Exodus & Criminal: Una noche para el recuerdo

Puntualmente inició la velada con la presentación de los nacionales Cabrío. Encendieron al público con una propuesta sólida y directa, una mezcla de thrash, rock y metal, con partes pesadas en sintonía a lo hecho por Down, y con otras secciones rápidas tipo Anthrax. Fueron una buena antesala, y en poco más de media hora se lucieron.

Slavery, otro de los destacados de la escena thrash local, fue el segundo show en presentarse. Más pesados, oscuros, más death metal, guturales, un cuarteto macizo y a la vena. Con treinta años de existencia musical, no tuvieron fisuras, fueron chacales.

Pocos minutos después de las 20 horas Criminal se apoderó del escenario. Mencionar que la presentación era el cierre de las celebraciones por los treinta años de vida de la banda. Todo un hito en la escena local e internacional. Como siempre, fueron potentes, veloces y brutales. En poco más de una hora recorrieron gran parte de su discografía, con un ambiente festivo, donde todos celebramos el metal.

El setlist, variado y contundente, no dio espacio para relajo. Abrieron con ‘Sistema Criminal’, de su último álbum, con mucha onda y energía. ‘Self Destruction’ y ‘Rise and Fall’ mantuvieron la locura, con un moshpit endemoniado y veloz. Aquí el Teatro ya se encontraba repleto.

‘Time Bomb’, ‘Stillborn’, ‘Live on Your Knees’ y ‘Caged’ fueron la antesala, con crudeza e insanidad, de uno de los destacados de la noche, ‘Slave Master’, aquí los fanáticos corrieron, chocaron y cantaron con demencia.

‘Collide’ fue una suerte de letargo, más lento, más denso, oscuro y poderoso. La celebración estaba en su clímax. ‘Scapegoat’, ‘Cancer’ y ‘Zona de Sacrificio’ continuaron la destrucción. Canciones con mucha onda, energía y fiereza, las que aumentaron el fanatismo y la magia de la noche.

‘Por la Fuerza de la Razón’, ‘Hijos de la Miseria’, ‘Worse’ y ‘New Disorder’ cerraron la presentación. Se podía apreciar en la banda una emoción renovada, un optimismo completo y que tuvo una oscura y brutal correlación con los fanáticos. Poco más de una hora de bestialidad, violencia y de clásicos de una historia que seguirá escribiéndose. Ayer fuimos parte de un acontecimiento único y renovador.

Por último, lo que todos estábamos esperando, cuarenta años de thrash en Chile: Exodus. Con una intro motivante, ‘We Will Rock You’ de Queen, los estadounidenses desataron toda su locura. ‘The Beatings Will Continue (Until Morale Improves)’ fue demoledor de entrada. Veloz, con los guitarristas corriendo en el escenario, un comienzo soñado.

‘A Lesson in Violence’, ‘Blood In, Blood Out’ y ‘And Then There Were None' y 'Body Harvest’ dejaron una constante: los fanáticos tenían ganas de girar con frenesí. Aquí el moshpit era insano.

‘The Years of Death and Dying’, ‘Deathamphetamine’ (una de las mejores de la noche), ‘Blacklist’ y ‘Piranha’ mantuvieron el ritmo, tanto de la banda como del público. Intensidad y amor, así se podría definir la velada.

‘Prescribing Horror’, ‘Bonded by Blood’, ‘The Toxic Waltz’ (con una curiosa intro de ‘Raining Blood’ de Slayer) y ‘Strike of the Beast’ daban señales de que la noche se acercaba a su fin. Sin embargo, la brutalidad no descendía y los fanáticos lo expresaban. Nunca disminuyó la locura, la fiesta y las expresiones más genuinas de delirio y pasión.

Por último, la banda cerró su presentación con ‘Metal Command’ (un debut musical de la gira) y ‘War Is My Shepherd’. Decir que la presentación superó la hora y media, dejando una de las impresiones más gratas: una banda histórica, canon del Thrash estadounidense, y que en nuestro país se mostró tal cual como son: cercanos, respetuosos, fanáticos y sanguinarios. Los miles de asistentes de seguro se retiraron, ya cerca de las once de la noche, satisfechos y agotados.

Mención especial al recinto. Enorme y acogedor, una de las salas clásicas para el metal.

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