Corpsegrinder

2022. Perseverance Media Group

 

Siempre será una bocanada de aire fresco escuchar un proyecto solista y adentrarse en un mundo que se encuentra en exterior a la banda. En esta oportunidad el que se dio el “gustito” fue nada menos que el cuello más grueso y letal de la escena death metal, George “Corpsegrinder” Fisher, quien lanzó su álbum debut solista tras la tentativa del exitoso empresario musical Jamey Jasta (Perseverance Music Group/ Hatebreed), para que emprendieran este proyecto imperdible y que aceptó con entusiasmo.

 

En la actualidad, George ya ha estado por 26 años aproximadamente al mando de entregarnos los mejores guturales, y los más brutales por cierto, de toda la industria del metal de una manera muy consistente. El último trabajo de Cannibal Corpse no se encuentra muy lejano, “Violence Unimagined” del 2021, el que tuvo una excelente crítica y en donde se destaca su continua prolijidad que no titubea al paso del tiempo. Es así como la trayectoria de Corpsegrinder es indiscutidamente exitosa, cimentando un camino tan violentamente sólido que ha sido capaz de dejar a las sombras la etapa de Barnes. ¿Quién más capaz que Fisher para hacer que los fans quieran más al vocalista sucesor? De hecho, es este mismo carisma el que nos invita a revisar sus anhelos e influencias que necesitan ser plasmadas en un álbum en solitario.

 

Resulta interesante este disco, en el sentido de que se evidencia el cómo este proyecto no era un imperativo en la carrera de Corpsegrinder como músico, sino más bien una instancia para divertirse y experimentar con algunas de sus tendencias. El encargado de abrir este matonezco álbum -de nada menos que 30 minutos- es 'Acid Vat', el cual va al grano mucho más rápidamente que algún tema de Cannibal, con una violencia desmedida y brutal que definitivamente dan ganas de moshear. Por supuesto estas comparaciones son inevitables, pero no tan equiparables como uno podría imaginar; George nos entrega distintas porciones y formatos de fatalidad como en 'On Wings of Carnage' y 'Bottom Dweller', ofreciendo un sonido pesado casi coqueteando con el doom, también algo de slam con 'Master Of The Longest Night' y hardcore thrash con 'Vaguely Human'. Todo esto nos deja claro que Corpsegrinder puede dar con distintos tipos de ritmos barbáricos capaces de volarnos la cabeza, apelando a fórmulas simples que responden a lineamientos tradicionales; un hombre de la vieja escuela amante de los riffs y guturales salvajes. Algunos podrían ver esto como una señal de jugar a la zona segura, pero va más bien orientado a la clásica receta de “menos es más” y no por ello va a ser menos devastador, convirtiéndolo en un álbum que encaja tanto en las nuevas como viejas generaciones de la escena, transversal al tiempo. Por otro lado, es una excelente radiografía para analizar algunas de las influencias de la mente musical de Corpsegrinder; a momentos es inevitable recordar con algunas cadencias a Morbid Angel, Death, Black Sabbath, etc.

 

En definitiva, para sólo 10 temas, es un álbum de calidad, más si le sumas la participación de los thrasheros hermanos Bellmore (Dee Snider/Ex- Toxic Holocaust), Erik Rutan (Cannibal Corpse/Hate Eternal) y toda la producción detrás. Claramente no hay pretensiones de inventar la rueda en esta oportunidad, lo cual se ve reflejado en la soltura y desenfado plasmado a lo largo del disco; eso es lo que lo hace tan digerible y agradable de escuchar. Estamos en presencia de un material formidable que merece la pena ser revisado, siempre poniendo lo mencionado en contexto. No faltará algún decepcionado por ahí al que no se le hayan cumplido sus expectativas, pero esto es muy simple de entender: Corpsegrinder vino a gozar realizando ésto, tanto como a poner a disposición este material para que los fanáticos lo disfrutemos del mismo modo. ¡Respect the neck!

 

Francisca Tassara