Paradise Lost

Obsidian

Viernes, 15 de Mayo de 2020

2020. Nuclear Blast

En medio de una letal pandemia mundial, en pleno apogeo del aislamiento y del ostracismo, qué mejor que musicalizar esos días de horizontes oscuros con una nueva dosis del más lúgubre y espeso metal. No por nada el slogan y nombre del fan club de la banda se conoce como “The Painless” (“Los Sin Dolor”), como una forma de mitigar el sufrimiento y la desesperanza. Paradise Lost han regresado con su disco de estudio número dieciséis y lo hacen con la milenaria solidez de una “Obsidiana”, esa negrísima roca volcánica formada por el rápido enfriamiento de la lava ardiente.

Un disco que funciona como un vasto caleidoscopio que reúne todas las figuras y formas sonoras de la banda a lo largo de sus tres décadas de carrera, con un dinamismo que va desde el gótico, pasando por el doom y el metal más gutural, placa que además marca el debut en disco de su joven baterista finlandés Waltteri Väyrynen, el talón de Aquiles que siempre ha tenido la banda pues el único cambio de integrantes siempre se ha dado en esa posición, manteniendo a los originales Nick Holmes en voces, Gregor Mackintosh en guitarra líder y principal compositor, Aaron Aedy en guitarra rítmica y Steve Edmondson en bajo. Producido una vez más por Jaime Gómez Arellano, el álbum posee un sonido espeso y lúgubre con una gran presencia de las frecuencias bajas, que da el vamos con la absolutamente gótica ‘Darker Thoughts’ donde Holmes recupera su voz limpia extraviada en el anterior “Medusa” (2017), y donde la presencia de unos violines en el fondo acompañan todo el desarrollo de la canción. ‘Fall From Grace’ es puro doom metal marca de la casa y ustedes saben que una banda original no sigue tendencias sino que las impone y muchos han tratado de emular este sonido, pero Paradise Lost siguen siendo los reyes absolutos de la comarca. ‘Ghosts’ recupera el amor de la banda por The Sisters Of Mercy y agrega una cuota de vértigo y celeridad a los arrastrados ritmos previos.

En la medianía del disco destaca ‘Forsaken’ y su coral de corte gregoriano con esos riffs patentados en la época de “Draconian Times” (1995), el disco que los trajo por primera vez a Chile en esa inolvidable segunda noche del festival Monsters Of Rock de aquel año cuando abrieron para Faith No More y Ozzy Osbourne en un Teatro Caupolicán que era una verdadera olla a presión, absolutamente desbordado de fans. ‘Serenity’ es otra gema de la placa, enérgica y dinámica, demuestra que el cerebro Gregor Mackintosh es una máquina para sacarse soberbios riff bajo la manga. Y ya que mencionamos a “Draconian Times” hay que decir que Väyrynen recuerda mucho el estilo de pegada de Lee Morris, el mejor baterista que ha tenido la banda sin ser necesariamente el más técnico, y que hoy se encuentra en las filas de esas leyendas del hard rock progresivo británico que son Magnum. ‘Ending Days’ es un medio tiempo de carácter gótico de sumo buen gusto, donde los violines vuelven a hacerse presentes, mientras que ‘Hope Dies Young’ suena absolutamente clásica y podría situarse en un álbum como “Shades Of God” (1992); tiene una cadencia y vibración similar a aquel lejano gran disco. ‘Ravenghast’ cierra la edición regular con un sonido muy gótico/draconiano/doom y la voz gutural de Holmes que vocifera sin clemencia, dejando caer precisamente una lápida de roca Obsidiana sobre el oyente, pero aquello no es el final-final pues dos bonus tracks llegan para reafirmar todo lo anterior: ‘Hear The Night’ y ‘Defiler’ son durísimas pero con esa cuota de melancólica melodía que siempre aparece en el momento justo cortesía de la guitarra de Mackintosh.

Luego de 33 años de carrera Paradise Lost todavía tienen la capacidad de hacer discos relevantes, sólidos y solventes que logran poner una sonrisa en la boca del auditor asiduo, o incluso más, prodigar un refugio emocional llevando un poco de esperanza para un mundo desolador demasiado real.

Cristián Pavez