Guía básica a la discografía de Paul McCartney

Una invitación a sumergirse en su catálogo

Jueves, 18 de Junio de 2015

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Casi treinta son los álbumes de estudio editados por Paul McCartney y sus distintos emprendimientos desde que abandonó a The Beatles. Aquí te damos una mano, al menos para iniciarse en un historial tan amplio como irregular.

El gran sacudón
“Ram”, 1971

“McCartney” fue el álbum que marcó el quiebre de The Beatles. No solo debió Paul cargar con la odiosidad de sus ex compañeros, sino que vio cómo John y George firmaban obras envidiables con “Plastic Ono Band” y “All Things Must Pass”.

En vez de cargar el molesto peso de aquella competencia, Macca prefirió liberarse de toda presión, y simplemente divertirse. Así, llegó a ‘Uncle Albert/Admiral Halsey’, y a las blufeadas ‘3 Legs’ y la casi ridícula pero pegajosa ‘Smile Away’. En el camino, reapareció la inspiración, con la beatlesca y colorida ‘Too Many People’ y el impecable cierre de ‘The Back Seat of My Car’. Así se selló el verdadero primer gran paso del McCartney solista.

El álbum definitivo
“Band on the Run”, 1973

A estas alturas del partido, todos tenían claras las fortalezas de Paul, bajo qué sonoridades se hacía más fuerte, y qué lo diferenciaba de todos sus contemporáneos. Sin embargo, aún le faltaba imprimir su sello en un disco que pudiese representarlo integralmente.

Por fin, “Band on the Run” captura cada una de las facetas del músico mejor que cualquier otra publicación que lleve su nombre. Exhibe su dominio absoluto de la canción pop en todos sus estilos: de la potencia de ‘Jet’ a la elegancia de ‘Bluebird’, sin descartar la simpleza con ‘Mrs. Vanderbilt’ y el rocanrol de ‘Helen Wheels’.

La nota más alta viene por cortesía de las ambiciones de ‘Nineteen Hundred and Eighty Five’, la afilada vehemencia de ‘Let Me Roll It’ y la barroca perfección de ‘Band on the Run’. Por donde lo tomemos, aquí tenemos un álbum para la eternidad.

El tropiezo de Wings
“Wings at the Speed of Sound”, 1976

Erróneamente, se cree que los setentas fueron una época dorada para Sir Paul y sus Wings. A no confundirse; el éxito de “Band on the Run” fue demasiada carga sobre los hombros de sus sucesores, “Venus and Mars” y especialmente “Speed of Sound”.

El registro de 1976 es de lo menos inspirado que recordemos de la banda, en donde ni siquiera el popular sencillo ‘Let ‘Em In’ se salva de una insoportable abulia y ausencia de buenas ideas.

Jugando con los Súper Amigos
“Back to the Egg”, 1979

El que finalmente fue el último álbum con los Wings no es precisamente una despedida tan feliz como “Abbey Road”. Sin embargo, nos encontramos con esta fabulosa muestra de la inagotable grandeza cancionera de Macca, con ‘Getting Closer’.

Pero ni siquiera un track de esa magnitud puede opacar el lógico foco de atención del LP: la impresionante lista de invitados, que incluye a David Gilmour, Pete Townshend, John Paul Jones, John Bonham, Kenney Jones, Ronnie Lane y Hank Marvin entre otros. Se unen en la poderosa ‘So Glad to See You’, y la premiada instrumental ‘Rockestra Theme’, dos imperdibles para cualquier coleccionista.

El más lúcido de sus atrevimientos
“Tug of War”, 1982

Todos esperaban cuál sería la reacción discográfica de Paul a la muerte de. Poco antes del fatídico 8 de diciembre del 80, ya había telefoneado a George Martin, y lejos del lógico refrito a The Beatles, aprovechó el foco del productor para consagrar una propuesta acorde con la nueva década, siempre con el buen gusto británico.

La belleza acústica ‘Tug of War’ y ‘Here Today’ (el sentido homenaje a John) ofrecen el balance a las colaboraciones son Stevie Wonder (la clásica ‘Ebony and Ivory’ incluida) y la atrevida ‘Dress Me Up As a Robber’. El remate lo ponen ‘Ballroom Dancing’ y ‘Wanderlust’, inmejorables retratos de cómo la infinidad de recursos de Macca puede alcanzar altas cumbres con una correcta dirección.

Mejor no escucharlo
“Pipes of Peace”, 1983

El fantástico “Tug of War” dejó a Paul en gran pie en los ochentas. Pero poco tardó en tropezar, contagiarse con los vicios de la época, y ofrecer un álbum para el olvido.

La producción de George Martin no es el aporte que uno imaginaría, esa batería de plástico enferma a cualquiera, y la falta de imaginación conspiran en contra de uno de esos lanzamientos que se pudo haber evitado. Y qué decir de la colaboración con Michael Jackson en ‘Say Say Say’. Convengamos en que, salvo el beat irresistible de ‘Average Person’, “Pipes of Peace” debiese quedar solo como un mal recuerdo.

Fabuloso otra vez
“Flaming Pie”, 1997

Memorable regreso de Paul a su carrera solista tras el reencuentro con el legado de los Fab Four para la edición de los “Anthology”. Dicha nostalgia se plasma en toda la placa, coproducida entre el mismo músico, Jeff Lynne y George Martin.

La primera colaboración en composición de Macca con el buen Ringo en ‘Really Love You’, exitosos singles como ‘Young Boy’ y ‘The World Tonight’, una perla llamada ‘Calico Skies’ y ‘The Song We Were Singing’ son sólo algunos de los muchos argumentos para enviciarse con este inmenso trabajo.

¿La última obra maestra?
“Chaos and Creation in the Backyard”, 2005

Nadie hubiese creído que Paul McCartney aún tenía ganas de seguir desafiándose a los sesenta y tantos años. De pronto, y contra todo pronóstico, el inglés apareció trabajando con el productor de Radiohead, Nigel Godrich. La sociedad funcionó, dejando como legado uno de los más inspirados discos de Macca.

Lleno de baladas, ninguna de ellas empalagosa, la ya veterana leyenda se va de viaje por sus más profundas sensaciones, y las comunica en forma de grandes melodías. Hay de todo: desde la colosal ‘Riding to Vanity Fair’, a remembranzas beatlescas, como ‘English Tea’ y la inolvidable delicadeza de ‘Jenny Wren’. Y en ‘Fine Line’ y ‘Promise to You Girl’, Paul redescubre la alegría melódica sin exponerse más de la cuenta.