Kirk Windstein

Dream In Motion

Martes, 05 de Mayo de 2020

2020. eOne

En un video del Facebook de Crowbar, Kirk Windstein da reveladoras declaraciones sobre su primer disco solista: “Solo soy yo expresando otra cara de mis composiciones. Me gustan otros estilos más melódicos. No tiene mucho en común con Crowbar, pero sí es una extensión de mi personalidad”. Y es que la noticia de que el músico preparaba material bajo su nombre y no para el portento del sludge metal fue una noticia que instantáneamente generó curiosidad. ¿Por qué mostrar otra faceta de tu música en un disco solista si prácticamente eres el único miembro original de tu banda madre? ¿El giro es tan drástico que no encaja con su línea editorial? ¿Cuáles son los elementos que el artista prefiere abordar en solitario?

Ciertamente, “Dream In Motion” (2020) indaga en áreas que van más allá de los territorios de Crowbar, Down o Kingdom of Sorrow a fin de posicionarse en la rica herencia cultural de Nueva Orleans que habita en las venas de Windstein. Pero cuidado, en Crowbar, por ejemplo, también hay un uso preponderante de la melodía, siempre al servicio de la voz raspada y los arpegios llenos de distorsión, son canciones hechas para sobrellevar altas descargas de energía dirigidas hacia el exterior. Esta vez, esa energía se ocupa a la inversa, va hacia la introspección. El track homónimo ‘Dream In Motion’ y ‘Toxic’ son lo más parecido a estar en la esquina gris de un trabajo de Crowbar, con versos sombríos y acordes abiertos que dejan entrar la voz rasgada de Kirk entre medio de una batería más moderada de lo normal a cargo del productor Duane Simoneaux. Pero es ‘Hollow The Dying Man’ la que marca el tono de lo que encontraremos en la mayor parte del registro, un corte que exhibe la limpieza de sus cuerdas vocales en un marco melódico elaborado de manera muy elegante para proyectar melancolía.

La preponderancia de lo cristalino en su forma de cantar también se replica en la ejecución de su instrumento principal, como las guitarras gemelas de ‘Necropolis’ y ‘Once Again’ ubicadas en el momento preciso, sin necesidad de reventar los parlantes para causar impacto. ‘Enemy In Disguise’ se plantea en los mismos términos, reduce la estridencia al mínimo para que los armónicos titilen como luces en la noche y generen una atmósfera abrasiva para dejarnos llevar por su acuosa cadencia.

En ‘The World You Know’ y la instrumental ‘The Healing’ ocurre lo contrario. Aunque hay guitarras limpias llevando los tracks, el rol protagónico se lo llevan las intervenciones de una distorsión que traspasa todo revelando el lado más vulnerable del padrino del sludge. Pero si hablamos de emoción, Kirk se desangra y encara sus demonios de la forma más potente en ‘The Ugly Truth’, con un pre coro claustrofóbico que encuentra la luz hacia un coro magistral de acordes sublimes, marcando así una conclusión apropiada para su material original y dejando un espacio para el sorpresivo cover de Jethro Tull ‘Aqualung’, clásico que conserva su estructura musical y guarda un sabor especial en su electricidad pantanosa. Una excelente manera de cerrar por lo alto un disco apasionado, lleno de pasajes catárticos, pero que finalmente funciona como una necesaria limpieza para el alma.

Es muy difícil esperar un disco deficiente cuando el nombre de Kirk Windstein está involucrado. Con un arte hermoso de Eliran Kantor en el que ubica las palabras igual como lo haría Type O Negative, el Señor del riff entrega un cúmulo de sensaciones personales en su primera placa solista y fue una decisión totalmente acertada que estas diez piezas llevaran su nombre y apellido. No hay una desviación estilística imponderable, pero sí abre una ventana hacia un mundo íntimo que vale la pena visitar. Imprescindible para cualquier fanático de su obra, “Dream In Motion” (2020) es una confesión a corazón abierto y con guitarra en mano en la que Kirk Windstein finalmente parece sanar y reencontrarse con la intensidad de una colisión de planetas.

Pablo Cerda