Limp Bizkit

(Review publicado originalmente en 2000)

 

2000. Interscope

El nuevo rock popular, justo en la transición del milenio. Hay que darle el mérito a Deftones y principalmente a Korn por haber abierto las puertas a esta nueva generación de rockeros, que sin duda tiene a Limp Bizkit como la banda más exitosa del momento.

Repitiendo la misma fórmula que en su anterior trabajo, “Significant Other”, este tercer disco de Fred Durst y compañía cae un poco en lo predecible y monótono. Nuevamente con Terry Date en las perillas más la colaboración de Scott Weiland (Stone Temple Pilots), el disco arranca con la bienvenida (intro) para darle paso a ‘Hot Dog’, tema que hace alusión a temas de Nine Inch Nails (de hecho el coro es el de 'Closer'), y que marca el típico estilo de la banda: estrofas rapeadas y un coro guitarrero e intenso. Lo mismo, aunque mejores temas, sucede con ‘My Generation’ –primer sencillo del disco- y ‘Full Nelson’.

El disco está mezclado con temas más directos y rockeros, como los antes mencionados, con composiciones más melódicas y suaves, a la ‘Re-Arranged’, que tan buenos resultados les dio en su segundo disco. ‘My Way’, ‘The One’ y ‘Itll Be OK’, muestran a un Bizkit más tranquilo. Hablando de tranquilo, y paradójicamente, los mejores temas a juicio personal son las “experimentaciones” que hace el grupo, como en la introducción de ‘Getcha Groove’, con un Durst inspirado y melódicamente muy influenciado por Perry Farrell. De hecho recuerda al clásico de Jane’s Addiction, ‘I Would For You’, tema que Limp Bizkit suele tocar en sus presentaciones. El otro corte sobresaliente es la dupleta de Durst con Weiland, en ‘Hold On’, tema volátil y espacial muy bien logrado.

Por supuesto que el hip hop está presente, en casi todos los temas del disco, pero en ‘Livin’ It Up’, ‘Getcha Groove’ y ‘Rollin' (Urban Assault Vehicle)’ se adueña completamente del mundo Bizkit. Cabe destacar lo afiatado y sólido que están todos los integrantes, especialmente el guitarrista Wes Borland, después de tanto tiempo tocando juntos en giras.

Limp Bizkit repite la formula, y como dicen, “si no está rota, para qué arreglarla”. Es lo que hace la banda y es justamente lo que sus fans quieren escuchar. En estos tiempos donde se mezcla parte del siglo XX con el siglo XXI, y el hard rock con el hip hop, veremos que sucede en un futuro cercano con el quinteto.

Cote Hurtado