Lords Of Black

2020. Frontiers

 

Cuarta entrega de la banda con base en España pero cada vez más internacional, y siempre liderada por el guitarrista y compositor Tony Hernando, con el que es su disco más variado, melódico y completo hasta la fecha, siempre bajo la tutela de Roland Grapow en la producción.

 

Sin dudas Lords Of Black sigue escalando hacia lo más alto y en el lapso de tiempo que ha pasado desde su anterior disco de estudio “Icons Of The New Days” (2018), hasta ahora, mucha agua ha corrido bajo el puente, como la ida y posterior regreso del vocalista chileno Ronnie Romero quien el año pasado había sido sustituido por el argentino Diego Valdéz (Helker, Dream Child, Lord Divine), pero las cosas no cuajaron como se esperaban con el trasandino y el talagantino ha vuelto en gloria y majestad para entregarnos su mejor interpretación vocal con la banda. Junto a él, también llegó el nuevo y espectacular baterista belga Johan Nuñez (Nightrage, Firewind, Kamelot), que ha dotado al disco de una espectacular y acrobática pegada, demostrando que un buen baterista realza la calidad intrínseca de las canciones.

 

Y hablando de las canciones ahora el abanico musical de la banda es mucho más amplio porque expanden su sonido habitual de power metal melódico a territorios más progresivos en algunos momentos y a otros derechamente más hard rock, haciendo que la escucha del disco nunca decaiga en interés y teniendo muchos puntos altísimos tanto en la interpretación individual como colectiva de Hernando, Romero y Nuñez junto al solvente bajista Daniel Criado.

 

‘Dying To Live Again’ es el inicio poderoso y marchoso con el power metal habitual de la banda, pero se siente esa fuerza renovada, gracias al empuje de Nuñez y la voz siempre pletórica de Romero. ‘Into The Black’ es un latigazo que se adentra en terrenos más melódicos sin perder su garra, donde destaca el líder Tony Hernando que para este disco ha metido algunos solos que pueden recordar a otro Tony, el extraordinario guitarrista de color Tony Macalpine. ‘Deliverance Lost’ saca a relucir todo el arsenal de recursos de Nuñez un baterista tremendo sin lugar a dudas. Otra de las canciones destacadas del disco es la tremenda ‘Brightest Star’ cuyas marciales progresiones de guitarra recuerdan al Queensrÿche de ‘Empire’, lo mismo que ‘Closer To Your Fall’ que también transita esos territorios donde tanto la voz como la guitarra hacen un tándem espectacular y es que Hernando y Romero parecen haber nacido para tocar juntos, su química y nivel de complicidad es sensacional lo que explicaría por qué las cosas no funcionaron con Valdéz.

 

‘Shadows Kill Twice’ inicia como una balada de corte épico espectacular con una introducción en piano y guitarra soberbia, para luego derivar hacia una canción rápida que demuestra todos los actuales quilates de la banda y donde Hernando borda un solo extenso de antología. ‘Tides of Blood’ es una canción que recuerda ese hard rock poderoso de Rainbow de su etapa dorada con los grandes Ronnie James Dio y Cozy Powell, consiguiendo ese tipo de vibración enorme y envolvente y con un Romero en un nivel vocal estelar, donde demuestra por qué es uno de los cantantes más requeridos de la escena internacional en estos momentos y sus trabajos junto a Ritchie Blackmore, Adrian Vandenberg y Michael Schenker entro otros, así lo validan. ‘Alchemy Of Souls’ la canción que da título al álbum, es la más extensa también y su más de 10 minutos no tienen desperdicio, arrancando con un interludio de guitarra acústica clásica sensacional, para luego pasar a una pieza muy pesada, esencialmente heavy, demostrando que, tal como su nombre lo indica, habrá una segunda parte de este estupendo y fantástico disco, el que esperamos la banda pueda finalmente venir a presentar a Chile en algún momento del futuro post pandemia.

 

Cristián Pavez