Molo: el regreso de los dinosaurios

Pedro Pavez, guitarrista y principal compositor del power trío de Valparaíso, explica cómo se fue gestando el retorno de uno de los conjuntos más promisorios de la escena local y la nueva fase que la banda atraviesa, donde lo que prima es la honestidad musical por sobre todas las cosas.

“Vida y época en ninguna parte”, trabajo que salió a las calles el año 2014, fue la despedida discográfica de Molo. El largaduración evidenció, a juicio de la crítica, la evolución de un combo que, refugiado en el formato de trío, iba dando saltos grandes hacia un lenguaje sonoro propio. En eso estaban cuando Pepe Benavides, baterista, viaja a Estados Unidos y Pedro Pavez, guitarra y compositor principal, decide, tras varias idas y regresos, que a Molo había que enterrarlo. “Cuando dejamos de tocar, fue por cuestiones de desgaste que tenían que ver con la manera en que manejábamos a la banda y estábamos un poco en un techo creativo. Yo sentía que nos estábamos dando vueltas un poco en lo mismo y que no estábamos saliendo del lugar de confort”, dice de manera honesta el guitarrista, actual líder del proyecto Pavez y los Inseguros y, desde el pasado 13 de febrero, guitarra nuevamente del trío oriundo de Valparaíso.

-¿Qué hechos llevan a reflotar a Molo?

-El Pepe empezó a juntarse con ‘Nachoko’, que es el bajista nuevo, para buscar a un tercer músico para armar una banda y no encontraron y como el Pepe vive con mi mejor amigo, ahí nos encontramos y tocamos y funcionó bien.

Pavez, en ese sentido, destaca el aporte de Ignacio ‘Nachoko’ Ibarra. El bajista, proveniente de Tronic (el hired gun de ese grupo, de acuerdo al guitarrista) refrescó la propuesta conjunta de Pavez y Benavente, quien nuevamente asumió las baquetas de Molo. “Él es más chico. Tiene 25 años y viene, de alguna manera, a aportar también como ese elemento generacional que está un poco más fresco y nuevo”, explica el guitarrista.

Asimismo, el nuevo bajista comenzó a aportar en la composición. “Nachoko tiene mucha música de él. Ahí, llegamos al acuerdo de que yo, de alguna manera, podía controlar un poco más los aspectos líricos y la música iba a ser un poco más libre”, explica Pedro Pavez.

Pese a ello, Pavez se mostró un tanto reacio a reactivar el proyecto. “Yo quería ponerle ‘ya, tengamos una banda como sin pretensiones pero que sea una banda nueva, más fresca’ pero el Nachoko quería tocar en Molo por una cuestión como romántica porque a él le gustaba la banda y todo eso y el Pepe también fue partidario de que continuáramos en base a lo que ya teníamos y como que me costó aceptarlo pero dije ‘no puedo ser tan autoritario con decidir el futuro de la cuestión’ y lo acepté, y lo hice en la manera en que empezó a salir música altiro”, relata.

“A mí me gustaba la idea de rearmar la banda, pero rearmar la banda como una banda nueva, con la ingenuidad como de avanzar irreflexivamente y después retroceder en las observaciones. Entonces, estamos en ese proceso”, asegura Pavez.

Molo y la velocidad del sonido

Conforme se fueron sucediendo los ensayos previos al regreso, concretado el sábado 6 de enero en una fecha conjunta junto a los Kuervos del Sur, Molo fue creando canciones con un frenesí inusitado. De hecho, antes de la presentación, la banda ya tenía dos temas circulando en diversas plataformas digitales y uno de ellos, ‘Grito en el cielo’, se convirtió en el primer clip del grupo antes de siquiera subirse a un escenario.

“Los dos temas que grabamos rápido fueron los dos primeros temas que salieron en los primeros dos ensayos”, asegura Pavez y añade que “estamos como recién descubriendo de nuevo el habla de la banda. Yo sé que la música está saliendo con harta naturalidad y es mucha música, entonces tampoco hay muchos pies forzados como para lo que se viene”.

Esos temas y otros los presentaron en la fecha junto a Kuervos del Sur, grupo que de alguna manera, refleja lo que Pavez quiere alcanzar en esta nueva fase de Molo. “A mí me pasa con los Kuervos del Sur que es una banda que yo admiro mucho más allá de las cualidades musicales o artísticas o emocionales que me provoca la música de ellos, que me gusta mucho, sino que tiene que ver también con lo que proyectan y la manera en que han desarrollado el canal de su mensaje”, destaca.

“A mí me interesa, sobre todo, tratar de salirme de esa idea del rockero de polera negra que se saca fotos con los dedos con cachos y cree como que todo el mundo le está quitando un espacio. Es como que ahora estoy como un poco aburrido del lloriqueo roquero”, dice tajante Pavez.

El guitarrista y cantante de Molo adelanta que “en marzo vamos a entrar derechamente a trabajar en la composición y a trabajar días consecutivos, a meternos dentro. Yo creo que van a salir muchas canciones”. Aunque tienen varias fechas en esta temporada estival, el plan de Molo es uno solo: ponerse a punto. Y en ese aspecto, Pavez es autocrítico: creo que tenemos, que tengo mucho que trabajar porque mis compañeros, musicalmente, están en súper buena forma,”, dice, alabando a sus compañeros.

Además, revela que en esta nueva fase del grupo “me doy cuenta también de que yo finalmente soy un tercio. Si fallo un poco, mis compañeros me cubren, entonces me di cuenta también de que no tengo que jugar de diez todo el rato. A veces, tengo que jugar de lateral derecho, bajar a cabecear al corner (risas), ese tipo de cosas. Igual, estoy todavía procesando ciertos elementos pero lo que sí, es que estoy muy contento con el impacto y la reacción de la gente, eso ha sido bacán”, revela.

Felipe Kraljevich

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