Viernes de Crucifixión: Buscando al telonero de Slayer

Viernes 14 de abril de 2017 
Auditorio Lumiere – Bogotá 

En los más de treinta años de carrera que lleva consigo Slayer, el próximo 3 de mayo la banda pisará por tercera vez suelo nacional para propinar uno de sus salvajes conciertos. Masacre en el 2006 e Hybrid Minds en 2011 tuvieron el reto de abrir a un grupo reconocido en el mundo por aplastar a sus teloneros. Nuevamente la puerta para un osado conjunto nacional se abrió y esta noche vinimos a saber quién sería el elegido para tocar con los estadounidenses.  

Un Viernes Santo es el día más simpático que puedo encontrar para haber llevado a cabo este evento. Tradicional jornada caracterizada por el mal clima, la modorra y la televisión colmada de películas bíblicas. Otra cosita, los bares no abren por convicciones religiosas o porque el éxodo de viajeros dejan a esta ciudad medio muerta. Como fuese, esta noche hubo cerveza y metal nacional en el Auditorio Lumiere. Bendito sea. 

Un centenar de personas atestiguaron una “batalla de las bandas”, con Sacred Goat saltando en primera instancia al entablado. Carentes de bajo eléctrico pero con dos guitarristas afilados, el cuarteto que lidera vocalmente Karina Ortega desplegó su propuesta. Sin duda un martillazo cuando apenas caía la noche. La cantante se movía con fiereza mientras Cristian Martínez en los tambores no tenía respiro en ese plato de grind, death metal y hardcore. Tal agresividad sonora se vio un tanto mermada por la timidez escénica de todo el combo; al menos en comparación a sus contendientes que demostrarían una mayor interacción con los espectadores. 

Al igual que Sacred Goat, los bogotanos Ikarus Falling se batieron en su día en el famoso festival Rock al Parque. Sin embargo los segundos mostrarían una alineación muy distinta a la de entonces, ahora con la bajista MadKat (Narcopsychotic) y un nuevo cantante. Prestados o miembros estables, desde la partida lo del quinteto fue de tirar una combinación de thrash-core con su frontman lanzándose literalmente a la audiencia a fin de prender el pogo. Sacaron jugo a sus tiempo en tarima, en un ejercicio de disfrute y acople. 

En el remate, los triunfadores del pasado Rock al Parque, Perpetual Warfare, supieron sacar provecho llevando a sus seguidores y teniendo a juicio personal el mejor performance. Sin adornos ni rodeos estamos ante un cuarteto de thrash metal a la vieja usanza, con dos guitarras que destripan acordes, una base rítmica endemoniada y una garganta rasposa que navega entre el caos y la diversión de la que van sus letras. Sólidos, rápidos y con el respetable en el bolsillo, pronto quedó claro que estos melenudos tendrían el boleto directo como antesala de Slayer. 

Preparando lo que será su tercer disco, del que tocaron esta noche la canción ‘Earthliens’, Perpetual Warfare fue nombrado por los jurados en concordancia con las votaciones vía internet como los ganadores de la velada. Los méritos no están en duda. Solo veinte minutos les bastaron para mostrar que su música está para codearse con los grandes. Que lluevan bendiciones.

Alejandro Bonilla Carvajal 
Fotografías: Khristian Forero 

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