Diversidades trans en la música popular: un mundo por explorar

Desde sus inicios el rock and roll fue parte de la contracultura y mientras artistas y cantantes ofendían a generaciones de adultos conservadores, los adolescentes enloquecían ante el talento y ambigüedad de figuras atrayentes y vitales. Entre ellos Little Richard, quien a mediados de la década 50 sentó las bases del estilo, sin dejar de ocultar su evidente homosexualidad, que sin duda era uno de los componentes atractivos de su despampanante y carismático espectáculo sobre el escenario.

 

Desde aquella lejana década donde nació el rock and roll y las superestrellas, la cantidad de músicos -hombres y mujeres- que han jugado un rol ambiguo sobre y bajo las tablas y que han declarado ser parte de la comunidad LGBTIQ+ en algún momento de su carrera o han apoyado abiertamente los derechos del movimiento, han sido innumerables. Nombres tan importantes en la música como David Bowie, Dusty Springfield, Freddie Mercury, Elton John, George Michael, Pet Shop Boys, Rob Haldford, Ani Difranco e incluso Gaahl, quien fue vocalista de la banda de black metal noruego, Gorgoroth entre 1998 y 2007, han declarado abiertamente pertenecer al colectivo. 

 

No obstante, la comunidad trans sigue siendo para muchas personas un tema tabú e incluso algunos y algunas creen que se trata de individuos enfermos, aun cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar a la transexualidad como un trastorno mental en 2018. Además diversos estudios a nivel global y local concluyen que la población transgénero es la que está expuesta a mayor discriminación de parte del mundo heterosexual y patriarcal y a altos niveles de suicido e intentos de suicido. Los datos son claros: en la población general la tasa de intentos de suicidio es de 4,6%, la cifra se eleva entre 10 a 20% en personas lesbianas, gays y bisexuales y a un 41% en personas transexuales o no binarias (fuente: American Foundation for Suicide Prevention 2017).

 

Ser trans en el mundo de la música

 

Uno de los casos de visibilidad trans en la música pop/rock, se dio cuando David Palmer, tecladista y arreglista de Jethro Tull entre los años 1976 y 1980, anunció en 2003 su transición a Dee Palmer y al año siguiente su operación de cambio de sexo. Algo que en un momento dejó perplejos a sus ex compañeros de banda pero luego de un tiempo dejó de ser tema, e incluso después de ello ha colaborado en vivo en algunas ocasiones junto a Ian Anderson y en la banda de Martin Barre.

 

Otro caso conocido es el de Mina Caputo, quien en los noventas alcanzó un pequeño éxito comercial dentro del metal alternativo con su banda Life of Agony gracias a los discos “Ugly” (1995) y “Soul Searching Sun” (1997). Para ese entonces ocupaba su nombre de nacimiento, Keith y su imagen masculina, mientras que por dentro sufría por no poder expresarse tal cómo sentía que era.

 

 

De acuerdo al  sitio web mariskalrock, Caputo estuvo a punto de quitarse la vida en 2008 debido a que su situación de identidad de género se hacía insostenible, pero un amigo le aconsejó visitar a un terapeuta sexual que le dio dos opciones: vivir como mujer las 24 horas del día o empezar a tomar hormonas y comenzar las transición hacia su nuevo género. Ella eligió lo segundo y en 2011 “salió del clóset” como mujer transgénero. En el plano musical, se ha mantenido entre idas y venidas con su banda Life of Agony, con quienes lanzó un álbum titulado “The Sound of Scars” en 2019.

 

Pandroginia

 

 

En 1993 Genesis Breyer P-Orridge, cofundadora junto a Cosey Fanni Tutti de los fundamentales y caóticos Throbbing Gristle a fines de la década 70, y luego de la disolución de estos fundadora de su propio proyecto de new wave, post punk y psicodelia, Pyschic TV, comenzó junto a su segunda esposa, Jaqueline Breyer, alias Lady Jaye, un extraño proyecto de arte y amor denominado “Pandroginia”. Ambas empezaron a someterse a diversos procedimientos quirúrgicos como implantes mamarios, de barbilla y pómulos, con tal de parecerse la una a la otra y formar un solo ser “pandrógino” no binario. 

 

“Queríamos acabar con las dualidades de una sociedad que divide a todo en dos: hombre y mujer, blanco y negro…”, comenta Genesis P-Orridge en el documental “The Ballad of Genesis and Lady Jane” (2011), dirigido por Marie Losier. Dicha película ganó el Teddy Award en el Festival de Cine de Berlín como mejor documental LGBTIQ+. La directora estuvo grabando a la pareja durante tres años, luego hubo una pausa de un año y finalmente se terminó de rodar en 2009.

 

Asimismo, en una entrevista para la revista portuguesa Artecapital en 2013, Genesis Breyer P-Orridge señaló que habían pasado la última década realizando clases sobre sexualidad y género. “Estuvimos en la Universidad de Yale hace tres o cuatro semanas, lo cual fue un honor. Esta última clase a la que fuimos invitadas a enseñar fue un seminario de psicología sobre ‘Sexualidad, género y perversión’, basada en las teorías de Freud, lo cual fue una sorpresa… nunca leímos a Freud, pero fue una clase muy interesante: hablamos sobre el cuerpo, la conciencia, cuestionamos dónde vive realmente el ser humano ¿En el cuerpo? ¿O en la mente? Ese tipo de cosas. También nos acercamos a este mundo binario en el que vivimos: masculino y femenino, bueno y malo, islam y cristianismo, blanco y negro, etc., y  cómo se convirtió en una perspectiva peligrosa de la llamada realidad. Tenemos que cambiar esa visión”.

 

Jacqueline Breyer murió en octubre de 2007 debido a problemas cardiacos derivados de un cáncer al estómago. Desde ese momento Genesis P-Orridge siempre ocupó el pronombre “nosotras” o “nosotres” para referirse a sí misma, ya que aseguraba que su esposa la acompañaba desde el plano espiritual mientras ella seguía en el terrenal. El 14 de marzo pasado Genesis P-Orridge falleció de leucemia a los 70 años dejando un inconmensurable legado cultural e influenciando a una enorme cantidad de músicos como Trent Reznor de Nine Inch Nails, Al Jourgensen de Ministry, Sonic Youth, Cabaret Voltaire y Einstürzende Neubauten, entre muchos otros.

 

Sensibilidad, voz y piano

 

 

Hace 20 años Antony and the Johnsons debutó en el mundo musical gracias a que el hombre tras Current 93, David Tibet, apadrinó a la banda y publicó su primer trabajo en su extinto sello Durto. El nombre del grupo está directamente relacionado con la activista transgénero Marsha P. Johnson, cuya muerte aún no se esclarece. Este caso puede ser revisado en el excelente documental de Netflix “The Death and Life of Marsha P. Johnson” (2017), dirigido por Óscar David France.

 

En 2001 la banda llamó la atención de Lou Reed, quien reclutó en ese entonces a Antony Hegarty, quien ahora utiliza el nombre no binario de Anohni, para  su decimonoveno disco en solitario “The Raven”, donde aparece junto a otros vocalistas invitados como David Bowie y Laurie Anderson. Además, Hegarty participó en la rendición en vivo que hicieron del fundamental álbum de Reed, “Berlin”.

 

En 2005, la banda lanzó “I am a bird now”, su disco mejor logrado y con el que se dieron a conocer masivamente. Este álbum sigue la línea musical del disco anterior que combina la hermosa voz de Anohni con arreglos piano, violonchelo y violín, además de bajo y batería. El disco además de contar con colaboración músicos invitados contemporáneos a ella como Devendra Banhart y Rufus Wainwright, tiene la participación de sus héroes de adolescencia, Lou Reed y Boy George, y ganó el premio Mercury Price al álbum del año.

 

Las letras de este álbum son bastante personales y relatan la historia de una mujer transgénero desde que era una niña hasta la adultez. “One day I'll grow up, I'll be a beautiful woman, One day I'll grow up, I'll be a beautiful girl… But for today I am a child, for today I am a boy”, declara tiernamente en “For today I am a boy”, mientras canta con esperanza conmovedora “Hope there's somenone, Who'll take care of me, When I die, will I go… Hope there's someone, Who'll set my heart free, Nice to hold, when I'm tired” en “Hope there's someone”, la canción que abre el disco.

 

Anohni lanzó dos álbumes más en compañía de su banda, “The Crying Light” en 2009 y “Swanlights” en 2010, colaboró como vocalista invitada en tres canciones en el reputado debut del proyecto de música house del DJ Andy Butler, Hercules & Lover Affair, entregando su voz  con un vibrato del cual Nina Simone estaría orgullosa en una de sus canciones más conocidas y bailables ‘Blind’, y en 2016 lanzó oficialmente su álbum solista debut “Hopelessness”, donde sigue criticando la sociedad patriarcal y se abre a otras a temáticas y también a otros sonido relacionados con la música electrónica.

 

Venezuela experimental

 

 

En menos de 10 años la productora, cantante y DJ venezolana, Alejandra Ghersi, (nacido como Alejandro Ghersi) conocida mundialmente bajo el nombre artístico Arca ha hecho una carrera brillante dentro de la escena electrónica experimental, principalmente influenciada por músicos como Nine Inch Nails y Aphex Twin. 

 

Tras su paso por el Clive Davis Institutute of Recorded Music de Nueva York, publicó un par de EP’s que llamaron la atención de Kanye West quien la buscó para que trabajara con él su disco “Yeezuz” (2013), para el cual compuso y produjo cinco canciones. Luego trabajó codo a codo con las cantantes FKA Twigs y Kelela y se involucró de lleno en la producción del noveno disco de Bjork “Utopia” que vio la luz en a fines de 2017.

 

El 26 de junio pasado salió a la venta el cuarto larga duración de la venezolana afianzada en España “KiCk I” con invitadas ilustres como la ya mencionada Bjork y la barcelonesa Rosalía. El álbum se aleja de las composiciones abstractas presentes en los discos anteriores como “Arca” (2017) y “Mutant” (2015) para entregar un sonido con texturas y ritmos más latinos, acercándose a estructuras más convencionales dentro del formato de la canción pop, pero sin abandonar su esencia oscura y experimental que la hace única e inusual dentro de un panorama que algunas veces es saturado con muchos productos que suenan muy similares entre sí.

 

Como se ha revisado el universo de lxs músicxs trans traspasa la barrera de los géneros musicales y quizás para otra ocasión podamos escribir sobre los casos de Laura Jane Grace de la banda punk Against Me!, la cantante de soul Shea Diamond, el rapero queer no binario Mykki Blanco, las chilenas Las Indetectables o de la cantante nacional trans no binaria Kamon Kamon Kamon. 

 

Pablo Guerrero Videla