The Killers

(Publicado originalmente en 2004)

 

2004. Island Records

Cuando una banda nueva viene precedida con la mejor venia de la critica especializada de ambos lados del globo, siempre viene a ser un arma de doble filo que podría hundir a cualquier grupo emergente. En el caso de The Killers, hay el suficiente sustento para contrarrestar esa tendencia. A estos oriundos de Las Vegas se les podría considerar como la respuesta de la costa Oeste norteamericana al vendaval de bandas del género de inicios de la década como Strokes, Interpol, The Rapture o Yeah Yeah Yeahs y de sus pares europeos; tales como Franz Ferdinand o Snow Patrol. Así como les sucedió a los primeros en mención, es en Inglaterra donde vienen cosechando inicialmente mayores frutos a nivel mediático y de aceptación del publico. Y a su vez, de donde su sonido toma referencias muy marcadas, tanto como sus predecesores.

Pero ¿qué hay detrás de uno de los mejores discos debut del año? Desentrañándolo encontramos la adictiva ’Jenny Was A Friend Of Mine’, historia de un asesinato en su natal Las Vegas complementado por un preciso arreglo de bajo, beats muy adictivos y los vitales-claves sintetizadores muy 80s presentes a lo largo del disco. ’Mr. Brightside’ es uno de esos singles ganadores y que se te quedan en la cabeza buen rato. De lujuriosas líricas, contiene buenos arreglos de guitarras y batería y precisos quiebres de ritmo. Es uno de los lados más rockeros de la banda y donde comienza a atisbar la personalidad de su frontman, Brandon Flowers. La melancolía con algo de cinismo está a la orden del día en ’Smile Like You Mean It’, caminando al filo del pop y el indie-rock. Una línea muy melódica de sintetizadores muy contagiosa y un coro bien ’oreja’, muy en la herencia de Joy Division y Psychedelic Furs. También es otro de los singles ganadores que tiene el disco.

En ’Somebody Told Me’, la andrógina historia de una noche de levante en la disco, es la conjunción perfecta de la propuesta musical de The Killers. Uno de los coros más irónicos y enérgicos en lo que va del año, para este cruce de rock con beats dance (para más referencia el ’bailable’ Take Me Out de Franz Ferdinand) y algo de post punk. El sonido tan 80s retro suena en este caso tan anacrónico y actual a la vez. Ello, quizás por ser la única composición del disco en que participa toda la banda y el tener detrás de la consola a Alan Moulder, responsable del sonido en álbumes claves para Nine Inch Nails, My Bloody Valentine, Jesus & Mary Chain, Depeche Mode.

La muy gospel ’All The Things That I’ve Done’ va emparentada con ’Andy, You’re A Star’. La primera tiene tiempos muy variados, una intro a punta de voz y órgano, unidos por una marcha gospel... por momentos recuerda ese lado más vanguardista de Queen. Pasar del indie-rock al gospel puede tener sus riesgos. Mientras, en la segunda, los arreglos son más simples y básicos: voz, ruidos mínimos, un drum machine, un riff de guitarra. Todo esto para explotar en un arreglo gospel en coros (nuevamente) a mitad de canción. ’On Top’ es un corte dominado por los sintetizadores, que luego se ven complementados por correctos arreglos de guitarras, algo de rock de sonido americano y la voz de Flowers encarnando al mejor dandy ingles en esta nueva historia de la noche.

’Change Your Mind’ es de marcado sonido inglés, una constante en varios episodios del disco. Algo que también ocurre en ’Believe Me Natalie’, donde el sonido va por el lado del mod inglés de fines de los 60s. No llega al nivel de cortes anteriores, pero cumple su objetivo a pesar de tener letras muy personales para Flowers. Es en ’Midnight Show’ donde The Killers recuperan terreno con creces, una revaloración del sonido U2 más primario y seminal de discos como ’Boy’ u ’October’ a inicios de los 80s. Rockera, cruda y hedonista. Destaca la labor de la sección rítmica de Mark Stoermer (bajo) y el baterista Ronnie Vannucci, al igual que el aporte de David Keuning con unas guitarras muy ala The Edge. ’Everything Will Be Alright’ da cierre al disco de manera muy sarcástica por decirlo de alguna manera. Mezclando diversas instrumentaciones y atmósferas para un corte que suena distante y urgente. Por decirlo de alguna manera, es la resaca luego de una noche muy agitada: que son las canciones que la preceden.

“Hot Fuss” tiene todos los argumentos para ser una buena carta de presentación al mundo de estos Killers, que por varios momentos pueden sonar tan ingleses a pesar de su origen americano. Para su sonido tan indie-rock han aprendido muy bien la lección de bandas claves del post punk y new wave como U2, Smiths, Joy Division y Psychedelic Furs. Sin copiar el sonido de estas, han sabido asimilarlo con su propia cosecha dando como frutos varios singles que harán mucho por el grupo en el futuro cercano. Las líneas de bajo, la acelerada batería de Vannucci, las guitarras afiladas y la performance de Flowers pueden ser una nueva formula ganadora.

Se nota que hay mucha ambición, energía, filo y hambre por más a lo largo del disco. A pesar de que contados cortes carecen del potencial de otros muy notables, “Hot Fuss” no pierde su ritmo ni propuesta y puede tomar distancia de varios de sus contemporáneos connacionales, ya que poseen un impacto que te atrae a la primera escuchada del disco. Igual hay muchos indicios para permitirnos ver el potencial de una banda que esta hecha para cosas más grandes en su género. Todo está en sus manos.

Oscar García Verástegui