Depeche Mode

1993. Mute Records

Hace 30 años, Depeche Mode sorprendió al mundo al lanzar uno de los discos más influyentes para la escena británica, pero este lanzamiento, vendría de la mano de un radical cambio. Las historias de las “Canciones de Fe y Devoción” parte en 1992 cuando la banda se mudaba a un estudio de grabación para grabar el álbum mientras convivían en una casa en Madrid. Esto en un intento por emular el éxito que ya había logrado el productor Mark Ellis o “Flood” con U2. Sin embargo, lejos estaban de lograr la armonía necesaria para componerlo ya que los problemas internos se arrastraban desde la gira anterior. Este disco de estudio no solo se ha convertido en uno de los mejores de su carrera, sino en uno de los más difíciles de hacer.

Hasta este punto la banda ya estaba consolidada como una de las más importantes del Synth-Pop producto de su colosal éxito. La llegada del “Music for the Masses” daba las primeras pinceladas de que se avecinaba un cambio, o mejor dicho una evolución en su música. Los samplers y teclados cedían poco a poco el protagonismo ante el envolvente sonido de guitarras que tímidamente se hacían un espacio. Pero su punto más alto llegaría en 1990 con un “Violator” cargado de clásicos como 'Enjoy the Silence' y 'Personal Jesus' que hacían que Depeche Mode sonara como nunca lo había hecho. Pero esto solo era el comienzo, ya que tan solo 3 años más tarde, se adentraría en la mayor metamorfosis de su carrera.

“Songs of Faith and Devotion” no se guarda nada. Sus primeros 10 minutos ya parten con los mejores singles del álbum. 'I Feel You', 'Walking in My Shoes' y 'Condemnation' son potentes declaraciones de un cambio, entregando algo nuevo en cada compás. Pero, aunque cueste creer que realmente son canciones de Depeche Mode, los pequeños detalles muestran su identidad. El chirrido Inicial de 'I Feel You' da paso a una guitarra que, además de ser protagónica en la apertura, mantiene ese sonido más crudo en toda la canción. La voz de Dave Gahan deja a un lado la suavidad a la que nos tenía acostumbrado, para cantar con una actitud más desafiante, sensual y que en ocasiones se siente cargada de rabia. Mientras que la batería más sintética, que coquetea con lo industrial en los primeros versos, se despoja de toda programación para para mostrar el Groove que tenía Alan Wilder. Pero la mayor sorpresa se la llevan las voces de las coristas que acompañan a Dave y que dotan de Gospel una canción cargada de contrastes musicales.

El particular tono que deja esta primera canción cambia abruptamente por la hermosa melodía que tiene el piano de 'Walking in My Shoes'. Es un tema con una obscuridad atrapante gracias al predominante bajo que se vuelve cómplice de la batería al momento de crear un aura que es sólo iluminada por el piano y la sensual voz, resaltada nuevamente gracias a las coristas. En los pocos minutos de este álbum ya tenemos la canción más única, ya que incluso cuenta con unos scratch que pasan casi desapercibidos al igual que la guitarra cargada de Overdrive que prepara la entrada de cada coro. En este punto ya se nota cómo el grunge también influenció en la esencia del álbum.

Para este trabajo, la apariencia de Gahan sorprendió a sus fans y a los miembros de la banda. Su radical cambio físico mostraba una de las tantas consecuencias que tenía debido a la adicción a la heroína que había desarrollado, pero también mostraba parte de su nueva vida en Los Angeles. Sin embargo, esta delicada condición no sería impedimento para lo que hizo en 'Condemnation'. Esta hermosa pieza deja un lado el coqueteo inicial que tenía con el Gospel para adentrarse completamente en él. Los sintetizadores se rinden ante el sonido real del piano, los panderos, y la tímida batería. Inicialmente sería Martin Gore el que estaría en la voz, pero la letra y melodía moverían algo dentro de Dave para ser él quien diera una de las mejores interpretaciones de su carrera. Sin embargo, Martin tendría su revancha, ya que lo que hace en 'Judas' es admirable. La dulzura con la que canta hace de esta una de las piezas más bellas del álbum. Al contrario, de 'Condemnation' los sintetizadores y una gaita escocesa se toman el protagonismo para terminar con un atrapante sonido industrial que se combina con el teclado. Sus letras caracterizadas por una alta carga religiosa, se toman la palestra nuevamente.

El lado más sensual de este álbum comienza con 'Mercy in You' al tener esos atrapantes arreglos de guitarra que nos seducen a seguir adentrándonos a esta melodía. Mientras la batería se mantiene con un sonido más sintético en su bombo, contrastado por lo metálica que suena la caja. La sensualidad en la voz de Gahan se mantiene en una cortina musical que cada vez incorpora más elementos como el piano que resalta en el inicio de cada estrofa. Mientras que unas segundas voces angelicales y ligeros susurros acompañan la voz principal en los coros, para terminar por todo lo alto en los “The mercy in you” finales.

'In Your Room' lleva todo lo anterior al siguiente nivel, convirtiéndose en una de las más atmosféricas de todo el álbum. Luego de la calmada entrada que tenemos a esta habitación llena de sonidos, Dave nos seduce para transformarnos en los “esclavos favoritos” de la banda, sucumbiendo ante los hermosos pero sutiles acordes de guitarra, el atrapante fondo que crean los sintetizadores y el bajo, sostenidos por ese sonido “en vivo” que ha tenido la batería durante todo el álbum, para cerrar con uno de los mejores finales de todo el álbum. Sin embargo, La mezcla más curiosa y a la vez engañosa llega con 'Get Right With Me' al partir con una ambientación más industrial, susurros que repiten el título de la canción, sonidos scratch e instrumentos que se suman a la mezcla. Mientras que los coros por su parte cargan de Gospel la melodía de la letra dotada de una temática religiosa. Sin duda que combinar estilos tan disonantes entre sí y hacerlos sonar tan bien es algo admirable en este trabajo.

El trabajo en conjunto de esta alineación los convirtió en una fuente de inspiración para diversas bandas que surgirían en años posteriores. 'Rush' es la muestra de esto, ya que pareciera ser, sin ninguna intención aparente, el primer acercamiento al sonido más melódico que tendría el Nu Metal en los años posteriores. Las similitudes que tienen con el sonido del 'Hibyrd Theory' de Linkin Park se siente en los sintetizadores que, por un lado, emulan la distorsión de una guitarra y por el otro entregan un ritmo melódico constante, resaltado muy de cerca por la batería. Por supuesto que es clara la falta de esa poderosa y pesada energía que tendría el género en las guitarras cargadas de efecto y los ritmos inspirados en el hip-hop o el funk. Pero también es claro que el sonido de esta canción podría ser perfectamente los primeros acordes de aquel género, no por nada el mismo Chester Bennington declaró en su tiempo tener una alta inspiración de este cuarteto inglés. Incluso si queremos ser más quisquillosos, basta con poner atención en la forma de cantar que tiene Gahan en los quiebres más pausados de esta canción para encontrar ciertas similitudes con la excéntrica forma de cantar de Jonathan Davis con Korn.

Para la parte final la voz de Martin resalta más que nunca en la obscura pero esperanzadora 'One Caress'. Esta especie de interludio de ópera es la composición que más se separa del repertorio, pero a la vez, sigue en su esencia siendo una canción esencial para el “Songs of Faith and Devotion”, funcionando perfectamente como un vals que marca el ritmo entre el juego que tienen las tonalidades altas y bajas de los violines que se roban todo el protagonismo. Luego de este interludio, 'Higher Love' nos despide con una pieza que retoma lo hecho en el “Violator”, volviendo al sonido que tanto los caracterizó en sus años anteriores. Es un cierre perfecto desde sus raíces, pero con la intención clara de ofrecer algo nuevo. También es la canción con la que abrirían, en medio de una increíble escenografía, la gran mayoría de sus presentaciones en el mítico Devotional Tour.

Las más de 150 presentaciones por todos los continentes, en un periodo de 14 meses fue algo que casi acabó con la banda. La presión, sumado al estrés y el cansancio físico solo empeoraron las tensiones que habían tenido durante gran parte de la producción inicial del álbum, agravando aún más los problemas internos que tenían. Esto llevó a que Alan Wilder dejara la banda, en una decisión que había tomado desde el inicio de las grabaciones. Sin embargo, lo difícil que significó esta etapa para Depeche Mode tuvo sus recompensas. “Songs of Faith and Devotion” lograría ser n°1 en Estados Unidos y el Reino Unido en la misma semana. Además, dejó una de las mejores presentaciones en vivo registradas en el “Devotional” un filme dirigido por Anton Corbijn que recopila las presentaciones de España, Francia y Alemania, donde se muestra lo espectaculares que eran arriba de un imponente escenario diseñado exclusivamente para ellos.

Este es un día para que los fans puedan recordar que, gracias a este álbum, la banda pudo pisar por primera vez el territorio nacional en 1994. Sin duda que significó un cambio a nivel musical y sobre todo estético ya que los videos que dejó la mano de Corbijn muestran como cumplieron lo que se propusieron desde un principio, superar el “Violator”. Es uno de los trabajos que más se separa de su estilo, pero que carga con una importancia mayor que cualquier otro al marcar un antes y un después para la banda. Este radical cambio muestra como su identidad siempre vuelve para recordarnos el por qué han enamorado a miles de devotos a lo largo del mundo en una carrera impecable que ha estado siempre cargada de genialidad musical e innovación.

Aarón Vergara