Nightwish

2024, Nuclear Blast

 

En el último tiempo se ha puesto de moda tirarle hate a Nightwish por la razón que sea. Claro todos deseamos que ojalá Tarja y Marko nunca hubieran salido de la banda, pero más temprano que tarde estarán de vuelta al menos para una gira y un nuevo álbum. Pero lo importante es entender que las bandas no son asociaciones que estén exentas de problemas relacionales como cualquier otro grupo humano, ya sea familiar, de trabajo o de amistad. Y lo otro es que no todos los grupos de larga data (como Nightwish con 28 años de carrera y 10 discos de estudio en sus espaldas), tienen la capacidad de reinventarse de forma radical como lo hizo Judas Priest cuando lanzó su aplastante y brutal "Painkiller" en 1990, que era el disco de estudio número 12 de la banda, y que se transformó en, probablemente, el mejor disco de Heavy Metal purista de la historia.

 

En ese contexto llega "Yesterwynde", un álbum que viene a cerrar una trilogía conceptual iniciada con "Endless Forms Most Beautiful" (2015), y continuada con "Human. :II: Nature." (2020). Este es el tercer disco con la gran vocalista holandesa Floor Jansen y el primero con el nuevo bajista Jukka Koskinen (Wintersun), quien ya tiene una larga gira mundial junto a la banda cuando salieron a presentar su placa anterior, Chile incluido. Musicalmente, el álbum mantiene los elementos orquestales, sinfónicos, cinemáticos y folk del disco precedente, pero aquí el componente “metal” está muchísimo más presente y eso se refleja en varias canciones del álbum que son bien pesadas en su contundencia, pero no solo por el peso específico que le da la banda, sino también por los poderosos arreglos orquestales de bronces que resaltan esa impronta "wagneriana" en el sonido global.

 

El álbum se inicia con el sonido de un proyector de cine que comienza a funcionar, como si fuéramos a ver una película, y esa es la idea que propone el disco, que el auditor se sumerja en un viaje que lo conecta con sus antepasados y con la naturaleza, y también con el hecho de sentirnos afortunados de que nuestra existencia haya sido posible gracias a la herencia genética de nuestros ancestros. Tanto Toumas Holopainen como Floor han dicho que este es un disco muy positivo, que pretende ser esa luz al final del túnel, donde el grupo ha volcado sus propias experiencias como el cáncer que atrevesó Floor junto con el nacimiento de su segundo hijo durante el proceso de creación de este disco. De hecho, la banda inventó una palabra para bautizar esta placa: "Yesterwynde", que es una palabra nueva que no existe en ningún diccionario. Según Tuomas, "el término describe un sentimiento que cada oyente puede interpretar individualmente al momento de escuchar el álbum"; por lo que desprendemos que cada auditor es un universo único en la vasta inmensidad musical que presenta el disco.

 

Y en ese viaje, este no es un disco de canciones individuales o una colección de singles, es un todo, una obra íntegra que probablemente no presenta ningún elemento sónico nuevo que no hayamos escuchado antes en la banda, pero es un disco que suena inmenso (todas las orquestaciones se hicieron con un conjunto de más de cien músicos y corista clásicos, conducidos magistralmente por el director James Shearman), suena también más inspirado que el disco anterior (el que para mi funcionaba muy bien como un soundtrack más que como un disco de metal), y a pesar de sus más de 70 minutos de música, jamás se hace denso, manteniendo latente el interés y el deseo de saber que viene después, pero quizás lo más relevante sea sentir esa emoción de estar escuchando un álbum 100% Nightwish, un disco de metal sinfónico gigantesco en su infinita cantidad de detalles en los arreglos y mixtura de elementos sónicos, sobre los cuales la banda dibuja diversos ambientes, paisajes y estados de ánimo. Sin duda escuchar este disco es toda una aventura y una experiencia auditiva y sensorial, para la cual incluso se preparó una versión utilizando un mixing con Dolby Atmos (el que se utiliza en las salas de cine IMAX), por lo que aquellos que cuenten con un sitema Home Theater TrueHD 7.1, van a disfrutar del álbum con una sensación de sonido completamente envolvente.

 

Se pueden hacer muchos juicios valóricos, objetivos o subjetivos de este álbum, y todos pueden ser válidos, pero al final del día, la música es una conexión emocional, es un sentimiento o un "Yesterwynde" que te conmueve, que te estremece, que te emociona; y cuando uno escucha canciones como 'The Day Of…' con ese coro de niños la epidermis se eriza; o el misticismo de 'The Antikythera Mechanism' que nos lleva en un viaje arqueológico a la primera "computadora analógica" de la antigüedad más o menos al año 150 antes de Cristo, mientras que la tribalidad de 'The Children of ‘Ata' nos muestra la historia de un grupo de niños que quedaron varados un año y medio en una isla de Tonga en 1965, y tuvieron que organizarse como una sociedad donde cada uno tenía una tarea diaria que cumplir para poder sobrevivir, y que dio origen al libro "El Señor de las Moscas"; también tenemos el metal poderoso y rápido de 'An Ocean of Strange Islands', una verdadera tormeta sinfónica; la desnuda emotividad de 'Sway' con las voces de Floor y Troy Donockley fusionándose maravillosamente; la belleza etérea y mutante de 'Spider Silk' y la inmensidad espectral de 'Something Whispered Follow Me'. La verdad es que en este disco hay una gran variedad, y eso que no nombre todos los temas.

 

Como corolario, decir que este es un disco fome, poco atractivo o más de lo mismo, me parecería una tremenda injusticia, porque no estamos ante un álbum comercial de singles fácilmente digeribles, sino que estamos ante una invitación de explorar un viaje que puede ser rico en emociones y también en enseñanzas, y con una banda que nos ha dado tantas alegrías en el pasado como Nightwish, lo mínimo que se merecen a cambio, es acompañarlos en esta travesía fantástica y fascinante. Y tiempo para ello hay, porque la banda no hará gira de presentación de este disco, por lo que se rumorea que su regreso será el 2026, pero con grandes novedades. Mientras tanto, ¡que tengan una feliz Yesterwynde!

 

Cristián Pavez