Gorgoroth

1994. Embassy Productions

 

El black metal noruego de los 90, más conocido como Inner Circle, es quizás uno de los movimientos más extremos y violentos que la música ha visto, siendo más conocido por sus fatídicos acontecimientos, que por su aspecto musical. Lo cierto es que muy pocas bandas pudieron perdurar en el tiempo sin perder la esencia de su sonido más clásico, siendo Gorgoroth, una de las pocas agrupaciones de aquel movimiento que continuó vigente tras acabar la década de los 90. Hoy repasamos su primer disco y la obra que los puso en el mapa: “Pentagram” (1994).

 

No es lo mismo contarlo que vivirlo, y el solo hecho de haber sido parte de un movimiento tan extremo la hace una banda digna de estudiar, sumémosle a eso que tomaron la batuta de un género que parecía muerto tras el declive de bandas como Darkthrone, Mayhem y Burzum, estos últimos, finalizando trágicamente por sucesos que ya todo el mundo conoce. El proyecto de Gorgoroth, nace de una manifestación ideológica que va mucho más allá de la música, pues hay que entender al Inner Circle como una corriente artística que aboga por un nacionalismo nórdico con fuertes tintes satánicos, crítico del cristianismo al que acusan de destruir su cultura pagana. El mismo movimiento no es del todo uniforme, habiendo variantes ideológicas entre cada banda, siendo Gorgoroth una de las más extremas. Fue en 1992 cuando Infernus, guitarrista y fundador del grupo, inicia el proyecto como una rama artística de su propia religión: El satanismo agnóstico. 

 

Como es de esperar, “Pentagram” se circunscribe al sonido blackmetalero por antonomasia, lo que se aprecia desde el primer track del álbum `Begravelsesnatt`, una verdadera carta de presentación para los amantes del metal extremo, este tema lo tiene todo: Blast beats de batería que retumban como ráfagas de truenos, riffs de guitarras a cargo de Infernus, tan punzantes que cortan como navajas oxidadas, un gran delivery vocal de Hat, que evocan a gritos sacados del mismísimo infierno. Increíblemente tras toda esta gama de elementos tan macabros e infernales, hay un fuerte cuidado por el ritmo, con grooves tan adictivos a los que cuesta sacarle el pie del acelerador. 

 

Una de las diferencias con las demás obras del género, es la pulcra producción musical que se presenta a lo largo del disco, la cual busca en todo momento un sonido limpio para destacar cada riff y textura, incluso la distorsión de voces en temas como `Ritual` y ´Khatarinas Bortgang´, detallan el cuidado estético por cada elemento. 

 

Los temas avanzan rápido, no sólo por sus cortas duraciones, sino por la intensidad tan trash que caracterizan a canciones como ´Crushing the Scepter (Regaining a Lost Dominion)´ y `Måneskyggens Slave» (The Moon-shadow's Slave)`, esta última, todo un himno para el black metal de los 90. En este sentido, Gorgoroth no sigue el camino de artistas como Varg Vikernes de Burzum, quien en su particular visión musical, incorpora elementos de dark ambient para producir trance en su música, Infernus por el contrario, intenta sacudir al oyente ante cada track, manteniendo la intensidad de principio a fin. Es una propuesta muy simple, que no busca experimentar ni darle matices a esta peculiar estética, sino definir un sonido moderno y pulcro para solidificar los pilares del movimiento. 

 

“Pentagram” es un disco que va directo al hueso, exprime toda su maldad y no le sobra nada, quizás no destaque por sobre otros clásicos de su época como “De Mysteriis Dom Sathanas” de Mayhem (1993) o “Transilvanian Hunger” de Darkthrone (1994), pero es una prueba viviente del black metal más primitivo y fecundo, un registro que nos lleva directo a las entrañas de esta terrorífica ola de satanismo y maldad. Definitivamente un comienzo explosivo para una de las bandas más importantes en la historia de este género.

 

Andrés Fuentealba