Judas Priest

2013. Sony

 

Finalmente se edita el esperado documento audiovisual que retrata lo que fue la supuesta gira de “despedida” del sumo sacerdote metálico, tour con el que tocaron en 37 países durante todo el 2011 y 2012 y que tuvo un paso por Chile en el Movistar Arena con Whitesnake de teloneros.

 

Lo cierto es que el video no presenta mayores novedades en relación a lo que vimos en Chile, es exactamente el mismo setlist y la misma producción de escenario, pero si hay una diferencia (y grande), y es que el público inglés es mucho menos efusivo y pasional que el sudamericano. Con cuatro conciertos filmados en Estados Unidos (“Live Vengeance ‘82”, “US Festival ‘83”, “Priest… Live! ‘87”, “British Steel 30th Anniversary, 2010”), uno en Japón (“Rising In The East, 2005”), y uno que ya habían grabado en Londres en la era “Ripper” Owens en el Brixton Academy (“Live in London, 2002”) durante su larga carrera de 40 años, Judas Priest podría haber elegido otra latitud para registrar este show (quizás Brasil, Chile, Argentina, España, Grecia, tal vez un país de sangre latina caliente), pero quisieron hacerlo en su hogar, en su Inglaterra natal, regresando al legendario Hammersmith Apollo (ex Hammersmith Odeon), recinto histórico para el metal londinense, pues cuando una banda lograba tocar ahí por primera vez, quería decir que habían triunfado y ya estaban en la primera división. 

 

Filmado a todo lujo con una gran calidad técnica de imagen y sonido, lamentablemente el video sólo presenta el show de 150 minutos de duración, pero no hay extras, ni imágenes de backstage, tampoco un registro del tour, las cosas que los fans siempre están ávidos y ansiosos de ver aparte del concierto mismo. En relación al espectáculo, poco y nada se puede agregar a lo ya comentado en su recital en Chile del 20 de septiembre de 2011 (que esperemos que no sea el último por acá), quizás comprobar nuevamente lo empoderado de su papel del nuevo miembro de la banda, el guitarrista Richie Faulkner que realiza una gran labor tratando de reemplazar la presencia y sonido icónico del gran KK Downing. 

 

Lo otro especial que tenía este tour, era que la banda tocó al menos una canción de cada uno de sus catorce discos de estudio, lo que permite disfrutar de algunas gemas que fueron interpretadas por primera vez en vivo en la historia del conjunto como ‘Never Satisfied’ del álbum debut “Rocka Rolla” (1974), aunque este tema lo había tocado antes Rob Halford con su banda en vivo, también de ‘Starbreaker’ del disco “Sin After Sin” de 1977 y de la inmensa y épica ‘Blood red skies’ del genial “Ram It Down” (1988), y es precisamente este tema el que representa el cenit del show, un clímax impactante, pues se trata de una canción compleja, muy exigente en el plano vocal y la banda la borda en una versión de alto octanaje, con ese doble bombo marcial de Scott Travis, las guitarras milimétricamente empastadas de Faulkner y el maestro Glenn Tipton, el bajo grave y penetrante de Ian Hill y con un Halford que se pone la palma de la mano en la boca del estómago para controlar adecuadamente el flujo de aire y darlo absolutamente todo llegando a esas notal altísimas de la grabación original. Creo que para los fans sólo con este track ya vale la pena comprar el DVD. 

 

Pero hay mucho más, y están todos los clásicos infaltables, desde ‘Breaking the law’ y ‘Living after midninght’, pasando por ‘Electric eye’, ‘Painkiller’, ‘You’ve got another thing comin’, hasta ese fantástico baladón épico que es ‘Beyond the realm of death’. Es Priest en estado puro, es el acero británico forjado en Birmingham (la cuna del Heavy Metal mundial), es una cátedra de cuatro décadas de historia y contando.

 

El acero británico podrá estar más viejo, pero nunca oxidado y ahí tenemos a Saxon, Iron Maiden, Black Sabbath y Judas Priest todavía mostrando el camino, iluminando la vida de millones alrededor del mundo. Ojalá la vida fuera infinita para que estos monstruos nunca se tuvieran que jubilar y este poderoso y electrizante DVD es la prueba fidedigna de que en el metal se encuentra la fuente de la eterna juventud.

 

Cristián Pavez