Hoping Against Hope

Martes, 02 de Mayo de 2017

2017. Cuneiform

Esperanza contra la esperanza podría ser la traducción del nombre del nuevo disco de la importante banda experimental estadounidense, Thinking Plague, quienes desde sus inicios han estampado de un fuerte contenido político en el más profundo y amplio sentido- a su discografía. Esto último se entiende a la perfección, pues el grupo ha rescatado la herencia de un politizado avant-garde europeo de los 70 (Art Bears, Slapp Happy, Henry Cow), pero imprimiéndole una potente identidad musical norteamericana. Thinking Plague ha venido desarrollando su trabajo de manera silenciosa y lenta desde principios de la década 80, pero, poco a poco, configurando un cuerpo de trabajo muy potente y personal.

Históricamente bajo el liderazgo del guitarrista y compositor Mike Johnson, la banda debutó en 1984 con el álbum ...A Thinking Plague y, aunque con períodos de inactividad, no ha dejado de editar discos como Moonsongs de 1986, In This Life de 1989, In Extremis de 1998 o el antecesor de este Hoping Against Hope, Decline and Fall de 2012. La actual formación de la banda está integrada por Mike Johnson en guitarra, samples e instrumentos midi; Mark Harris en saxos alto y soprano, clarinetes y flauta; Dave Willey en bajo, batería y acordeón; Elaine di Falco en voz, acordeón y piano; Robin Chestnut en batería y percusión y Bill Pohl en guitarra, a quienes se les suman numerosos invitados.

Hoping Against Hope está constituido por seis composiciones, que se caracterizan por sus virulentas dinámicas instrumentales, llenas de pasajes furibundos y de melodías angulares y fragmentadas, que se complementan con frontales partes vocales que resaltan por el tono de voz inquisitivo de di Falco. En piezas imparables como The Echoes of Their Cries, Commuting to Murder y Thus Have We Made the World, se puede reconocer al mejor Thinking Plague, desatando esas composiciones en extremo rockeras, pero llenas de síncopes, cambios inesperados y una fusión única de instrumentos tanto acústicos como eléctricos, que se despliegan con fiereza en conversaciones llenas de intensidad y sentido.

El sonido acústico y ese amor por el folk tan característico de la banda recordemos que las músicas autóctonas del origen de cada banda del RIO son primordiales para entender su estética y sonoridad-, se hace presente en el denso tema homónimo que, a diferencia de los nombrados anteriormente, se desarrolla en diez minutos de puro vértigo e ímpetu musical. Algo parecido sucede en The Great Leap Backwards, pieza en las que se rastrea el amor de la banda por la música docta contemporánea y el ruidismo controlado. Finalmente, los casi 14 minutos de A Dirge for the Unwitting, son un verdadero viaje por el cielo y el infierno que va in crescendo, expresando esos recónditos sentimientos de misterio, inestabilidad y arrojo al vacío, tan propios de las bandas del Rock In Opposition.

No hay duda que Hoping Against Hope está influido por la llegada al poder de Donald Trump. Teniendo aquello en mente, su título se clarifica. Los estadounidenses eligieron a un racista como su líder, estaban cansados de los políticos tradicionales y creyeron ver una esperanza en Trump Sin duda, una esperanza que se volverá en contra de sus esperanzas. Un disco editado en el momento preciso, con toda la acidez y frontalidad de una banda que, como debe ser el rock, siempre ha estado en la oposición.

Como decía una de los referentes del movimiento Rock In Opposition, el músico belga Roger Trigaux (Univers Zero, Present): El rock es una lucha, una protesta contra la injusticia, un modo de resistir a todo lo que degrada al ser humano y a su ambiente... un modo de construir un mundo más parecido a nosotros, un mundo basado en el respeto propio y mutuo... Sin coacciones y sin concesiones... Más que nunca, el rock tiene que innovar, provocar, enfrentar... Más que nunca, el rock tiene que estar en la oposición. Thinking Plague tiene claro esto último y Hoping Against Hope es una muestra fehaciente de que los estadounidenses están tan vigentes como siempre.

Héctor Aravena A.