Joy Division: Más allá de lo eterno Una mirada al libro "El fuego helado" Sábado, 15 de Junio de 2019 El pasado jueves 2 de mayo, se lanzó “Joy Division: El fuego helado”, libro del escritor español Marcos Gendre, organizado por la editorial independiente Santiago-Ander en la librería del GAM, y presentado por los periodistas Rossana Montalbán y Francisco Reinoso. La celebración de los 40 años de “Unknown Pleasures” –debut discográfico de Joy Division– justifica de manera perfecta una nueva visita al catálogo de los mancunianos, esquivando la biografía predecible en pos de la reflexión y el hallazgo de elementos que amplíen la visión justo cuando creemos que ya está todo dicho. Transmisiones descontroladas Marcos Gendre es un autor con agallas. Conocido por su pluma intensa en publicaciones como Rockdelux o Mondosonoro, al español no le tembló la mano para desmembrar la fugaz discografía de Joy Division sin caer en aquellos datos que vemos replicados una y otra vez. El texto se editó hace cinco años en España, pero su lanzamiento en Chile coincidió justo con la celebración de los 40 años del fundamental “Unknown Pleasures”. Desde su tierra natal, Gendre explica sus motivaciones a través de un video proyectado en la presentación del GAM: «Se ha escrito mucho sobre Joy Division en modo copy/paste. Quería englobar su ideario visual, cinematográfico y sonoro, también su pasado, su futuro y el eco que generaron». El autor propone un viaje exhaustivo por discos y singles, diseccionándolos canción por canción para mapear las conexiones sociológicas y musicales de esas transmisiones descontroladas que se adelantaron a toda una época. Cuando analiza la adquisición de influencias, el procesamiento de estas y su posterior relevo a las siguientes generaciones, Gendre valora el coraje que tuvieron Curtis, Hook, Sumner y Morris para transgredir las barreras estilísticas y mostrar una evolución impresionante entre “Unknown Pleasures” y “Closer”. Al respecto, Rossana Montalbán indica que «The Beatles hizo todo en diez años, pero a Joy Division solo le tomó dos. El salto estético y compositivo entre ambas obras es sustancial. Pasamos del sufrimiento postpunk en estado primario a un clímax de rock experimental». Para perpetrar esa hazaña, lo lógico sería que las bandas inspiradas en Joy Division tuvieran esa misma hambre de exploración, pero Gendre reclama que se quedan en la traducción literal de los códigos. «Según el autor, Interpol, Editors o Savages se alimentan de puro revival –dice Montalbán– En su afán por recoger los elementos distintivos, se convierten en agrupaciones que siguen guiones preestablecidos sin arrojo, aventura ni propuesta». Del negativo al positivo Si hubo una pieza clave que definiría para siempre las señas de identidad de Joy Division, ese era Martin Hannett. Francisco Reinoso destaca la acertada decisión de Gendre al realzar la figura del productor como «el personaje que los sacó de la zona de confort para superar la rigurosidad instrumental de The Clash y la propuesta de los Sex Pistols en el big bang de la era 1976-1977». Pares generacionales como The Cure o Killing Joke entendieron que los lineamientos ortodoxos del punk eran demasiado limitados y que el futuro venía con los sintetizadores. No era fácil verlo en la época, pero el tiempo le dio la razón a Hannett, como explica Reinoso: «Peter Hook se mostraba escéptico frente a la instalación de las cajas de ritmo, pero Hannett tenía claro que tenían que llevar el punk al siguiente nivel». Tras el deceso de Curtis, la creación de New Order fue como pasar desde el polo negativo al positivo, transición que no se podría entender sin la huella imborrable de su primera encarnación. «Es un cierre luminoso. Nunca los he separado y siempre los entenderé como una evolución natural», relata Gendre. En el libro, se postula que este cambio de piel no solo reflejó la superación de la pérdida humana, retrató también la transición del Manchester industrial, en blanco y negro, hasta su transformación en el epicentro de la música pop y la cultura de clubs en los 80. La importancia del contexto histórico, el ojo clínico en detalles satelitales, la construcción del árbol genealógico, la escucha oblicua de cada canción y la reivindicación fuera del culto banal, son parte de los elementos que transforman la lectura de “Joy Division: El fuego helado” en todo un placer. Las nutridas reflexiones de Gendre aportan una mirada fresca, casi tan transgresora como el espíritu de la misma banda, justo en el momento oportuno para que la efeméride avale esta revisión sustentada en testimonios e historias retratadas de manera precisa. Marcos Gendre escribe un texto con corazón y alma que permite entender la atmósfera que llevó a Ian Curtis y los suyos a trascender más allá de lo eterno. Pablo Cerda Encuentra este contenido en nuestra revista. Tags #Joy Divisio # JoyDivision # Ian Curtis # Joy Division: El fuego healdo # Marcos Gendre # Peter Hook # Bernard Sumner Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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