Road Rage Lunes, 28 de Agosto de 2017 2017. FrontiersNo se puede culpar al baterista Frankie Banali por intentarlo. Mal que mal, el fundó Quiet Riot junto al fallecido cantante Kevin Dubrow; y Chuck Wright era el bajista original antes de ser reemplazado por Rudy Sarzo. Y el guitarrista Alex Grossi lleva un montón de años en la banda, desde que Carlos Cavazo dejó su puesto para unirse a Ratt.Pero por alguna razón este disco 2017 no termina de funcionar y mucho menos de convencer. Tampoco es culpa del vocalista James Durbin (finalista del programa American Idol), que se incorporó a último minuto al grupo y regrabó todas las voces de la placa del anterior y expulsado cantante Seann Nicols. Pero contrariamente a lo que indica el nombre del disco, lo que menos se percibe aquí es furia o rabia rockera. Incluso pareciera que la producción no superó la etapa de demo y todo suena sin fuelle, falto de fuerza y contundencia. Claro, tampoco se pretende que el nuevo disco suene como Metal Health (1983), porque los tiempos han cambiado muchísimo y los presupuestos millonarios de grabación que manejaban las bandas 30 años atrás ya no existen.Pero Road Rage tiene poco y nada del Quiet Riot que los fans aman y conocen, no hay señas de identidad del sonido patentado por la banda, y el inmenso e icónico fantasma de Dubrow pena a lo largo y ancho de todo el disco, en cada surco de la placa; y es que el carisma no se compra ni se vende, se trae desde la cuna o simplemente no se tiene y la ecuación de Durbin en Quiet Riot no termina de prosperar; pero es que tampoco están las canciones y lamentablemente este álbum número 13 del grupo pasará a la historia con más pena que gloria o simplemente con indiferencia.Canciones como Freak Flag y sobre todo Renegades son las que más se acercan al Quiet Riot de siempre, con un excelente baqueteo de Banali que con una mejor producción hubiera lucido mucho más (no por nada es un gran continuista del estilo del gran John Bonham de Led Zeppelin), y la voz de Durbin por momentos recuerda a la de Mark Slaughter en los tonos altos; Grossi también mete unos buenos solos aquí y el bajo de Wright siempre es garantía de solvencia. La balada The Road también tiene algo de gancho melódico, pero la producción suena tan precaria y básica que termina matando todo el placer auditivo, incluso en un tema bastante interesante como Getaway con sus sonidos de cítaras y percusión hindú (claramente influenciado por Led Zep también), que tiene algo de sustancia rescatable, pero que en el resumen final, todo termina diluyéndose por competo y resulta mejor volver atrás en el tiempo y redescubrir placas como Terrified (1993), Down To The Bone (1995), Alive And Well (1999) y Guilty Pleasures (2001), estos dos últimos con la formación dorada de Dubrow/Banali/Cavazo/Sarzo para difrutar del auténtico y real Quiet Riot y no esta nueva versión deslavada, famélica y sin alma.Cristián Pavez Tags # Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Metal Articulos Megadeth: Sed de venganza Viernes, 24 de Marzo de 2023 Metal Noticias El regreso de Candlemass a Chile Viernes, 24 de Marzo de 2023 Metal Noticias En formato acústico: Hidalgo se suma a concierto de Soen Viernes, 24 de Marzo de 2023 Metal Clásicos Motörhead Viernes, 24 de Marzo de 2023 Metal Noticias El recuerdo de Mägo de Oz: José Andrëa hará gira por Chile Viernes, 24 de Marzo de 2023 Metal Noticias Metal Church lanzará nuevo disco a fines de mayo Viernes, 24 de Marzo de 2023 Metal Noticias Soen grabará parte de su show en Chile para nuevo videoclip Viernes, 24 de Marzo de 2023 Metal Noticias Deathsvn publica disco compacto Jueves, 23 de Marzo de 2023