Kerry King

2024, Reigning Phoenix Music

 

En una entrevista reciente, Kerry King el ahora nuevamente guitarrista de Slayer, comentaba que el primer disco solista de su carrera “Desde El Infierno Me Levanto”, era una extensión del sonido de Slayer y lo cierto es que cualquier cosa que intente el bueno de Kerry, por más que quiera apartarse de ese sonido, siempre terminará sonando como Slayer, porque esos riffs sangrientos y lacerantes están profundamente metidos en su ADN musical. De hecho, en términos de composición, interpretación y producción, se puede decir sin anestesia que este disco es muy superior a “Repentless’ (2015), el último disco vomitado por Slayer antes de su separación que ahora es reunión. Tampoco es descabellado decir que la banda que acompaña a King es un “súper grupo”, porque reúne a héroes de la legendaria Bay Area como el cantante Mark Osegueda (Death Angel), el guitarrista Phil Demmel (Violence, Machine Head), y el baterista Paul Bostaph (Forbidden, Exodus, Testament, Slayer), mientras que en el bajo encontramos a Kyle Sanders (Hellyeah), y encargándose de las labores de producción está el experimentado Josh Wilbur (Korn, Lamb of God, Avenged Sevenfold).

 

Con ese gran equipo detrás, la instrumental ‘Diablo’ abre la placa creando el sanguinario contexto que da la bienvenida al álbum con una excelente percusión de Bostaph. “Paul es para mi el equivalente a Vinny Appice para Dio, es el baterista con el que siempre quiero tocar” dice Kerry sobre su predilección por el baterista, quien a lo largo y ancho de todo el disco, sigue demostrando su brutal y técnica pegada. Es solo cosa de escuchar los riffs iniciales de ‘Where I Reign’ para sentir la alargada presencia de la sombra de Slayer, y por momentos la voz desgarrada de Osegueda hace recordar a un Tom Araya rejuvenecido y esto suena totalmente Slayer, con una gran sección de solos a cargo de la dupla Demmel/King que durante todo el disco tendrán sendos duelos. ‘Residue’ tiene ese groove marchoso del Slayer post 2000, donde los riffs caen como una granítica muralla, mientras ‘Idle Hands’ tiene un riff inicial bastante rítmico que recuerda mucho al Metallica del presente, y que me hizo recordar algo que dijo el gran Wolf Hoffmann, guitarrista de Accept recientemente: “yo no escucho otras bandas de metal porque siempre algo se queda en tu inconsciente y termina influyendo en tu música, y yo no quiero que nada cambie o altere el sonido de Accept, cuando era joven escuchaba AC/DC, Judas Priest, Deep Purple, Scorpions, pero cuando encontramos el sonido de Accept, dejé de escuchar Metal y desde entonces solo escucho música clásica en mis tiempos libres”, y al ver esa fusión Metallica-Slayer en esta canción, me hizo mucho sentido lo dicho por Wolf.

 

‘Trophies Of The Tyrant’ es una de las mejores canciones del disco, más contenida, más ralentizada, pero rítmicamente penetrante y con una gran sección de solos extendidos, la que da paso a ‘Crucifixation’, donde los riffs se desbocan, el tuca-tuca de Bostaph va con el acelerador a fondo y Osegueda hace una gran interpretación vocal, y por más que su voz es uno de los elementos distintivos del sonido de Death Angel, al escucharlo cantar acá, esto suena totalmente Slayer. ‘Tension’ funciona como una introducción ambiental para la explosión que es ‘Everyhing I Hate About You’, totalmente Slayer también, algo que vemos manifestado de igual forma en la grandiosa ‘Toxic’, quizás la mejor canción que Slayer podrían haber grabado en la última década. ‘Two Fist’ suena algo más Hardcore con buenos resultados; ‘Rage’ machaca de manera incesante, y ‘Shrapnel’ confiesa King que es una especie de homenaje a los Scorpions de la era de Uli Jon Roth, por sus progresiones y las escalas de guitarra empleadas en ella, para cerrar todo con ‘From Hell I Rise’ y otra buena dosis de velocidad pura.

 

No busquen encontrar una serendipia musical en este disco, esto es puro Slayer y si a alguien que le quedan dudas, solo miren lo que dice la lírica de ‘From Hell I Rise’: “desde el infierno / a través del fuego me levantaré / hasta que llueva sangre del cielo”. A buen entendedor pocas palabras, algo que aplica también para la próxima reunión de Slayer, que según Kerry no escalará a una gira mundial ni a un nuevo disco, pero poderoso caballero es don dinero, mientras tanto él dice que quiere presentar este disco en vivo y apenas termine ese periplo meterse a grabar inmediatamente un segundo disco. Lo que está claro es que Kerry King se ha levantado desde el Infierno para volver y quedarse entre nosotros, esta vez para siempre.

 

Cristián Pavez