Kongos: Un nuevo estilo de baile

Sábado, 22 de Abril de 2017

Viernes 21 de abril, 2017

Club Amanda

Los hermanos Kongos captan la sensibilidad del pop, podríamos decir que lo llevan en la sangre: su padre, John Kongos, fue un conocido cantautor sudafricano en los 70 (rescatado en 1990 por Happy Mondays en su famosa Step On). El dominio que tienen como compositores al haberse criado entre instrumentos y estudios de grabación, como lo contaron en nuestra entrevista, lo vuelcan en una propuesta personalizada de rock alternativo, cuyos matices son dados por su innegable origen, ya que su repertorio cultiva y experimenta con el ritmo popular que puso a bailar a toda Sudáfrica: el kwaito (subgénero parido en los suburbios de Johanesburgo, confeccionado a partir del hip house, el rap, el folklore sudafricano y el dancehall).

Con esas credenciales, el grupo creado hace una década e integrado por Johnny (acordeón y teclado), Dylan (bajo), Jesse (batería) y Danny (guitarra), se presentó por primera vez en el país ante el discreto marco de público que llegó a la sala de Vitacura, que como de costumbre, sonó impecable. Siempre de menos a más. Por otra parte, lo primero que llamó la atención fue la atípica puesta en escena de la banda: los cuatro músicos dispuestos en perfecta fila arriba del escenario, a lo Kraftwerk.

El setlist que presentaron estuvo cargado a las canciones de su último disco, Egomaniac. Partieron tímidamente con ´Repeat after me y Underground, las que pusieron en evidencia otra de sus características performativas: todos actúan como vocalistas, casi como en una intención coral de boyband. No hay un frontman definido o un solista que destaque. Los cuatro ofician en aquella labor, lo que suma gratamente en el total de la propuesta y demuestra que su hermandad es llevada a todos los niveles.

Cuando sonó Hey I don know, el público se conectó con la banda. Y ésta lo sintió. Se soltaron y se sacaron los nervios e inseguridades que se percibieron en las primeras canciones. La guitarra tomó cierto protagonismo, emparentándose a los sonidos del southern rock, muy a lo Kings of Leon. El aporte del acordeón es decidor en esto también, reforzando la idea de sincretismo, ensalzando una propuesta que hace hincapié en su origen africano con los sonidos de avanzada del rock moderno.

De esta manera, Kongos va visitando distintos domicilios sonoros. I dont mind, por ejemplo, tiene un sonido muy eléctrico en la manera de concebir el blues del Delta, con el slide en la guitarra y un canto rápido y agudo (gracias, Jack White); o The world would run better, donde son las secuencias pregrabadas y la electrónica la que toman más protagonismo (quizás inspirados en sus coterráneos Die Antwoord). Acá también realizaron su coqueteo con el público local, cambiándole la letra que hace mención a Argentina, pero que en esta ocasión -y cómo no- mencionando a nuestra capital: Santiago is too far south / They should move it closer to my house.

Otra sorpresa fue la extraña versión personalizada que hicieron de Get back. Con un estilo entre soul eléctrico y bluebeat, el clásico de The Beatles fue invadido en el estribillo con fraseos de Da Funk, del dúo francés Daft Punk. Y como si todo eso no era lo suficientemente innovador, entra un integrante del staff para rapear en medio de la canción. La lógica del árbol de Navidad para una canción que no necesita tanta parafernalia. Sin embargo, funcionó para prender a los asistentes, y situarlos en una fiesta que llegó a su clímax con la canción que puso en el mapa a Kongos, Come with me now, la mejor muestra de su energizante propuesta.

Luego del break, y justo a una canción antes de terminar, Jesse rompe la caja de su batería. Luego del cambio, la última de la noche fue otro arriesgado cover, esta vez aludiendo a sus influencias new wave. Blue Monday sonó en una versión algo desafiante al no incluir la clásica pista pregrabada de batería, haciéndola más cercana al rock, pero que sin duda le faltó fuerza y el eterno espíritu de baile que le impregnó New Order.

En general, las canciones crecen potencialmente en vivo, ciertas improvisaciones que se permiten le dan más volumen, y dependiendo de los estilos de cada una de ellas, llevan al público a distintos puertos. La banda tiene energía y potencia, pero se nota cierta resistencia a canalizarla a demostraciones más viscerales, en pos de mantener cierta elegancia en la ejecución. El toque distintivo del acordeón y sus influencias del township sudafricano, los pone, quizás, en la categoría de una banda que está reformulando el concepto de la world music, mucho más moderno y sofisticado a nuestros tiempos, sacando de su lugar de confort al monoseado rock indie alternativo, que se está quedando sin ideas, pero que tiene a una banda como Kongos para darle una bocanada de aire fresco.

César Tudela

Fotos: Jaime Valenzuela (Lotus)

SETLIST

1.Repeat After Me

2.Underground

3.Hey I Don t Know

4.Where I Belong

5.I Don t Mind

6.I Want It Free

7.The World Would Run Better

8.Get Back (The Beatles) / Da Funk (Daft Punk)

9.It s a Good Life