TesseracT

2023. Kscope

Acostumbrados a su vibrante energía, los ingleses regresan con “War of Being”, un disco rico en texturas y atmósferas, muy acorde al concepto relacionado a un viaje o más bien un videojuego. Y es que la banda recurrió a esa idea para promocionar su nuevo trabajo, acercándose a la realidad virtual y desarrollando precisamente un juego virtual para descubrir y desbloquear nueva música.

“Natural Disaster” abre el álbum con una estructura compleja clásica de la banda y cómo no, un inspirado Daniel Tompkins. De ahí en adelante, desde lo melódico hasta los pasajes más duros y profundos, el grupo se acopla para sorprender con impredecibles cambios y formas atípicas que van moldeando su sonido durante los seis minutos que dura el track introductorio. Sin abandonar otros elementos más volátiles y texturales, la canción se quiebra hacia el final como un respiro para dar paso a “Echoes”, donde es posible admirar el rango de la banda en todo su desarrollo: riffs agresivos, ritmos disonantes y pasajes de balada con arreglos electrónicos.

Casi como una amalgama de todas sus etapas, TesseracT despacha un disco completo y agresivo, lleno de energía y como siempre complejo y difícil de descifrar en una primera escucha. Así se manifiesta en tracks como “The Grey” o “Legion”, que pese a mantener la extensión que bordea siempre los seis minutos marcan tensión y paso según sus figuras. Como regla dentro de lo progresivo, los tracks forman diferentes movimientos que mantienen la atención no sólo en un elemento sino en todo lo que conforma al álbum.

“War of Being” que da nombre al disco se hace enorme con sus once minutos de duración, dobles bombos y una atmósfera permanente de tensión. Volviendo a la idea de videojuego, este track musicaliza un viaje críptico y enigmático, con destellos de sorpresa y un final que conversa con la calma de “Sirens”. Hacia el final, la destreza del bajo suena fuerte en “Burden”, uno de los puntos altos en cuanto a cómo aislar perfectamente un elemento que resalte sobre lo demás, dotando al epílogo del álbum de mucha más fuerza.

TesseracT vuelve a sorprender con un disco sólido y potente, lleno de energía y profundidad gracias a la ejecución clara y disciplinada de cada uno de sus miembros. Cuando se tiene trayectoria y una receta probada, sorprender resultaría más difícil, sin embargo los ingleses pueden siempre entregar nuevos elementos e introducir ligeros cambios que hagan que su propuesta sea siempre un grato reencuentro.

Matías Muñoz