Van Halen

(Publicado originalmente en 2008, por motivo de su 30° aniversario)

 

1978. Warner

 

Es todo un tema el famoso “álbum debut”. Da lo mismo el estilo, en el fondo son pocos artistas que con su primer paso logran asegurarse un lugar en la historia. Ese momento en que una agrupación dice “presente” en una escena mundial, y que puede llegar a marcar un antes y un después. No sólo en cuanto impacto mundial en las ventas o en cuánto influya una generación, sino que en la cantidad de buenas canciones, que es la esencia de todo esto. Bajo esos parámetros, definitivamente este “Van Halen” está en el Top 10, como mínimo. Un ranking que de seguro comparte con el “Appetite for Destruction” de Guns, el “Are you Experienced” de Hendrix, innegablemente el homónimo de Ramones, “Nevermind the Bollocks” de los Sex Pistols y algún otro que podríamos entrar a debatir (Sabbath, Zeppelín, The Doors…). Pero creo que esos son los indiscutibles, y espero que la memoria no me traicione. Perdón si alguien se siente ofendido. ¿Qué tiene de especial esta primera entrega de Van Halen? No tengo cómo decirlo en resumidas cuentas. Mejor aún: ¿qué no tiene este LP? Es cosa de enumerar, en él encontramos elementos de lo que ha mantenido vivo al hard rock en los últimos 30 años. Hay virtuosismo, hay ánimo de fiesta, hay velocidad, hay blues, hay glamour, hay actitud, y hay grandes composiciones.

 

Para nadie es un misterio que el alma de Van Halen proviene de la guitarra de Eddie Van Halen, héroe entre héroes. Un crack. Sí, es cierto, lo de Lee Roth también fue siempre inmensamente potente, con su voz tan característica y su inolvidable performance en vivo. Pero es el hombre de las seis cuerdas el gran referente de los norteamericanos, sin dejar de lado tampoco a la base rítmica que conformaban Alex Van Halen y Michael Anthony. Pero en cada ranking de “los mejores guitarristas de la historia” que aparece tiene a Eddie entre sus listados. Un talento inagotable. ‘Running with the Devil’ es un grandioso tema, con un riff muy épico, muy prometedor, y un coro que definiría en gran parte todo lo que comenzaría a sonar en la década de los ochentas. Además, cuenta con la particularidad de ser una de las pocas canciones de Van Halen en que Eddie grabó 2 guitarras, técnica la cual él mismo odia. Es una buenísima introducción, no sólo a la banda, sino como dije, a toda una nueva generación que comenzaría a apoderarse de los charts a los años. La gracia está en lo novedoso y adelantado que suena esto. Impresionante.

 

‘Eruption’ es la llave de Eddie para entrar en el exclusivo espacio de los guitar-heroes. Puro virtuosismo. Es uno de los solos con más historia, uno de los más influyentes. El estilo de Van Halen era algo nunca visto, el Dios del tapping, un visionario. Un minuto cuarenta para dejar paso a uno de los covers del CD, ‘You Really got me’, original de The Kinks. Qué bien escogido. Con qué personalidad Lee Roth se apodera de un clásico de todos los tiempos. Ni hablar de cómo calza en el estilo de Eddie. Se da el lujo de tocar uno de los riffs más grandes de todos los tiempos, y también uno de los más importantes.

 

Cosa curiosa que tengamos hasta aquí solamente una canción original (el resto es un solo y un cover). Nadie empieza sus elepés así, menos si es el debut. Pero Van Halen sabía cuidar lo suyo, y se guardó una joya tan brillante y única como ‘Ain’t talkin’ ‘bout Love’ para mostrarla siguiendo a uno de los grandes covers que yo recuerde. Cuánta vibra, cuánta garra y cuánto ánimo de pasarlo bien. Un riff inmortal, una melodía contagiosa y un coro inolvidable. Suficiente con eso. ‘I’m the One’ es como sentir una moto arrancar, para ponerse a bailar. Un rocanrol casi a la antigua. Brutal. ‘Jamie’s Cryin’’ es una de las canciones más famosas del recorrido de los hermanos Van Halen, aún cuando Alex la detesta. Tiene una melodía, y con eso le bastó para establecerse como otro clásico de este álbum. ‘Atomic Punk’ es otra de las imperdibles, con una carga multidimensional de energía y adrenalina, con una guitarra tan efectista como efectiva, que de punk tiene sólo la energía, no así la vibrante interpretación de Alex, Michael y David.

 

‘Feel your Love Tonight’ es un perfecto album track, con un potencial de single inmenso, demostrando que todo lo que tocaba Van Halen en sus inicios se convertía en oro. Tremenda joya de rock radial y lista para ser tocada en cualquier estadio. Tan influyente en todas sus formas para toda la generación ochentena. Poison, Bon Jovi por nombrar a un par nomás. ‘Little Dreamer’ es una mezcla de rock de grandes estadios y memorables riffs con las súper bandas de comienzos de los setentas, léanse Black Sabbath o Deep Purple. Otro cover aparece en el horizonte. ‘Ice Cream Man’, original de John Brim, donde Eddie demuestra que lo suyo no sólo es rapidez y desenfreno y Lee Roth se prueba el traje de bluesman y sale como ganador. En realidad toda la banda se luce, engañándonos y haciéndose pasar por un momento por unos veteranos con años y años de recorrido. El cierre de este fenomenal debut discográfico lo hace ‘On Fire’, que describe mejor que nada el espíritu que abunda aquí. Tanto rocanrol te enciende tanto que casi te termina quemando. Otra vez, elementos bien Deep Purple, onda ‘Highway Star’. Un descontrol que ni me imagino los estragos que habrá causado en su momento.

 

Probablemente sean las 11 canciones más ideales para poner en la carretera a alta velocidad. 11 piezas de museo que si no fuese por el buen ojo de Gene Simmons, que los recomendó a Warner, tal vez se hubiesen quedado por años esperando su oportunidad. Una oncena de rocanroles que pavimentaron la ruta al éxito, que abrieron millones de ojos y que sembraron esperanzas en que el hard rock estaba por asaltar al mundo. El punk explotaría en cualquier momento, y la nueva ola del heavy metal terminaría por reposicionar al rock sin disculpas en los primerísimos lugares.

 

Pocas veces el rock tuvo tan poca novedad como en la mitad de los setentas, salvo la casi exclusiva aparición de Queen. Hasta que apareció el punk con todo. Y con las guitarras de vuelta en la pista, Van Halen tomó su chance y la aprovechó. Vaya a saber uno el sonido que hubiese tenido una década entera si se le privaba de este “Van Halen I” (el cual terminó vendiendo más de 10 millones de copias sólo en EEUU). De don Eddie, amo y señor de la guitarra. De uno de los grandes amos de los escenarios, Diamond Dave. Héroes de una generación. Dupla inmortal, que seguirá siendo única, digan lo que digan. No necesitas saber de música para escuchar esta delicia. Sólo necesitas que corra sangre por tus venas.

 

Juan Ignacio Cornejo K.