera poco, cambia de sello a Atlantic Records y la mano en la producción, compartida esta vez entre el gran Keith Olsen -genio tras el éxito de "Crazy World"- y el apoyo de Erwin Musper, quien participó antes como ingeniero de sonido y la banda misma, como es su tónica. Ello los lleva a retomar las melodías y sonidos pegadizos de estilo ochentero, más un gran puñado de baladas. Se diferencia de discos anteriores al ser uno en que se incursionó más en la estructura melódica general de cada tema, con riffs interesantes, que en relevar, por ejemplo, los solos de guitarra, tan característicos y vitales de este estilo y de la banda misma.

"Pure Instinct" consta de 11 temas, que abre con sonido de gaitas en 'Wild Child' que, junto a 'Stone in My Shoe', rescatan su estilo hard rock tradicional. La principal crítica que rodea a este álbum es su gran cantidad de baladas, pero creo justa una defensa en cuanto a su calidad: la mayoría intregra elementos pop (acústicos, bettleascos, violines), para evolucionar a un exquisito in crescendo rock, en donde la voz de Kalus Meine luce por su cuidado y dulzura. Destacan 'Does Anyone Know' y la inmensa 'When You Come Into My Life', ambas las más intensas. También están presentes dos semibaladas que le dan un ritmo mas alegre al disco, pero la vedette es la magnífica 'You and I', que fue acompañada de un muy buen y elegante videoclip, y alta rotación en medios, logro no menor frente a la competencia de otros estilos ya mencionada. Cabe destacar, además, que las letras no sufren cambios sustanciales en las temáticas que abordan amor, desamor, existencialidad; pero esta vez ya no están planteadas en forma cruda o sexual, suavizando (o madurando), con ello su posición en el mundo y en la vida, tras 30 años de carrera.

 

Tema importante es la carátula del disco, en la que aparece una familia desnuda y encerrada en una jaula, con animales salvajes observándolos desde afuera, con un cielo nublado y rojo de fondo. El autor es Gered Mankowitz, fotógrafo con destacada trayectoria en la industria musical. La imagen refleja un cuestionamiento a lo comercial de occidente, anticipándose (quizás) a las críticas venideras a este disco. Sabemos que la desnudez no es novedad en portadas de la banda y, como era de esperarse, ésta fue censurada en varios países, siendo reemplazada por una imagen de la banda en torno a una guitarra, gritando salvajemente.

La gira promocional, también decimotercera de su carrera, tuvo lugar entre 1996 y 1998, llevando a Scorpions por Estados Unidos, Canadá, Europa, Asia y Sudamérica. Su paso por Chile ocurrió el 21 de Noviembre de 1997, en el contexto del gran Festival Heavy Rock & Pop, publicitado también como "Masters of Metal", que trajo además a Dio, Bruce Dickinson y Jason Bonham Band, en el Velódromo del Estadio Nacional. Ya se había incorporado James Kottak a la banda como baterista oficial.

A modo general, "Pure Instinct" no obtuvo la gloria de trabajos anteriores, pues su sonido los hace estar en una condición singular, fuera de tiempo y espacio, en relación a su tradición heavy/hard rock y a las tendencias alternativas imperantes en esos años, que lo vuelve, por tanto, una apuesta demasiado valiente. Agregaría que todos esperábamos una continuación del sonido pesado que dejó "Face the Heat", que habría calzado perfecto en esos años y permitirle competir en mejores condiciones con otras bandas. Sin embargo, es un muy buen y bello disco, capaz de entregar casi 51 minutos de grata compañía. Una agrupación con la vasta experiencia de Scorpions puede darse estos gustos fuera de lo común o tomar decisiones arriesgadas de cuando en vez, más allá de los compromisos contractuales, dando rienda suelta a la experimentación. Por ello, siempre es tiempo para darle el valor merecido a un buen trabajo: la espada de la justicia divina no hiere temprana ni tardíamente, solo pone en su merecido lugar a un disco que tiene mucho más para dar del que se le reconoce.

Catalina Soto