Justicia Divina: Quiet Riot - El síndrome del impostor "QRIII", rescatado en esta sección Viernes, 02 de Septiembre de 2022 En una entrevista realizada meses antes de su muerte, Frankie Banali, el baterista de Quiet Riot, reconoció que “nuestra intención antes de grabar el cover de Slade, era boicotear ‘Cum On Feel The Noize’. Kevin (DuBrow, vocalista), despreciaba la canción porque no era el tipo de música que escuchábamos”. Quiet Riot habían llegado al estudio sin haber ensayado a propósito para que el productor desestimara la grabación y no fuera incluida en el disco “Metal Health”. Pero a esa altura, la banda contaba con músicos consolidados, y solo en unos minutos ya la estaban tocando impecable. No eran de los que pudieran dejar las cosas a medias y al final terminaron grabando una versión que a menos que vivas en una cueva aislado del mundo, en la punta de un cerro o vengas de otro planeta, ya conoces. Quiet Riot se había formado 10 años antes. En su primera etapa, grabó dos discos que solo fueron editados en Japón y que hasta la fecha no han sido publicados en Estados Unidos. La agrupación en ese momento estaba compuesta por, el según la versión de sus propios compañeros, insoportable vocalista Kevin DuBrow; y nada menos que por Randy Rhoads, el legendario e influyente guitarrista de los primeros esfuerzos solistas de Ozzy Osbourne. Los otros miembros de esta primera formación fueron el baterista Drew Forsyth y el bajista Kelly Garni, pero la imposibilidad de lograr un contrato con un sello que los editara en Norte América, llevó a que que Randy Rhoads adicionara para Ozzy, quien inmediatamente enganchó con el músico, al quedar impresionado por su manera de tocar. Con la pérdida del guitarrista, la falta de rumbo y las consabidas desavenencias internas, esta primera formación se disolvió por un tiempo el año 1980. En 1982 después del accidente de aviación en que murió Rhoads; la formación ahora clásica de DuBrow, Sarzo, Cavazo y Banali, se juntó para grabar el tema "Thunderbird" en honor a su desaparecido compañero. Al parecer esta reunión fue tan fructífera, que de las sesiones y ensayos salieron gran parte de las canciones que compondrían “Metal Health”, el álbum, que llegó a ser Nº1 en el Billboard en 1983, convirtiéndose en el primer disco del género Metal, en alcanzar ese lugar. Con esto lograron la esquiva fama internacional; principalmente debido al hit single ‘Cum On Feel The Noize’, y ya que un cover de Slade los había sacado del anonimato, volvieron a repetir la fórmula en su cuarto disco “Condition Critical”, con la canción ‘Mama Weer All Crazee Now’, también de la banda inglesa. Pasaron tres largos años y en 1986 publicaron el extraño, vilipendiado pero notable “QR III”, un disco cargado a los sintetizadores y la moda de mediados de los 80. Después de ser conocidos en un principio como la banda de Randy Rhoads y después de hacerse mundialmente conocidos por dos covers de una banda que según ellos mismos confiesan, antes ni siquiera escuchaban, los problemas de convivencia volvieron. Y es que debe ser muy difícil vivir acosados por un constante “síndrome del impostor”; fenómeno psicológico que hace que aquellas personas que lo padecen a pesar de ser exitosos sufran de un miedo perpetuo a “ser descubiertos” como impostores, porque no son lo suficientemente hábiles, prodigiosos o en este caso, no son lo suficientemente creativos como para sacar un disco con sus propios temas y que este sea exitoso como los anteriores. La maldición de no haber hecho caso a sus instintos y sabotear la sesión de ‘Cum On Feel The Noize’ se transformaba en un fantasma que deterioraba la confianza de la agrupación; la fama, el sexo, drogas y rock and roll de mediados de los 80 tampoco ayudaban. Para empeorar aún más las cosas, el eximio bajista y también ex Ozzy Osbourne, Rudy Sarzo, dejaba la banda porque según él ya no soportaba a DuBrow y fue reemplazado por Chuck Wright, que ya había tocado con ellos antes. El disco comienza con unos desconcertantes teclados que en un comienzo hacen recordar en algo la introducción de ‘Baba O’Riley’ de The Who al que se suman unas baterías con ese inconfundible ‘reverb’ ochentero junto a capas de voces, dando forma a ‘Main Atraction’, un excelente comienzo de álbum, que sin embargo, marcaba una enorme diferencia con el sonido anterior de la banda. Ese mismo año, sus antiguos rivales Van Halen habían sacado “5150” y Judas Priest, con quienes compartían sello (CBS), sacaban “Turbo” un álbum con un sonido muy similar a “QR III”. La reacción del público metalero de la época, fue de repudio al negarse a escuchar algo que se apartara tanto del sonido guitarrero característicos de “Metal Health” y “Condition Critical”, sin darle una oportunidad a un disco que ofrecía un contenido bastante atractivo tras un falso envoltorio sónico. ‘The Wild And The Young’, la segunda canción; comienza con poderosos coros seguramente pensados para ser coreados por un estadio. El sonido también es muy típico de los ochenta, con el “big sound” en la batería y efectos de voces sampleadas a lo Def Leppard, pero el exceso de producción no perjudica al que sería el himno del disco y un clásico de la banda, que representaba el sentir de una generación que era joven y salvaje y que pensaba que tenía al mundo en sus manos, tal como lo sentía la propia banda luego del éxito de “Metal Health”. La sigue la enorme ‘Twiligth Hotel’, una especie de power l hecha y derecha, salvada en gran medida por la excelente interpretación y el ímpetu de la poderosa voz de DuBrow; se nota que la banda estaba dejando el alma en este disco y este temazo es buen ejemplo de ello. ‘Down And Dirty’, como su nombre lo dice, parte opaca y sucia, con un gran solo de Cavazo, pero se va convirtiendo en algo más con su ritmo más dance y un beat cercano al hip-hop, quizás en otro intento de ponerse al día con los sonidos más comerciales de la época. Lo sigue ‘Rise Or Fall’ que concluía con nota alta el primer lado del disco, con otro tema potente y pegajoso y unos riff bastante Priest en plan “Turbo”. El segundo lado abre con ‘Put Up Or Shut Up’, una canción alegre de esas que levantan el ánimo, ideal para hacerla sonar de fondo en una fiesta. Quizás es el tema que más se emparenta con el sonido clásico de los discos anteriores, absolutamente recomendado si te gusta quemar calorías escuchando algún soundrack de películas de acción de los ochenta. Le sigue ‘Still Of the Nigth’ una balada en toda regla, donde destaca la interpretación de Dubrow y una línea de bajo con mucho feeling de parte de Wright. Precisamente Wright tiene su momento de presentación solista en el disco con ‘Bass Case’, una pequeña instrumental de casi un minuto que antecede a ‘The Pump’ y su groove muy zeppeliano cortesía de la gran batería de Banali, el que se va volviendo cada vez más interesante a medida que se van sumando las guitarras, todo muy bien arropado con un sintetizador que suena similar al utilizado en ‘Tom Sawyer’ de Rush. Le sigue ‘Slave To Love’, el segundo tema AOR (Adult Oriented Rock), del disco, un medio tiempo melódico con una gran interpretación vocal de Dubrow en tesituras bastante azucaradas. El fin del disco y de esta etapa de Quiet Riot, es ‘Helping Hands’ un excelente canto del cisne, en que hablan de amistad, compañerismo, mantenerse unidos y esperanza en el futuro, todo lo contrario a lo que estaba pasando con la banda en ese momento. Después de este álbum, vino la debacle; a DuBrow ya no lo soportaban y finalmente es expulsado de una banda en pleno proceso de autodestrucción. Pero “QR III” a pesar de todas las turbulencias internas, a pesar de tener un sonido que no es el clásico de la banda y a pesar de las tenidas excesivamente glamorosas que lucen los miembros de la banda en la contraportada, es un grandísimo disco; un álbum que no podríamos decir que pasó sin pena ni gloria, porque que llegó al número 31 en los charts de Estados Unidos, pero que lamentablemente a pesar del esfuerzo de sus integrantes no alcanzó el éxito de sus placas anteriores. Al final el Rock también es arte, aunque la industria lo suela olvidar y solo se preocupe de las cifras de ventas. Por ello, con la perspectiva que da el tiempo, se necesitaba hacer un acto de Justicia Divina con “QR III”, porque es un mucho mejor disco de lo que todo el mundo cree o recuerda. Javier Glisser Zapata Tags #Quiet Riot #QRIII #QR III #Kevin DuBrow #Carlos Cavazo #Frankie Banali #Chuck Wright Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Rock Noticias El rock se lució en la Semana de la Educación Artística Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Noticias Celebramos el regreso de The Mars Volta a Chile con pack imperdible Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Noticias Royal Blood anuncia su cuarto álbum con el single 'Mountains at Midnight' Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Noticias Carlos Cabezas estrena video con La Banda del Dolor Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Clásicos Europe Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Galerias Kraftwerk Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Noticias 'Devil in Disguise': Rancid presenta nueva canción Jueves, 25 de Mayo de 2023 Rock Clásicos The Cure Jueves, 25 de Mayo de 2023