Angra: Un viaje acústico a sus raíces

 

Desde su formación en 1991, Angra ha emergido como uno de los grandes pilares del metal sudamericano. Este ícono del metal no solo ha puesto en alto el nombre de su país, sino que ha tejido una conexión especial con sus seguidores en toda América Latina. Su primera visita a Chile en 1999 marcó el inicio de una relación estrecha con el público chileno, y este vínculo se ha fortalecido con cada visita. En su undécima presentación en el país, la banda decidió conmemorar su trayectoria de una manera única: regresando a sus raíces con un concierto en formato Unplugged, una oportunidad para redescubrir sus composiciones a través de arreglos acústicos.

 

La noche del domingo 1 de septiembre, el Teatro Teletón se llenó de una vibrante expectativa mientras los fanáticos se acomodaban para disfrutar del espectáculo. A las 20:10, las luces se apagaron, y el escenario cobró vida con la presencia del Ensamble Chordae Vocalis. Bajo la dirección de Karin Friedli, y acompañado por músicos como María Trinidad Henríquez (violín), Edgard Campos (violín), Gorky Largo (viola), Arturo Cabello (cello), Claudia Riquelme (flauta), Maya Tovar (oboe) y Javiera Lara (asistente de dirección), el grupo ofreció un telón de fondo musical que elevó el rendimiento de Angra.

 

Uno a uno, los miembros de Angra subieron al escenario: Rafael Bittencourt (guitarra, coros), Marcelo Barbosa (guitarra), Felipe Andreoli (bajo) y Bruno Valverde (batería), acompañados por el percusionista Guga Machado. La banda comenzó con ‘Nova Era’, y el momento en que Fabio Lione se unió al grupo desató una ovación que resonó en todo el teatro. Desde el primer momento, la belleza del formato Unplugged se hizo evidente. Cada músico mostró su virtuosismo y la banda interpretó un repertorio de 16 canciones que incluyó ‘Make Believe’, ‘Storm of Emotions’, ‘Gentle Change’, ‘Bottom of My Soul’, ‘Silence and Distance’ y ‘Reaching Horizons’. Los arreglos acústicos transformaron estas piezas en experiencias auditivas íntimas y emocionantes, cautivando al público con su complejidad y profundidad.

 

 

Sin embargo, un aspecto negativo del show fue la mezcla de sonido. En algunos momentos, la batería de Bruno Valverde estaba demasiado alta, lo que hacía que la percusión de Guga Machado se perdiera en ciertas partes y que los arreglos del ensamble de cuerdas no se apreciaran en su totalidad. Este desequilibrio en el volumen pudo haberse solucionado con una mejor configuración acústica, como una jaula para la batería y ajustes en los niveles de sonido.

 

El escenario, adornado con luces que evocaban estrellas y con el emblemático logo de la banda iluminado al fondo, proporcionó el ambiente perfecto para este evento especial. La primera parte del concierto concluyó con la invitación al escenario de la talentosa cantante Vanessa Moreno. Con su impresionante rango vocal, interpretó ‘Here in the Now’ y una versión conmovedora de ‘Wuthering Heights’ de Kate Bush. Junto a Fabio, ofreció ‘Tears of Blood’, una colaboración vocal que estremeció a la audiencia por su armonía y poder emotivo.

 

El show continuó con ‘No Pain for the Dead’ y luego el clásico ‘Holy Land’, interpretado por Rafael Bittencourt. La audiencia, sumida en la experiencia, cantó junto a la banda en ‘Late Redemption’ y se emocionó con una versión especialmente emotiva de ‘Rebirth’. La atmósfera se volvió aún más intensa con ‘Bleeding Heart’, mientras la banda comenzaba a despedirse.

 

 

Un aspecto destacado del concierto fue la interacción de Fabio Lione con el público. Como maestro de ceremonias, Fabio demostró una habilidad excepcional para conectar con los fans. Durante el show, mantuvo una comunicación constante con la audiencia, agradeciendo y reconociendo su apoyo. Su carisma y entusiasmo ayudaron a crear una atmósfera de camaradería y celebración, haciendo que cada fan se sintiera parte integral del evento. La banda también se tomó su tiempo para interactuar y compartir momentos especiales con sus seguidores, reflejando un verdadero aprecio por su devoción.

 

A pesar del cierre aparentemente definitivo con ‘Bleeding Heart’, los gritos y aplausos de los seguidores hicieron que Angra regresara al escenario para ofrecer el clásico ‘Carry On’. El teatro se llenó de la energía colectiva del público cantando al unísono, cerrando el show de manera vibrante y memorable.

 

En resumen, el concierto Unplugged de Angra en Chile fue una celebración íntima y emotiva de su legado musical. La banda no solo ofreció una interpretación acústica excepcional, sino que también demostró una conexión profunda con su audiencia, reafirmando su estatus como una de las grandes bandas del metal sudamericano. La noche fue un verdadero testimonio del poder de la música en vivo y del impacto duradero que Angra tiene en sus fans chilenos.

 

Matías Arteaga Sandoval

Fotos: Hernán Urtubia