Justicia Divina: Badlands - de la banca a la cancha Rescatamos el álbum debut del grupo estadounidense Jueves, 11 de Mayo de 2023 En el mundo futbolero siempre han existido planteles que marcaron un antes y un después. Alineaciones que lograron el éxito y pasaron a ser íconos, levantando el oro e incluso trascendiendo en la cultura popular. Porque estaban en el momento y lugar correcto para brillar, tomando esa gloriosa oportunidad para dejar el marcador de su lado en la historia. Y como pasa en la cancha, también pasa en el agitado y cambiante mundo del rock, donde existen figuras estelares que llenan estadios, son alentados por hinchadas de todo el mundo y seguidos incansablemente por fanáticos que profesan un fervor inagotable de pasión. ¿Justo? Totalmente. Pero no todos corren la misma suerte y es que algunos tienen la cancha mucho más chica para moverse y saber cómo jugar. Y ahí es donde la magia hace lo suyo. A veces el talento y las ganas no son suficientes para brillar. A mediados de los 80, el Rock había traspasado fronteras inimaginables, para bien o para mal, gozando de popularidad y masificación gracias a medios como MTV, radios y revistas que ilustraban a una inquieta juventud sobre el sonido que definiría a gran parte de una generación. Un prominente tour que promocionaba el "The Ultimate Sin", del cazador de talentos innato Ozzy Osbourne, llegaba a su fin y terminaba con el sueño de un virtuoso Jake E. Lee. Un guitarrista que había hecho de las suyas años atrás junto al madman en "Bark at the Moon", disco que lo puso en el mapa, posicionándolo como una de las jóvenes promesas de las seis cuerdas. Un inesperado despido le llevó a colgar momentáneamente los botines, ahora tenía que reflexionar sobre su incierta carrera. Una jugada similar vivieron Ray Gillen y Eric Singer, ambos grandes talentos fichados por Black Sabbath, en sus extrañas y constantes reestructuraciones de la época, pero sin grandes frutos para ninguno de los dos, quienes fueron desvinculados del proyecto y puestos en la banca una vez más. Así es como Jake E. Lee decide correr por cuenta propia y para eso, debía armar un dream team que mojara la camiseta. Por casualidades del destino o cosas del fútbol, el camino del guitarrista se cruzó con el de Gillen, quienes se hicieron compatibles, hablando abiertamente de sus antiguas andanzas con las drogas, punto de equilibrio que los situaba en la misma sintonía y estabilidad, ya que ambos apuntaban al mismo ángulo. El fichaje de Eric Singer no se hizo esperar y Lee recordó una de sus audiciones para Osbourne, donde conoció a un talento que esperaba su gran oportunidad titular, Greg Chaisson. Sin más, el equipo estaba completo. El fútbol da revanchas. Bautizados como Badlands, arremeten con una incontrolable sed de triunfo en esta jungla que había sido injusta con ellos recientemente, así es que se proponen grabar un demo. Esta primera jugada no tardaría en entregarles la visibilidad que deseaban, ya que Atlantic Records se interesó en su potente propuesta. Entran al estudio con la fe intacta, dado que la combinación de Hard Rock y Blues que tenían entre manos, sumado a la escuelita que poseía y de la cual se había graduado cada uno de ellos, eran parte de una ecuación perfecta desde donde se le mirara. Así es como en 1989, ve la luz su disco debut homónimo, el cual no tardó en posicionarse en las listas top 50 con dos de sus singles y una gira que prometía en grande. Un poderoso riff acompañado de una potente línea rítmica abre el disco con 'High Wire', donde se suma la flamante voz de Gillen, la cual nos avisa que estos chicos dejan la banca para entrar de titulares. Un profundo redoble acompañado de unas potentes notas de bajo dan inicio a su segundo single llamado 'Dreams In the Dark', pieza que tiene la mezcla perfecta y, porque no, refleja la esencia misma de la banda, donde dejan plasmadas sus influencias en un hit que suena fresco hasta el día de hoy. Un merecido entre tiempo nos sorprende con 'Jade's Song'; instrumental que hace lucir todas las habilidades en la guitarra clásica de Jake E. Lee, muy en la onda de 'Dee' del difunto Randy Rhoads. La antesala es perfecta para dar comienzo a 'Winter's Call', una canción que pareciera ser una especie de power ballad donde la batería de Singer suena apoteósica, paro luego transformarse en un tema bastante más rockero, un giro muy particular de la época y sus contemporáneos, tipo Whitesnake, a quienes probablemente también admiraban. La voz de Ray entra de una forma avasalladora en el tema 'Dancing on the Edge', una de las grandes muestras de calidad que tiene esta placa, donde podemos escuchar la técnica de Singer, mucho más exigente a la que apreciaríamos más adelante en KISS. Lee por otro lado, aplica todo su desplante en cada nota que se funden con el bajo de Chaisson. La misma clase se puede apreciar en una joyita invaluable llamada 'Street Cry Freedom'; con una atmósfera nos envuelve en el virtuosismo puro de una pieza consistente de inicio a fin. Hasta este punto, un golazo de media cancha a favor de los Badlands. 'Hard Driven' y 'Devil Stomp' son de esas canciones un poco más flojas, en comparación a sus hermanas, pero que son efectivas para este soberbio recorrido. 'Rumblin' Train' puede ser la pista más experimental del disco, donde el blues toma protagonismo, utilizando ingeniosos recursos compositivos y narrativos; fraseos de Gillen respondidos por una guitarra sufrida de Lee, mientras el bajo y la batería nos marcan el tempo de un subvalorado tema. No son los 80 sin una balada, así pasamos a la fenomenal 'Season', una melodramática power ballad. Es inmersiva, contemplativa y poderosa. Teniendo todos los ingredientes para darle un cierre con broche de oro a este disco debut que merecía mucho más reconocimiento dentro de la industria y de toda la fanaticada. Cuanto más difícil, mayor es la sensación de victoria Si algo podemos reconocer y destacar es que había grandes y prometedores talentos en este proyecto, además de las muchas ganas de hacer, transpirar y vivir por eso que los apasionaba de verdad. A veces simplemente no se gana. Los problemas de salud relacionados con el VIH de Ray Gillen se hacían notar, causando estragos en su cuerpo y también en su estabilidad emocional, falleciendo en el año 1993. Por otro lado, Eric Singer es liberado del proyecto por diferencias creativas, reemplazando posteriormente en la batería al carismático Eric Carr de KISS tras su muerte. En el futuro otros dos álbumes verán la luz sin mayores pretensiones, y es que Badlands fue una power band que lamentablemente parecía estar condenada a ser reconocida, principalmente, por los trabajos y colaboraciones anteriores de sus integrantes, pero que nos dejó una pieza enorme y absolutamente digna de ser valorada y compartida, a la cual hacemos Justicia Divina en estas líneas, porque el Rock and Roll es justo y siempre otorga segundas oportunidades. Diego Ramírez Tags #Justicia Divina #Badlands #Jake E. Lee #Greg Chaisson #Ray Gillen #Eric Singer Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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