Guns N' Roses: Nunca digas nunca Preámbulo, motivos y balance de una reunión soñada Lunes, 24 de Octubre de 2016 En época de reuniones al por mayor, nadie debería sorprenderse mucho con la noticia de que tal o cual grupo inerte ha vuelto a la vida. Músicos que no se soportan trabajan juntos otra vez a cambio de un buen cheque, incluso regresan bandas a las que nadie echó de menos. A estas alturas, las despedidas están devaluadas porque ninguna disolución tiene pinta de definitiva. Y aun así quedamos peinados para atrás cuando supimos que Guns N' Roses volvía a (algo así como) su estado original, con Slash y Duff McKagan nuevamente al lado de Axl Rose. La mala sangre entre Slash y Axl Rose era de conocimiento público, parte del folclor prácticamente, y hacía que una reconciliación se viera tan lejana como la posibilidad de juntar a Morrissey con Johnny Marr, acaso el único tándem mágico de guitarra y voz con una animosidad equiparable. La posibilidad de que los dos miembros más visibles de Guns N' Roses se abuenaran lucía mínima, y por lo mismo encabezaban la lista de fantasías de un mercado que, en la última década, presenció la reactivación de leyendas como Genesis, Led Zeppelin o The Police. Rebobinemos un poco. Hasta su concierto sorpresa del 1 de abril pasado en el Troubadour (uno de los clubes nocturnos vitales en su formación musical en California), ese show que dejó a Axl sentado en el trono de Dave Grohl para enyesados por un buen rato, la última vez que McKagan y Slash tocaron como Guns N' Roses fue en el estadio de River Plate, el 17 de julio de 1993. Por lo que reporta la prensa argentina, el grupo carreteó hasta justo antes de irse al aeropuerto, a eso de las seis de la mañana. Fue el remate de la gira de Use Your Illusion, una de las más demandantes en la historia del rock: 194 shows en dos años y medio. La cantidad de tiempo transcurrido entre ambas fechas, una vida entera de alejamiento, habla de la abismal distancia del cantante con el resto de sus compañeros. El deterioro en su relación terminó convertido en un triste espectáculo: se mandaban recados por la prensa, señal inequívoca de ruptura en los lazos interpersonales. Uno de los peores mensajes llegó junto a la salida de "Chinese Democracy", de parte de Axl, que comparó a Slash con un cáncer e insinuó que nunca debió pertenecer al grupo. No es por excusar la pataleta del pelirrojo, pero qué terrible debe ser que todo el mundo te pregunte por tu ex guitarrista después de convencerte a ti mismo de que eras la única estrella de la banda. La vuelta de Slash permite cerrar un capítulo de su biografía para hacer un recuento. Y una de las primeras conclusiones es que su carrera post rompimiento fue la más exitosa de cualquiera que haya pasado por las filas de Guns N Roses. Aparte de cosechar logros con Velvet Revolver, exploró varias facetas, como ser líder de un proyecto con Myles Kennedy o invitado de honor de un amplio espectro de músicos (Rihanna, Yardbirds, Michael Jackson). A Slash se le perdona todo, desde sus colaboraciones con Marta Sánchez y Paulina Rubio hasta esa espantosa aparición en el SuperBowl deshonrando Sweet Child o Mine con los Black Eyed Peas mientras Fergie hacía el paso de la serpiente y trataba de cantar como rockera. El aprecio a su figura es relativamente transversal, como lo es también la aversión por Axl Rose, que encarna el ideal del rockero que pierde la cabeza enviciado por su propia fama y extravía el rumbo artístico de sus años mozos. En su delirante cabeza, si sales gordo en una foto, puedes amenazar a Google con acciones legales para que saquen esa imagen de internet. OK, amigo. Alto al fuego Las hostilidades fueron cesando paulatinamente. En febrero del 2012, antes de la inducción de los Guns N Roses al Salón de la Fama del Rock and Roll, Slash les deseó feliz cumpleaños a Duff McKagan y Axl Rose a través de un tuit que disparó las especulaciones. Sin embargo, el cantante no asistió a la ceremonia, a la que sí llegó todo el resto de la tropa (con la excepción de Izzy Stradlin), que además tocó en vivo con Myles Kennedy en calidad de parche vocal. Daba la impresión de que Axl estaba empecinado en boicotear cualquier cosa que pudiera alegrar a sus fans. A mediados del año pasado, en un par de entrevistas televisivas, Slash cambió de actitud en sus respuestas sobre Axl y los Guns N Roses. Primero dijo que sería interesante una reunión, tras años negándose a la posibilidad, y luego confesó que se había reconciliado con el controvertido frontman. Los rumores prendieron como pasto seco cuando se supo que DJ Ashba y Bumblefoot no seguían con Axl, e incluso Tommy Stinson aseguró públicamente que sería una buena idea, aunque le costara su puesto en la banda. Steven Adler, desde lejos, planteó lo mismo. La bola de nieve siguió rodando y creciendo. Fred Durst de Limp Bizkit, sin asco a parecer oportunista, aseguró haber sido un intermediario entre Axl y Slash, de la misma forma en que Steven Tyler de Aerosmith quiso ser protagonista de la reunión una vez que se confirmó en enero de este año. En los meses previos, músicos cercanos al universo de Guns N Roses daban por hecho que se juntarían. Nikki Sixx, miembro de Sixx:A.M. junto a DJ Ashba, dijo que todos saben que el grupo haría una gira. El fallecido Scott Weiland, parte de Velvet Revolver con Slash, McKagan y Matt Sorum, también vaticinó el acontecimiento. Para los más observadores y perspicaces, las acciones comerciales del grupo durante la navidad 2015 resultaban más que decidoras. Se puso a la venta merchandising con el logo clásico, y el 25 de diciembre aparecieron las gráficas de la era Appetite for Destruction en el home de su sitio web. Los derechos de todas esas imágenes pertenecen conjuntamente a Slash, Axl y McKagan, y habían sido objeto de disputa entre ellos. Su uso daba a entender la existencia de un acuerdo. Con el sesenta por ciento de su formación original, los Guns N Roses recuperaron algo de su mística de antaño y de inmediato se armaron polémicas por cada uno de sus movimientos. Apenas se supo que la reunión sería parcial, con sólo tres miembros del quinteto ochentero, surgieron voces disidentes reclamando por las piezas faltantes. La más poderosa debe haber sido la de Vicky Hamilton, la mujer que se jugó la vida por el grupo como la manejadora de sus inicios, uno de los nombres mencionados por Adler y Slash en su discurso de agradecimiento en el Salón de la Fama del Rock and Roll porque facilitó su carrera discográfica. Cuando el regreso fue anunciado, Hamilton tenía listo un libro sobre la banda, Appetite for Dysfunction: A Cautionary Tale, del que se rumorea que habrá una adaptación televisiva o cinematográfica. Para la ex manager, que lamenta las ausencias de Izzy Stradlin y Steven Adler, no es precisamente una reunión sin las cinco piezas mágicas. Eso sí, reconoce que se sorprendió al saber que Axl y Slash estaban en buenos términos, considerando que Axl en su último tour pedía la expulsión de sus conciertos de cualquier persona que usara poleras de Slash o sombreros de copa. Su sospecha es que sólo los une el dinero. Cuando Axl Rose fue consultado por Izzy Stradlin, respondió que su ex compañero era una persona cambiante y se valió del viejo truco de la diplomacia evasiva para explicar por qué no estaba en la gira. Por Twitter, Stradlin fue absolutamente frontal. Es un montón de mierda. No quisieron repartir el botín en partes iguales. Tan simple como eso, escribió. La herida debe ser profunda: si revisamos el testimonio de otro ex manager del grupo, Alan Niven, su manejador entre 1986 y 1991, el corazón de Guns N Roses se llamaba Izzy Stradlin. Era la fuckin banda de Izzy. Cuentas alegres El tour que trae a los Guns N Roses a Chile lleva por nombre Not In This Lifetime... En español, significa no en esta vida y alguna vez fue la respuesta de Axl a la pregunta que lo persiguió por más de dos décadas: ¿cuándo habrá una reunión? A pesar de que la primera fecha anunciada fue la del festival Coachella, el más recaudador del planeta y cuya especialidad consiste en reformar grupos disueltos, el concierto histórico de retorno fue el 1 de abril en el Troubadour. La ocasión marcó el debut de una nueva tecladista, Melissa Reese, colaboradora de Chuck D, Buckethead (un ex Guns N Roses) y Taylor Swift, entre otros. Por los viejos tiempos, esa noche las entradas tuvieron un costo retro de diez dólares. La ganga no duró mucho. Por supuesto, se trataba de una oferta limitada. Como marca, Guns N Roses vale más que nunca. Axl cobraba de 350 a 500 mil dólares por presentación mientras era el único a bordo, pero la llegada de Axl y Duff McKagan disparó su tarifa: por tocar dos veces en Coachella, ganaron cerca de ocho millones de dólares. Se especula que en cada show a estadio lleno del Not In This Lifetime... Tour la banda se embolsará tres millones de la divisa estadounidense. Aparte de millonarias cifras que permitirán sacar cuentas alegres, un manto de positividad parece cubrir a esta encarnación de los Guns. En una entrevista radial con Joey Kramer, la primera que da desde su regreso, Slash sonó bastante convincente al asegurar que ha sido una gran experiencia. Todos están tocando increíble. Todos están llevándose bien y los conciertos han sido asombrosos. Estábamos seguros de que nunca pasaría de nuevo, así que todavía nos vuela la cabeza que esté ocurriendo. A mí me parece surreal, pero creo que estamos congeniando y que todos han aprendido mucho en el camino, así que todo bien. Entusiasma en demasía revisar los comentarios de los conciertos. Se habla de un Axl revitalizado, por lo visto, en plena forma después de ensayar en doble turno (recordemos su temporal ingreso a AC/DC). Y también de un Slash y un Duff McKagan en el peak de sus capacidades como instrumentistas. En suma, un espectáculo que electriza, y que en Estados Unidos incluyó apariciones de invitados como Steven Adler y Sebastian Bach. Independiente de sus motivaciones -plata, nostalgia, amor por la música o todas las anteriores-, por fin Axl y los demás están concentrados en compensar a sus fanáticos por tantos años de ausencia. Andrés Panes Encuentra este contenido en nuestra revista. Guns N Roses se presentará el sábado 29 de octubre en el Estadio Nacional, en medio de su gira "Not In This Lifetime". Entradas a la venta a través de Puntoticket. Tags #Guns N' Roses # GunsNRoses # GNR # GNR # Axl Rose # Slash # Duff McKagan Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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