Metallica: Soy tu vida Definiendo al «Disco Negro» Viernes, 12 de Agosto de 2022 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis218, agosto de 2021) Bajar a tierra un disco como el “Black Album” no es una tarea fácil. Por lo mismo, Rockaxis reunió a un verdadero panteón de personajes locales para conversar sobre un registro que no solo es definitorio para sus protagonistas, sino que también para la familia Metallica. Opiniones, recuerdos y sensaciones, todo vale cuando Metallica es tu vida, tu máscara, tu odio, tu protección y/o tu refugio. Por Pablo Cerda Colaboración: Equipo RX Mon Laferte: «El "Black Album" es un álbum histórico en la música, sin duda alguna. Fue muy emocionante recibir la invitación para el “Blacklist”. Metallica es una banda muy importante en la historia. El tema que interpreté (‘Nothing else matters’) lo escogí porque es un gran representante de la cultura popular y convertí esta invitación en un reto para llevarla a otros universos sonidos. Mis recuerdos más tempranos de Metallica son en la escuela, donde era música para “chicos malos y rebeldes”. Luego, interpretar estos covers en mi set de bares y ver cómo la gente se sorprendía al ver a una chica tocar canciones tan pesadas». Alfredo Lewin (comunicador): «El rol que le toca al “Black Album” es importantísimo: abrir una nueva artista en la que el metal pasa el tema de la colisión de los titanes y este éxito de finales de los ochenta cuando el glam rock y el metal más comercial alcanzaron cotas de masividad impensadas. Coincide con una comunidad más global en tanto a un fenómeno que ya no es considerado under sino que mundial, y que instala la idea de que los grandes sobrevivientes de los ochenta en tanto al metal norteamericano son los Big Four. Al escuchar el “Black Album” hoy en día, me asombra que sea un disco plagado de singles, es como el “Born in the USA” de Bruce Springsteen. Tiene seis canciones muy conocidas y algunos valores de producción que no han envejecido para nada. No es que suene moderno, suena clásico. La banda alcanzó ese clasicismo que logran las bandas a su quinto o séptimo disco, lo que logran las bandas cuando llegan a su décimo año». Felipe Muñoz (sociólogo, alcalde Estación Central): «El “Black Album” marcó un antes y un después en la evolución del rock de los noventa y significó la masificación del metal, un género hasta ese entonces no tan popular. Pienso que el gran mérito de Metallica es que, te guste o no, siempre ha marcado épocas y ha evolucionado a través del tiempo. Cada disco tiene una sonoridad diferente y una personalidad única. El “Black Album” ha envejecido muy bien para mi generación y siempre será un agrado toparse con alguna de sus canciones en la radio o ponerlo en un rato libre para acordarse de la época del colegio». Hernán Rojas (ingeniero en sonido y locutor): «Para mí, el “Black Album” es como el “Revolver” (The Beatles) en el sentido de alcanzar un nivel máximo de madurez musical, composición, arreglos y grabación. Esto gracias al camino recorrido, al talento de los cuatro a la apertura y a la ambición de romper con los muros de lo políticamente correcto para el thrash, sin nunca perder autenticidad, frescura musical, ni sonar sobreproducidos. El desafiante arte de componer un riff y una melodía asociada a un texto que en cualquier estilo sea cautivante, produzca emociones y traslade a otros espacios e imágenes es algo que logran con creces en el “Black Album”. Desde la mirada de la industria, el disco puso al metal en forma masiva en el mundo, atrayendo nuevas audiencias y generaciones. En términos de sonido, es de un alto nivel de refinamiento sonoro: trabajo de capas y baterías que toman una dimensión más orgánica. En las letras, las metáforas y lo poético, también toman altura. Logran equilibrar el metal progresivo con el hard rock clásico, sin perder interés por esto. Pasaron de ser una banda de culto del thrash a un fenómeno masivo que inspiró a generaciones de músicos hasta estos días, pero que también les significó problemas en el manejo del estatus de rockstars». Awká Mondaca (Nunca Seremos Dichosos): «Como músicos ligados a esta expresión musical, creemos que la carrera de Metallica pareciera ser un paradigma dentro del metal, un paradigma al que se le puede tomar calco de su historia y aplicarlo a diversas carreras de las bandas del género. Es algo así como un principio fundamental que se repite en la industria musical. El “Black Album” para nosotros es icónico por las ideas al choque y el sonido pulcro que lo envuelve. Esta etapa de Metallica como concepto es el punto clímax en el que la banda ya exploró la mayor parte de su creatividad musical en la continua búsqueda vanguardista de llevar un estilo musical insurgente y rupturista al máximo nivel. Por lo tanto, ahora se enfrentan a la disyuntiva de dos caminos claros. Uno de ellos, y el más conveniente, es darle a la música una forma más digerible, certera y comprimida para una sociedad que claramente lleva un ritmo de vida agitado, con poco tiempo y ligada a la producción del capital. Desde nuestra perspectiva, el saber minimizar las ideas internas y musicales, sopesando el factor contextual de la vida de las personas que conectarán con la música es una etapa necesaria para el crecimiento como artistas y músicxs, quienes proyectamos desde sectores marginales diversos sentires que no tienen lugar dentro del mainstream. Por lo tanto, la fórmula “Black Album” pareciera tener doble cara al mostrarse amistosa, pero no dudará en enseñar los dientes de manera certera una vez esté dentro de las masas. Pieyiñ mew tayiñ rakizuam». Pepe Lastarria (All Tomorrow/productor): «He investigado harto sobre el “Black Album” y dicen que Bob Rock fue el de la idea de alentar las canciones y de acortarlas. En el fondo, les sacó lo thrash y lo progresivo, lo que fue un acierto demasiado gigante. Bob Rock y Metallica tuvieron una visión arriesgadísima. Si bien en “And Justice for All” ya había canciones más lentas, acá se ralentizaron al 100%. Creo que ‘Sad but true’ es la que mejor lo refleja porque es pesada y con la afinación en Re. Así es la música desde los 90 en adelante: bajar las guitarras y tocar pesado, lo que se consolida después con Rage Against The Machine, Korn y bandas actuales. Es mi disco favorito de Metallica sin duda, pero no solo por la música, sino que también por lo que significa. Abren una puerta y dicen “cabros, por aquí es la cosa”. Venían con una carrera que iba para arriba y con algo probado. Cada disco que sacaban tenía más éxito. Lo normal hubiese sido hacer un disco más thrash y más progresivo, pero giraron en 180°. Yo era chico, tenía 10 años y me gustaba mucho. Mis hermanos grandes lo escuchaban harto y me mostraron la luz». Fernanda Mánquez (audiovisualista y escritora): «Creo que la música es libertad creativa. Hay quienes resisten los cambios, hasta se enojan y la pelean. Mala combinación con la música, la industria y cierto patrón de comportamiento en el sentirse cliente, consumidor y exigir post venta. Desde ahí, las críticas o los resentimientos por las decisiones que toma una banda solo son nuestros celos y expectativas como fans. Si con este disco se vendieron, se volvieron comerciales o casi pop para los puristas, ya es subjetividad de cada uno. Y somos libres de estar a favor o en contra. Personalmente valoro el tremendo salto cuántico como banda entre el “Kill’em All” y el “Black Album” en menos de una década. Tal vez lo que molesta del mainstream no es que seamos cada vez más los rockeros, sino que "nos" metan al saco de lo masivo y que "nos" alejen de nuestra exclusividad de seguir como bichos raros o algo así. En la actualidad, las nuevas generaciones son cada vez más eclécticas, flexibles y divergentes. ¿Cómo ha envejecido? ¿Ha envejecido realmente? Me parece que sigue siendo referente de cómo puede sonar una banda, para dar ejemplos de riffs o una buena guitarra de rock. En cierto modo quedó impreso un "sonido universal"». Miguel Ángel “Comegato” Montenegro (Yajaira, Electrozombies): «Como fan antiguo de Metallica desde 1984 con “Kill Em’ All”, el “Black Album” significó el fin de la banda para mí. Creo que perdieron peso, fuerza y agresividad. Pulieron demasiado su sonido al estándar radial y de MTV, además se notó demasiado la mano de Bob Rock como productor de música pop. El único tema que rescato es ‘Sad but true’. ‘Nothing else matters’, insoportable”. Pablo Stipicic (productor): «El “Black Album” es el disco en que Metallica se convierte en la primera banda de pop que es metal, porque todo el mundo conoce ‘Enter sandman’, ‘The unforgiven’ o ‘Sad but true’ y esos riffs son tan “orejas” que es como pop, pero vestido de metal. Creo que Metallica venía buscando ese sonido bien paradigmático y ahí lo terminó de encontrar. Las guitarras, la caja, el bombo en puntitas, todo suena como un antes y un después en el rock y en el metal. Es una búsqueda guiada por Bob Rock, pero creo que es un mérito colectivo como banda dar ese salto a lo mainstream y al pop para estar en la playlist de cualquier persona, siendo que es un disco pesado. Un referente absoluto para muchas cosas hasta el día de hoy». Ilse Farías (Aurora Voraz, locutora): «Escuchar el “Black Album” hoy en día, es recordar mis primeros guitarreos en los que Metallica junto a otras bandas fueron mi escuela para aprender a tocar rock. Este disco me marcó particularmente en ese sentido, llegó a mí poder pasada la mitad de los 90 y en aquella época del colegio estaba empezando a tocar, me acuerdo de haber sacado pedacitos de canciones, como los arpegios de ‘Nothing else matters’, ‘The unforgiven’, o los riffs de ‘Enter sandman’ y ‘Sad bad true’. En aquel momento, esos logros significaban pequeñas grandes victorias». Marcelo Contreras (periodista): «Lo primero que se me viene a la cabeza es cuando mostraron ‘Enter sandman’ en una premiación, tuvo que haber sido en MTV o quizá un Grammy, algo así. Había una especie de declaración del ingreso a una nueva década. El cambio en el sonido fue fenomenal. Uno venía de escuchar el “…And Justice For All” y a ‘One’ como una especie de single que sonaba en las radios comerciales, era una canción agresiva con elementos de thrash, sin embargo, no sonaba el bajo por ninguna parte. Incluso cuando estaba Cliff Burton costaba encontrar el bajo en la grabación, entonces, para mí al menos, era la primera vez que Metallica tenía esa profundidad que no habían logrado traspasar al estudio. Luego, aprendí que el gran responsable de este cambio fue Bob Rock, quien venía de haber grabado a Mötley Crüe, banda de la que Metallica se burlaba, pero que después supimos que Hetfield no perdió oportunidad de ver. Había un camino en el que el grupo sentía que tenía que crecer a otro estado. Esos saltos siempre dejan heridos en el camino. Entiendo a la gente que abandonó a Metallica después de este disco, dejaron de pertenecer a una cofradía. Eran una gran banda de culto, muchos los conocían, pero no estaban en la televisión. Se desprenden de esa condición y los fanáticos se resistieron, pero por otro lado cosecharon un estatus universal del que gozan hasta hoy. Puedo reconocer mayores cualidades musicales en otros títulos, sobre todo en “Master of Puppets”, pero, a partir de acá, se transformaron en la banda más popular de la historia del heavy metal. No creo que sea redondo musicalmente, tiene algunas canciones flojas, pero las que son buenas son fenomenales, al menos la mitad del disco. Con una pata mucho más puesta en el pop si se quiere, Bob Rock pudo dar con el sonido y en eso benefició a Jason Newsted». Rolando Ramos (comunicador): «El “Black Album” es un antes y un después para la banda básicamente por permitirles salir del nicho del thrash metal y entrar al mainstream, atrayendo a gente que le gustaba el rock e incluso el pop. Todos sabemos que es un disco muy importante, producido por Bob Rock y que generó un quiebre, no al interior de Metallica, pero sí una nueva mirada, una renovación que les costó sudor y lágrimas. Con la distancia de los años, el rédito es increíble: puso al metal alternativo en el plano. Gracias a Metallica, las guitarras se mantuvieron sonando fuerte y durante varios años. Personalmente no soy fanático del álbum, no lo tengo y tampoco lo voy a tener (ríe). Sí considero que tiene canciones interesantes, pero “Kill Em’ All” y “Ride The Lighting” son los discos emblemáticos, ese es mi ADN. “Black Album” es icónico para mí porque en esos años hice mi debut en televisión y pude promocionar todos sus videos, era mandatorio. Como estaba en Polygram era importante difundirlo. Un álbum fundamental para el rock y el metal alternativo de los noventas, punta de lanza para que se perpetuara en el tiempo». Andrés Piña (Target): «El “Black Album” no fue mi descubrimiento principal, pero es como el puntapié para que Metallica explotara a nivel mainstream. Estaban innovando, haciendo algo pesado para toda la gente, por eso son íconos y tuvieron impacto. Antes tocaban en EE.UU. y Europa, pero no a nivel global. Compositivamente se simplificó la banda, buscando lo más taquillero para la época. Trabajaron dos años en ese disco y se gastaron más plata que la mierda, millones de dólares. Se demoraron, tenían a este productor que trabajaba con Mötley Crüe y siento que fue demasiada la mano en términos de estrategia comercial. Igual se podría haber innovado por otro lado y se fueron a lo comercial. Pero claro, tiene temones icónicos como ‘The unforgiven’, ‘Sad but true’ y ‘Enter sandman’, que resuenan más allá de que si te gusta el metal o no. La carátula es la más simple pero efectiva de la banda, es impactante, me gusta mucho. Me marcó más de viejo, pasado los 30. Me gusta el “… And Justice For All” porque es más técnico, pero ‘Holier than thou’ es uno de mis temas favoritos de la vida, me encanta, aunque es súper taquilla. Es más, mi hija, que tiene nueve años y no le gusta el metal, conoce las canciones. Eso te demuestra que la generación siguiente sabe reconocer íconos culturales. El “Black Album” es eso para mí, un cambio de mentalidad y de exposición del metal en términos globales. Imagínate que hasta en Latinoamérica supimos que estaba quedando la cagada con el disco gracias a MTV». Cinthia Santibáñez (Crisálida): «Es loco pensar que han pasado 30 años. El “Black Album” para mí fue loco. Creo que, a medida que fueron pasando los años, entendí más el concepto. Mi disco favorito de Metallica es “Master of Puppets”, con un sonido distinto, una producción distinta y creaciones distintas. El “Black Album” los catapulta a sonar en todas las radios. Metallica se vuelve popular y eso es súper importante. El concepto que les da Bob Rock como nuevo productor para hacer que los instrumentos sean mucho más orgánicos, como en vivo, fue una patada en el hocico para todo el mundo. El “Black Album” cambia toda una sonoridad y también la creación de una banda de metal, que sin dejar de hacer metal, se vuelve popular. Eso es un golpe a la música». Cote Foncea (Lucybell, De Kiruza, Dracma): «Por supuesto que este disco tiene relevancia. Agarraron un sonido mucho más “ear friendly”, como dicen los gringos, lo que hacía que canciones como ‘Wherever I may roam’ o ‘Nothing else matters’ terminaran siendo singles que se escuchaban de manera crossover en todas las radios. Sacó a Metallica del nicho heavy metal y lo amplió. Es un disco que tiene riffs y estructuras musicales súper “oreja”. Si bien tienen lo progresivo y complejo de Metallica, simplificaron bastante más la onda, es más ecléctico y por lo mismo me gusta muchísimo. La batería de Lars claramente cambió en término de objetivos para los bateristas, incluyéndome. Tengo una anécdota increíble. Cuando vivía en Los Ángeles con Lucybell hice varias sesiones con distintos artistas. Estaba en un estudio en Hollywood y los proveedores de la batería, Drum Doctors, me dijeron que parte de la batería había sido usada en el “Black Album”. Claro, después vi las fotos y efectivamente era una Gretch color madera oscura. Ocupé los toms y el bombo que había usado Lars (ríe)». Gerardo Elgueta (Alectrofobia, Bonzo): «Si bien no es mi disco favorito de Metallica, creo que es una pieza clave de la música popular. Abrió las puertas del rock y del metal a un mercado más mainstream. Metallica entraba en la globalidad y permitió que se convirtieran en un fenómeno que no es exclusivo del metal y eso es muy valioso. Ahora, hablando en términos de la producción, siempre me han llamado la atención dos cosas. La primera es la composición de las baterías. Por más que la mayoría de la gente diga que Ulrich no es un gran baterista, hace un trabajo brillante en este disco porque compone baterías que son tarareables. Eso es algo muy difícil. Lo segundo es el canto de James Hetfield. Siento que en cada disco mejora y acá hay una calidad interpretativa superior a sus trabajos anteriores». Francisco Reinoso (periodista, locutor): «Que ese disco siga sonando tan apabullante 30 años después deja en clara su relevancia en la música popular. Retomar el desencuentro con sus fans más thrashers en la época, no va al caso. El “Black Album” es EL puente entre el rock pesado y las masas y dominó los charts en una temporada excepcional para el rock desde distintos ángulos. En plena debacle del formato físico, continúa despachando miles de unidades por semana, fue el big bang de Metallica. Personalmente, recuerdo haberlo mirado con distancia por esa tontería de sentirme más cercano a Megadeth y empatizar con Mustaine, pero eso fue una pendejada. En pleno 2021 me sigue volando la línea de bajo y el quiebre de 'My friend of misery'. Grandes ligas, nada que hacer». Marcelo Cuevas (director documental “¡Esto es Spitfire!”): «Guns N’ Roses, Nirvana y Metallica eran los más grandes. En esa época, venía llegando recién la televisión por cable a regiones, entonces no teníamos ninguna otra referencia que no fuera el Canal 7 con “Magnetoscopio Musical” o “Sábado Taquilla” para conocer música internacional. El “Black Album” es una obra maestra que nos voló la cabeza a varios, una tremenda inspiración para los que estábamos en regiones y para bandas como SpitFire, porque ayudó a formar su disciplina. Es un disco maravilloso, hasta el día de hoy no pierde su vigencia». Janis Stock (directora Goodstock Radio): «Este 12 de agosto se cumplen 30 años del “Black Album”de Metallica, que fue publicado el mismo año que yo nací. Este año se cumplen tres décadas de mi vida acompañada de este álbum que pareciera que nunca pasa de moda. Canciones que marcan generaciones y que hicieron despertar el rock en el espíritu de muchos jóvenes y adolescentes. Al escuchar canciones como ‘The unforgiven’, ‘Nothing else matters’ o ‘Enter sandman’, sabes que se trata de Metallica, aunque no seas un gran fanático de la banda, lo que hace que este disco haya acercado el metal a todo tipo de generaciones y gustos musicales, no por nada se celebra con este disco homenaje marcado por artistas de variados estilos y edades». Jorge Lagas (periodista, locutor): «Fue una puerta de entrada para millones de personas que conocimos todo un género musical y una cultura de vida gracias a ese álbum. Recuerdo la epifanía que tuve cuando vi el video de ‘Enter sandman’ en la tele y le perdí el miedo al metal. No habría sido posible si esas canciones no tuvieran esas melodías, esos ritmos y ese sonido tan especial. Hay discos mejores de Metallica, pero este es el que tuvo las consecuencias más importantes». Cler Canifrú: «En el canal Wurlitzer daban música todo el día y pasaban varias canciones de Metallica. La que más me enganchó fue ‘The unforgiven’, una balada muy bonita. Empecé a buscar información y a pasearme por todo el dial de las radios para encontrarla y grabarla. Cuando apretabas “play” y “rec”, y la pillabas desde el principio, era la cagá (ríe). Así descubrí el “Black Album”. No sé si mi cariño por el disco se refleje tanto en mis canciones, pero sí en la forma de componer los solos. Metallica tiene esa cosa más “cochina”, nunca he sido de la escuela del progresivo megalimpio ni de la onda de Steve Vai». Mathias Leoncio (Nuclear): «Creo que el “Black Album” es muy significativo en el momento histórico en el que fue lanzado, porque fue un trabajo musical que, de una u otra manera, logró dar un golpe a la cátedra colocando la música más pesada en oídos de muchísimas personas, desde los que gustaban del peso de ‘Sad but true’, hasta los que no tenía ninguna vinculación con la música heavy gracias a ‘Nothing else matters’. Tiene una importancia histórica tremenda, marca el inicio del fin de la época más popular de la cultura del heavy metal. En términos personales, sin ser uno de los discos favoritos de la banda, considero que tiene canciones muy buenas, una producción musical excelente y que al fin la banda logra sonar como ninguna otra. Venían sonando pesadísimos en “Ride The Lightning”, “Master of Puppets” o “…And Justice For All”, pero en “Black Album” alcanzan un peso que no han podido superar hasta ahora. Marcó una impronta en lo que se refiere a producción musical». Camila Guerrero (fan de Metallica): «Metallica tiene 10 o incluso 12 canciones que no mueven de su setlist y solo el “Black Album'' aporta con tres: ‘Enter sandman’, ‘Sad but true’ y ‘Nothing else matters’. ‘Enter Sandman’ la podría escuchar mil veces y todo bien, pero otras me cansan en vivo, como ‘Sad but true’, que ahora la tocan muy lenta en comparación con la versión de los 90 cuando promocionaban el disco, o ‘Nothing else matters’, que cuando la escuchas por primera vez es una de las que te pega más fuerte y después es de las que tienes que “aguantar”. Te estoy hablando desde la perspectiva de alguien que los ha visto más de 100 veces. La primera vez que fui a uno de sus conciertos me moría por escuchar esas canciones y ellos las tocan todas las noches para el fan que los va a ver por primera vez. Cuando tocan ‘Wherever I may roam’, ‘The unforgiven’ o ‘Through the never’ es genial porque son canciones que suenan demasiado bien en vivo y pasaron la prueba del tiempo. En 100 años más van a seguir sonando como bomba. Es indudable que el “Black Album” es su disco más mainstream». Claudio Molina (fan de Metallica): «Sin duda alguna, es un disco que gana mucho en vivo. ‘Enter sandman’ es un tema con una introducción perfecta para la potencia que sigue. Recuerdo el primer show en nuestro país en el Velódromo, tenía 14 años. O sea, era la primera vez que iba a ver lo que hasta esa noche solo veíamos en revistas y escuchábamos en bootlegs. Fue espectacular. Uno como fan ya sabía el setlist que venían tocando, de hecho, hasta estudié para ir al show. Aparte de escuchar todos los especiales en radio, justamente un amigo mayor llegó a mi casa con el “Totally Destroy Canada 1992” de esa misma gira en el que abrían con ‘Enter sandman’. Ya estaba preparado, pero nada comparado a escucharlo en vivo. Después de ‘Ecstacy of gold’, escuchar el primer acorde fue como estar en cámara lenta, esperando la explosión, que no sucedió por un tema técnico, pero aún recuerdo el sonido potente, el golpe en el estómago del bombo. En el primer acorde de ‘Enter sandman’, todos se fueron para adelante, perdí mi mochila, que la tuve que soltar porque la tenía entremedio de mis pies y quede enredado con un tirante. No quedó otra que soltarla. ¡Inolvidable!». Gepe: «El “Black Album” tiene un par de canciones que dan el ancho para ajustarse a lo que en ese momento se entendía como pop rock, gracias a baladas como ‘Nothing else matters’ y ‘The unforgiven’. Si esas dos canciones no hubiesen estado ahí, el disco no sería lo que fue. Para mí, fue la puerta de entrada a Metallica, escuché ese disco primero y después supe que habían más. Lo descubrí solo, aunque en ese tiempo daban “Sábado Taquilla” con Jorge Aedo a la hora de almuerzo y probablemente estábamos con mi familia comiendo pollo asado o comida china. Cuando era chico, estaba a atento a lo que mostraban ahí o en “Más Música”, con Andrea Tessa. Ahí apareció ‘Enter sandman’, que era súper oscura y con una onda cinematográfica. La plegaria que incluye la canción me pareció muy increíble y rara también. En ese tiempo no me había visto enfrentado a una canción metalera, lo más rockero que había escuchado hasta ese momento habían sido Guns N’ Roses, pero esto iba un poco más allá». Felipe Arratia (periodista): «El “Black Album” me trae a años súper formativos musicalmente hablando. 1991 es un momento en el que tenía 13 años y la forma en que me enteraba de las noticias musicales era en Sábado Taquilla y Más Música. Este sonido más pulcro guiado por Bob Rock busca las arenas y los estadios, está orientado al estribillo y al coro, tiene menos speed metal o thrash metal y hay un trabajo vocal importante de James Hetfield. Es la primera vez que deciden hacer videos, por lo que se construye un imaginario visual alrededor de la banda que antes no existía. Solo tenían ‘One’ y era muy tenebroso, lo que se tradujo en el tipo de gente a la que le empezaron a gustar. Pero con este disco, podías ver que ‘Enter sandman’ coexistía con ‘Tiempo de vals’ de Chayanne o ‘Tonight’ de New Kids on the Block. La banda se hace gigantesca, el tour dura más de dos años, realizan su primer show en Chile, se dan cuenta de lo gigantes que son en Sudamérica y hay un culto enorme a este disco. Para los puristas, quizá es un metal más blando, pero es una puerta de entrada para los que antes no habían tenido la oportunidad de acercarse a ese tipo de música. Tiene un rol fundamental, no sé si decir que es tan grande como “Dark Side of The Moon” de Pink Floyd o “Sgt. Pepper” de The Beatles, pero según entiendo es uno de los discos más vendidos de los últimos 20 años en Estados Unidos, lo cual significa que Metallica va renovando constantemente su público, va llegando a nuevas audiencias. Mientras estoy dando este comentario, hay algún chico o chica de 14 años que está descubriendo a Metallica y eso responde al “Black Album”. En el fondo, generó la idea de que un disco de rock duro puede ser tan masivo, exitoso y transversal como “Thriller” de Michael Jackson». Tags #Metallica #Disco Negro #Black Album Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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