Pasos

2017. Kafod Producciones

Un disco familiar, que reúne experiencia, juventud y rock progresivo. Esos son algunos de los ingredientes que incluye ‘Pasos’, el segundo disco de estudio de la banda de la Quinta Región, Kafod, formada en 2008. Pero no solo eso. Otro elemento que resulta llamativo en la historia de este álbum es su financiamiento. Carlos Cruz y Paula Demarco, dupla musical y pareja, buscaron apoyo económico a través del crowdfunding, que resultó exitoso en dos meses. El registro viene a relevar a "Nuevo Pulso" (2010), donde la agrupación emprendía la marcha por terrenos progresivos con tintes folk. Aquello sigue vigente en esta entrega, que además busca abarcar una mayor variedad de estilos.

En esta oportunidad, el baterista Esteban Silva, de Tephiret, y el guitarrista de 18 años Lucas Carrasco, acompañan el viaje de Cruz y Demarco, quienes han sabido cultivar las artes musicales de su hijo de 7 años, Juan Salvador. A su corta edad, el menor grabó voces y percusiones en un track y acompañó en batería la presentación del disco, con un gran desplante. Bajo la mano del productor Jorge Esteban, quien se ha desempeñado en títulos de Congreso, Los Tres y The Ramones, entre otros, la placa fue registrada en 2016, en estudios REC de Limache, y lanzada este año en Valparaíso. La etapa que separó ambos trabajos podría considerarse como extensa, pero Cruz la califica como “un proceso que había que vivir para retratar en el disco todo ese espacio temporal y que complementó el concepto del álbum”. En ese período la pareja de artistas continuó realizando apuestas musicales para, por ejemplo, presentaciones de danza.

El disco parte con ‘Cada vez’, la que se introduce con unos atmosféricos y tranquilos sonidos de teclado. Al instante, la banda entra en acción con el vigor propio del género. Las distintas voces de los instrumentos se van persiguiendo entre sí, pero sin opacarse, formando engranajes sólidos. ‘Respirar bajo el agua’ comienza con unas percusiones que funcionan como telón de fondo para que Cruz imprima una suave melodía vocal. En esta, el pequeño Juan Salvador participa en cantos y percusiones. ‘Buscando la paz’ parecía ir por una línea similar a la anterior, hasta que un coro robusto hace un contraste inusitado, que provoca un desasosiego interesante. Cruz luce su musculatura como cantante buscando registros similares a Geddy Lee, o quizás al de Myles Kennedy. Como complemento, Lucas Carrasco encaja un solo de guitarra desafiante y bondadoso. Un clímax alto, que quizás termina de forma demasiado abrupta. Justo cuando la guitarra está bordeando la cima de interpretación, cae la cortina, dejando con gusto a poco.

Las canciones posteriores son más tranquilas, haciendo gala de guitarras acústicas. ‘Consciente’ es el corte más pop. Un movedizo bajo dirige la pista, escoltado por sonidos de teclado y ritmos electrónicos. Todo en una clave casi bailable. Luego es el turno de ‘Ventana’, que abre con una percusión cercana a ritmos reggae, para más adelante tener un quiebre jazzeado, encaminado por un sorpresivo walking bass. Para el final llega uno de los puntos destacados del álbum. ‘Toki’ arranca como un atrapante instrumental lleno de capas sonoras que van progresivamente aumentando en fuerza. La incorporación de un poema en mapudungún del destacado poeta mapuche Elicura Chihuailaf aparece entregando profundidad y, por qué no, rescate cultural. Llegando al final, el in crescendo es envolvente. El mismo poema es cantado con fuerza en español, mientras los demás músicos  siguen la misma vehemencia hasta llegar al apogeo.

Un disco lleno de texturas musicales bien elaboradas y ejecutadas con altura. ‘Pasos’ es la reafirmación de que Kafod tiene un terreno bien ganado en su estilo, a punta de trabajo constante.

Juan Pablo Andrews

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