Fatal Prediction Fest: El destino no puede matar al Metal

La tragedia se convirtió en una hazaña

Lunes, 11 de Noviembre de 2024

Fatal Prediction Fest: El destino no puede matar al Metal

Domingo 10 de noviembre de 2024, Teatro Cariola

¿Por qué el destino es así? Es una pregunta válida cuando nos pasa a nosotros, cuando nuevamente la oportunidad de vivir la experiencia de un mega festival se nos escapa de las manos. ¿Será el destino o acaso era algo que estaba predicho? No lo sabemos, pero sí sabemos que acá somos porfiados.

Somos como los personajes de tragedia griega, porque cuando el destino nos dice que no, le damos con más fuerza, nos rompemos más la espalda y salimos una vez más con todo en contra. Esa era la antesala que tenía el Fatal Prediction Fest, que con casi 10 días, logró un sold out inédito en la escena y que buscaba sacar a flote parte del CL Rock tras una triste cancelación. Un contexto necesario para entender lo que se vivió la jornada de anoche y que da cuenta de un futuro brillante en la escena.

Siendo casi las 16:00 hrs, con un calor agobiante y con el Campeonato Nacional definiéndose en Santiago, We Are The Monster tenía la difícil labor de abrir los fuegos en la jornada. La cancelación del evento anterior los dejaba como el único punto de resistencia de la escena local y si generalmente, estamos acostumbrados a que la primera banda de los festivales toque con poco público (y más en estas condiciones), acá la cosa fue diferente.

Con un recinto al 20% de su capacidad (y llenando, porque la fila se hacía notar en calle San Diego), los nacionales salieron con todo al escenario. Con una fuerza y brutalidad única, y cargando con el peso de ser los únicos locales y que debían representar al resto de sus compañeros, hicieron un show de lujo. Potentes, devastadores y enérgicos, lograron ir atrapando al público, que pese a la modernidad de su propuesta (entendiendo que era un cartel más “true”) se fue sumando a lo que singles como 'My Nightmare', 'Fearless' y 'Fire' tenían para ofrecer. Un inicio potente para la jornada y que logró la ovación y reconocimiento de la fanaticada.

Increíblemente el local se sigue llenando y para la segunda banda ya vamos en un 80% de la capacidad. Vemos gente comenzar a llenar las galerías y los pasillos se vuelven casi intransitables en el Teatro Cariola. Esto se va a venir con todo, perdimos una oportunidad de tener un festival y con rabia nos levantamos, hicimos un sold out de este evento y se nota, porque como nunca el Black Metal saliía a escena a plena luz del día.

Comienza la ceremonia tras bambalinas, logramos ver por los costados a la banda preparando su ritual y que uno a uno comienzan a ingresar. Watain regresa a suelo chileno y Erik Danielsson con una antorcha enciende su altar y comparte el fuego con sus seguidores para desatar la blasfemia con 'Ectasies In Night Infinite'.

Todo es parte de una ceremonia, cada canción y riff es usado para conectar con lo más oscuro del metal. La fanaticada es parte de esta posesión infernal y se suma fervientemente a la locura que traen los suecos al ritmo de 'Devil’s Blood' y 'The Howling'.

Nuestro representante en las tinieblas, el gran Álvaro Lillo, nos dedica palabras. No hace falta aleonar a este público, sólo hay que darle metal y Watain no perdona en este ritual, donde somos bautizados con sangre y este blasfemo vínculo se sella con el fuego de las cruces a la espera de que se apaguen con 'Malfeitor'.

El calor está en todo el aire y el recinto está repleto. Se ven a lo lejos aún filas de fanáticos que quieren entrar y es que lo de hoy será épico, prueba de ello es volver a contar con los legendarios Asphyx en el escenario para seguir la fiesta.

Con un setlist repleto de clásicos y casi sin pausas, los holandeses entran simplemente a machacar cráneos. Es una fiesta para el headbang y el mosh crece a más no poder mientras se entonan 'Botox Implotion', 'Molten Black Earth' y 'Death The Brutal Way'.

Martin Van Drunen sólo se ríe, no cree la locura que hay en el recinto mientras se limpia el sudor de la frente. Hace calor, vaya que hace calor, pero está valiendo la pena al ver el caos desatado con su regreso. Éxito tras éxito, Asphyx sigue devastando todo, en un show que se hizo corto, pero que repasó 14 canciones clásicas de su repertorio y donde no podían faltar 'Deathhammer', 'The Nameless Elite' y 'Last One On Earth'.

Algunos toman un break necesario, tratan de buscar aire en algún lugar de este infierno, casi como escalando colina arriba. Una clásica epopeya que puede ser bien contextualizada con la llegada y debut de Ne Obliviscaris en nuestro país.

El conjunto australiano hizo notar en redes sociales sus ganas de estar, de finalmente llegar a Chile, y vaya que valió la pena. Mezclando lo extremo, lo progresivo y lo sinfónico lograron atrapar a un público, que si bien no les jugaba completamente a favor, logró rendirse ante su talento y sobre todo su desplante en el escenario.

Interpretando lo mejor de su repertorio con 'Equus', 'Devour Me', 'Colossus Part I: Blackholes' y 'And Plague Flowers The Kaleidoscope' (canciones por lo demás bastante extensas para su reducido tiempo), lograron llamar la atención. Dejaron una huella en el evento y se diferenciaron, acotaron la cuota de diversidad y fue sumamente bien recibido con el mosh y los fanáticos que lo dieron todo en su show. Hasta al público se tiraron, abrazando la locura del infierno chileno, uno del cual escapamos cual Divina Comedia.

Si más épico no puede ser este evento, se viene la cuota heroica con el desembarco de los vikingos de Enslaved. Comandados por Ivar Bjorson, los noruegos regresaron al país a saquear lo que les quedaba.

Con un sonido sumamente pulido y técnico, pero no por eso menos pesado y demoledor, retumbaron hasta Yggdrasil con la apertura de 'Kingdom'. Fueron cercanos a la gente, se movieron por todo el escenario y trajeron el frío del norte a una noche que ardía en el fanatismo de los amantes de la música extrema.

'Forest Dweller', 'The Dead Stare' y 'Allfadr Odinn' fueron parte de un setlist breve, pero devastador, pensado para la locura del fanático chileno. No obstante, todas las miradas y aplausos son para la ejecución de 'Havenless' que hizo a todos aplaudir y cantar en la lengua extranjera, cual ejercito que se prepara para el ataque a otro reino.

Enslaved nos dejó a las puertas del Valhalla y nuestros comandantes para guiarnos a Asgard y más allá serán Unleashed. El Viking Death Metal será el encargado de cerrar la jornada y arrancamos fuerte al ritmo de 'To Asgard We Fly', 'Lead Us Into War' y 'The Longships Are Coming'.

La jornada puede que nos haya agotado, el insufrible calor ha sido un duro rival, pero estamos decididos a que esto no acabe por rendición, seguimos en pie mientras 'Midvinterblot' y 'Hammer Battalion' suenan en San Diego.

El mosh no debe parar y los integrantes de Unleashed sólo ríen de felicidad y brindan con Royal al ver el desempeño de sus guerreros. "Les prometimos que íbamos a volver y acá estamos", una promesa que ayer había que abrazar, contra viento y marea los escandinavos regresaron a nuestro país y si bien la condición pudo ser adversa, no nos detuvo de vivir este ritual juntos.

Fatal Prediction, como lo dice su nombre, era quizás una muestra de lo implacable que es el destino con nosotros. Siempre que vamos a tener un festival más grande algo pasa, algo nos los quita. Ayer no fue así, nos aburrimos de esa realidad.

Ante lo confuso que ha estado todo, Spider Prod no sólo fue apoyado por los fanáticos locales, sino que por otras productoras, quienes llenaron de metal la jornada del 10 de noviembre. Todos los colegas se desplegaron por Santiago y así también lo hicieron los fanáticos.

Nos aburrimos de esas predicciones fatales, que nos dan por muertos antes de tiempo. Siempre es la misma cosa en este lado del mundo, pero te digo algo, nos cansamos.

Siempre vimos a la lejanía como las bandas que amamos y soñamos con ver nunca bajaban, todo era lejano y ahora que lo tenemos nos negamos a perderlo. Es una tragedia griega, los protagonistas luchan contra el destino, sabiendo que el destino puede ser fatal, pero nosotros estamos dispuestos a darlo todo porque no sea así, no otra vez.

Ayer demostramos que esta escena no la para nadie y si debemos en 10 días levantarnos para llegar al infierno o al Valhalla lo vamos a hacer. Fue una muestra de aguante por el público local y de fraternidad con las bandas que pusieron todo de sí para venir en un escenario súper adverso. Da igual cual sea el destino que nos toque, o lo difícil que este sea, ayer nuestra escena dejó en claro que nos negamos a perecer, dejamos en claro que el metal en Chile no se puede matar.

Felipe Pino Guerrero

Fotos: Rubén Gárate