Rush

1980. Anthem

Rush dio inicio a los ochenta con “Permanent Waves” obteniendo un éxito comercial que no habían tenido hasta ese entonces. El séptimo álbum de la banda canadiense llegó junto al cambio de década y con ello, nuevos aires en su sonido.

En una época en que la música comenzaba a ser más llamativa y se escuchaba con mayor frecuencia diversos hits en las radios, los integrantes de Rush sentían el deber de innovar y experimentar con otros géneros. En palabras de Geddy Lee en 1979: «era el momento de parar con las historias conceptuales». De tal forma sacaron a relucir canciones más cortas en comparación a las anteriores y haciendo mezclas con géneros como el new wave o reggae, pero siempre manteniendo su esencia.

Mientras la música sufría cambios importantes, la banda liderada por Neil Peart logró superar este desafío de editar sus trabajos en un equilibrio entre composiciones sencillas pero lo suficientemente complejas para mantener su identidad que lograron llegar a un rango más amplio de público. Esta fórmula los llevó a un gran éxito en las emisoras con ‘Spirit of Radio’ como el plato fuerte, canción donde escuchamos una mezcla de excelentes riffs pegadizos con una lírica combinada de ritmos jamaiquinos. Esta obra y la posterior ‘Tom Sawyer’, los ayudaron a descubrir que la gracia de lo experimental y vanguardista estaba en tomar nuevos rumbos.

Por su lado ‘Freewill’ tiene una excelente interpretación de Geddy Lee, mientras que Alex Lifeson se luce con sus solos explosivos de guitarra y saca lo mejor aprovechando las distorsiones y el bending, demostrando su maestría en el instrumento. Le continúa ‘Jacob’s Ladder’, tema sombrío y ambiguo que rompe los paradigmas de una canción, sin un coro y con los sintetizadores como protagonista que toman fuerza cuando la guitarra empieza a quedarse en silencio y Lee hace sonar el instrumento con su voz alterada. ‘Entre Nous’, nombre en francés que en español significa “entre nosotros”, tiene tintes románticos siendo casi una balada. Como dato curioso, no fue interpretada en un concierto hasta el 2007 en la gira de “Snake and Arrows”. A continuación llega ‘Different Strings’, canción que inicia con arpegios acústicos y solos que transmiten nostalgia al más puro estilo de Pink Floyd, mientras que la batería de Neil Peart acopla los tambores con la tónica del tema e intercalando con un piano de la mano de Hugh Syme, quien además fue el creador de la portada del disco. ‘Natural Science’ es la de mayor duración con nueve minutos y veinte segundos, demostrando que tanto no han cambiado y que en esencia siguen siendo los mismos. Esta sección final es la más progresiva de todas, partiendo con una introducción serena y calmada capaz de elevarte a la cima de la montaña mientras que hacen explotar lo mejor de cada instrumento, con baterías a reventar y guitarras que se van potenciando hasta entregar uno de los mejores riffs que se le ha escuchado a Rush, con vestigios directos del heavy metal. Mejor final imposible.

“Permanent Waves” podría considerarse como lo mejor de Rush, destacándose la labor de Neil Peart que creó maravillosas letras poéticas y críticas a la industria musical de aquel entonces, lo cual está implícito en el concepto del arte del disco. El trabajo logra englobar distintos géneros, siendo una especie de resumen musical de lo que fueron los setenta y un excelente presagio de los que serían los ochenta, dando paso a una nueva etapa para Rush. Cabe destacar además que canciones como ‘Jacob’s Ladder’ influenciaron a bandas como Dream Theater y otras posteriores.

Tomás Araya