Nunca Seremos Dichosos: Todas las luchas todas

Lunes, 02 de Diciembre de 2019

En medio de la rebelión popular, Awká, el vocalista de la banda, nos ayuda a entender la contingencia aportando una visión que encuentra nexos entre polos opuestos.

Por Andrés Panes

Con su excelso metal de influencias mapuche, Nunca Seremos Dichosos es la clase de banda que parece haber comprendido, antes del reventón social, que la verdadera cultura del pueblo mestizo jamás podrá ser blanqueada del todo, por mucho que se adopten modelos anglosajones. Básicamente la misma lección que la calle está enseñándole a los poderosos que desataron el estallido, pero asimilada desde una vereda musical en la que, como bien establece su nuevo disco, “Kollong”, existe una auténtica preocupación por mantener los pies en la tierra y no dejar que los rasgos identitarios cedan protagonismo ante una estética para nada autóctona.

- Por lo que cuenta Gastón Soublette, los mapuches rechazaban las ofertas para integrarse a otras civilizaciones. No cedían ante ninguna tentación, porque creían que su territorio era el paraíso y que debían cuidarlo. Creo que hay harto de eso en lo que está pasando, es como si defendiéramos este paraíso de las fuerzas que lo han convertido en un infierno.
- Estaba pensando algo parecido cuando caché que en Nueva York también habían empezado a hacer evasiones masivas para protestar. Sentí que esta lucha que despertó hizo notar que los chilenos tenemos antepasados que llevan más de 500 años peleando, entonces, todo esto es algo que nosotros llevamos en la sangre. Por alguna razón, esa lucha estuvo dormida caleta de tiempo, pero cuando estás en una marcha, te das cuenta de que es brígido cómo nos une y cómo hace que podamos estar juntos formando parte de una misma comunidad.

- Háblame de la conexión entre la música de Nunca Seremos Dichosos y la cultura mapuche.
- Nosotros creemos que es necesario cuidar la biodiversidad y la mejor forma de hacerlo es recordando que tenemos antepasados que hablaban un idioma y tenían una cultura que justamente le hacía justicia a todo eso. Hablar mapudungún es una forma de protesta, los mapuche son perseguidos por ponerle freno a las empresas transnacionales que para hacer negocios destruyen los bosques talando los árboles nativos y poniendo árboles que terminan dañando al ecosistema. Por eso tenemos letras en mapudungún, como la de ‘Mawiza Ñi Piwke’. El video de esa canción lo grabamos en una zona nativa de la Región de la Araucanía, el Parque Conguillío, donde hay árboles que tienen dos mil años y que ahora están enfermos y no sabemos cuánto tiempo más estarán ahí dadas las circunstancias, pero aun así tenemos que seguir luchando por esas causas.

- Nicanor Parra decía algo parecido, él creía que las respuestas para el futuro ya no estaban en el marxismo o en el capitalismo, sino en la ecología, comprendida como cuidado del medio ambiente y sus especies, pero también como una cosmovisión.
- Lo complicado es que el capitalismo, de alguna forma, se las ingenia para apoderarse de todos los pensamientos. Está el capitalismo verde, que te vende cosas diciendo que son ecológicas. Por eso es importante entender que las luchas son transversales y están todas juntas. Luchar por la tierra está junto al feminismo, el veganismo y la lucha de clases, es todo una gran lucha en la que ir hacia adelante.

- La música es muy importante en esa lucha, en todas las luchas.
- Claro, piensa en Víctor Jara. Su música era de protesta y sus letras también representaban un despertar en el país. Tenía un mensaje tan potente que unió a las personas y las motivó a salir a la calle, y su repercusión fue tanta que lo terminaron matando. En el caso del rock y el metal, también hay lucha en su ADN, en toda la dinámica de pegarle más fuerte a la batería, gritar, subir los volúmenes, distorsionar y hacerse notar, etcétera. Es un estilo que debería hablar siempre de una lucha. Si los estilos pasan comercialmente con el tiempo es porque decaen en su origen y empiezan a hablar de cosas banales.

- En el caso de ustedes, ¿cómo lo hacen para mantener la sustancia?
- Fusionando nuestro estilo con el sentir del pueblo latinoamericano, inspirándonos en personajes de nuestra propia historia, personajes a los que han matado en esta misma tierra. La música metal y la música mapuche comparten elementos, como el trance, y ambas requieren mucha energía para ser ejecutadas. Son músicas que no dejan de ser densas y oscuras, y que por eso encajan súper bien.

- Volviendo a la contingencia, ¿qué es lo que más te ha motivado de todo lo que has visto?
- Que los estudiantes dieran cara primero antes que nosotros. Cuando pasó eso, dije “ya, tenemos que ir nosotros también”. Desde el viernes 18 de octubre que no he parado de salir a la calle. Quizás hay momentos donde se vuelve un poco cansador salir tanto, pero ahí mismo en las marchas, en las personas que están ahí, uno encuentra la motivación para seguir. Es cuático lo que sucede.

- Despertó la fraternidad aparte de la conciencia.
- Sí, todos nos cuidamos entre nosotros y nos ayudamos, siempre hay cabros repartiendo agua con bicarbonato cuando tiran lacrimógenas. Estamos todos luchando por un bien mayor, por eso mismo nosotros bajamos el lanzamiento del disco y como que todo se detuvo. Nosotros como banda queremos lograr varias metas y vivir de la música, pero antes que nada nos interesa tener un mensaje a favor de las luchas. Este es el momento de cambiar las cosas.