Sodom

(Publicado originalmente en 2009)

1989. Steamhammer Records

“Este álbum está dedicado a toda la gente, soldados y civiles, que han muerto por las insensibles agresiones de las guerras en todo el mundo” dice la dedicatoria impresa al interior de la carátula. Y el dolor de las vidas cercenadas, el olor de la pólvora quemando los cuerpos y la estridencia del sonido de la metralla de los bombarderos surcando el aire, se puede sentir en toda su magnitud mientras se escuchan los decibeles extremos de este disco de uno de los pilares del triunvirato de oro del Thrash Metal alemán, esa célebre cofradía de Kreator, Destruction y por supuesto, los fenomenales Sodom.

No por nada “Agent Orange” es el disco individual del Thrash Metal alemán más vendido en todo el mundo, es la obra cumbre (o una de ellas), de la banda oriunda de Gelsenkirchen, un pequeño pueblo minero, donde los jóvenes de los primeros 80’s no tenían nada más que hacer para entretenerse que emborracharse o tocar en una banda de metal, o ambas cosas. La banda había debutado con el EP “In The Sign of Evil” en 1985, un trabajo extremo y satanista que se convertiría en una gran influencia para muchas bandas del Black Metal que surgiría algunos años después. Pero fue con la entrada del gran guitarrista Frank “Blackfire” Godznik que las cosas empezarían a funcionar realmente bien para el power trío germano, ya que con él en sus filas, la banda aumentó considerablemente su despliegue técnico e instrumental, cambiando también su foco lírico de los típicos tópicos satánicos y “gore” a temas políticos, religiosos y por supuesto, las guerras, fuente inagotable de inspiración para muchos discos emblemáticos en la historia del Thrash ¿a alguien se le vino a la mente “Master of Puppets”?

No existen dobleces entonces para considerar a “Agent Orange” como un pedazo gigante de la historia del Thrash mundial. Un álbum temático-conceptual basado en la Guerra de Vietnam. De partida, la sensacional portada ilustrada por el reconocido Andreas Marschall, que en el vinilo desplegable invitaba a alucinar con todos su fenomenales detalles, con la impactante presencia de “Knarrenheinz” la mascota de la banda con casco militar y máscara anti-gas diseñada por Johannes Beck en 1987 y que debutó en el álbum “Persecution Mania”, el primero con Frank “Blackfire” en guitarra. Precisamente, con un pesadísimo riff de guitarra la placa inicia su artillería con el tema título, una aplanadora de lacerante metal donde la letra narra las atrocidades de la operación “Ranch Hand” donde desde 1961 hasta 1971, los norteamericanos bombardearon 77 millones de litros de “Agent Orange”, un herbicida con dióxidos venenosos, sobre 4.8 millones de Vietnamitas, causando 400.000 muertes directas y el nacimiento de 500.000 niños con graves problemas de deformación genética, una brutalidad que de tan real, cuesta poder imaginársela. El track de apertura son 6 minutos de dinamita pura, donde Tom Angelripper en voz y bajo y Chris Witchhunter en la demoledora batería junto a Blackfire, demuestran enseguida por qué este disco entró en la historia.

Todo sigue igual de brutal y pesado con ‘Tired and red’, donde sin saberlo quizás, Witchhunter ya tocaba unos descomunales “blast-beat” con su batería, algo totalmente inusual para la época. Justo en la mitad del tema, la banda hace un quiebre donde entran unas apocalípticas guitarras acústicas, para luego dar paso a una sección instrumental con un groove sencillamente apabullante y unos leads tremendos de Blackfire. ‘Incest’ no rebaja los decibeles ni la velocidad, en otra convincente muestra del demoledor sonido de la banda en este disco, producido de forma magnífica por el reconocido Harris Johns, un hombre que sería fundamental en la historia de la banda. La batería de Witchhunter no da tregua y es una lástima que el hombre ya no esté con nosotros ya que falleció el 7 de Septiembre del 2008 producto de un cáncer gástrico asociado al excesivo consumo de alcohol. Todo sigue precisamente con ‘Remember the fallen’, que saca el pie del acelerador, pero cambia velocidad por intensidad y la banda sigue haciendo daño con su propuesta; la inspiración no decae ni por un segundo. ‘Magic dragon’ era el nombre del bombardero AC-47 encargado de rociar el “Agent Orange” (de ese color era el tóxico polvo), por todo Vietnam, pero con énfasis en toda la zona poblada del delta del río Mekong (de aquí, una banda también alemana de Thrash Metal progresivo tomó su nombre: Mekong Delta), y precisamente de todo eso nos habla la canción del “dragón mágico”, aunque su presencia en los aires no era para nada de un cuento de hadas.

‘Exhibition bout’ es un tema fantástico en el plano instrumental, con pasajes extensos que demuestran todo el dominio y técnica de la banda en esta área, para dar paso a ‘Ausgebombt’, un tema crudo y acelerado donde Sodom (especialmente Tom Angelripper), demuestran todo su amor por Motörhead, una de sus primeras influencias, por eso este corte suena como un ‘Iron Fist’ “Sodomizado”. ‘Baptism of fire’ es precisamente eso, un bautismo de fuego donde el grupo suena incendiario a más no poder: velocidad, peso y agresión conjugados a la perfección; voces, bajo, guitarra y batería, todo está impresionantemente bien mezclado y producido por Harris Johns. Para el final aparece ‘Don’t walk away’ un cover del grupo Tank, una banda inglesa pionera de la NWOBHM que competían con Motörhead en esa mixtura de punk con metal, en otro claro ejemplo de los héroes musicales del líder de Sodom, Tom Angelripper, quien debe haber pensado que era una buena idean poner este tema simple y vacilón, bastante fiestero, como una forma alivianar el ambiente luego de una temática global del disco tan seria y depresiva.

De esta forma, y sin medias tintas, con “Agent Orange” Sodom dejaba su nombre grabado con letras de oro en el firmamento de los clásicos históricos del metal, con un disco tan aplastante y brutal como la guerra misma.

Cristián Pavez