Iron Maiden

1986. EMI

Recuerdo como si fuera ayer, que en los años 80’s había un programa cada domingo a las 6 de la tarde en la radio Tiempo FM que se llamaba “Música a Otro Nivel” dedicado al Heavy Metal, y donde presentaban un disco completo recién editado. Fue así como en septiembre de 1986 tuve mi primera toma de contacto con “Algún Lugar en el Tiempo”, el sexto larga duración de la doncella de hierro, editado el día 29 de ese mes.

Con el cassette listo para grabar en el deck y con la emoción y la ansiedad palpitando en mi torrente sanguíneo, solo bastaron los primeros 20 segundos de ‘Caught Somewhere in Time’ para sentir que el disco ya me tenía de rodillas y absolutamente conquistado. Las armonías gemelas de las guitarras de Smith/Murray eran el sonido del futuro, nunca antes unas guitarras habían sonado así en el Heavy Metal y claro, no eran guitarras comunes ni ordinarias, eran ‘synth guitars’ que ese mismo año fueron usadas en otros discos revolucionarios del Heavy Metal como “Turbo” de Judas Priest y el enorme “Rage For Order” de Queensrÿche. El futuro había llegado y la sensacional portada de Derek Riggs (probablemente el mejor trabajo de toda su carrera), fuertemente influenciada por la obra maestra del cine de ciencia ficción “Blade Runner” (1982), y llena de detalles y mensajes ocultos en cada rincón de esa imagen de una ciudad distópica del futuro, cobraba en la edición en vinilo una belleza sencillamente espectacular. Tras un break de batería de Nicko luego de la intro, se suma toda la banda y segundos después viene el cambio de marcha y el galope eterno y glorioso de Iron Maiden ya estaba desatado una vez más, con un Dickinson sensacional en las voces y el bajo del jefe Harris marcando la ruta, mientras que el duelo de solos de los enormes Adrian Smith y Dave Murray son un deleite para los oídos, en un track de apertura absolutamente demoledor.

‘Wasted Years’ era la siguiente y fue el single y el himno que quedó para la posteridad. Ante el agotamiento físico y mental de Dickinson tras el maratónico “World Slavery Tour” que duró 331 días y 187 conciertos, razón por la cual no compuso nada para este disco, fue Adrian Smith el encargado de llenar ese vacío y sus composiciones brillan por todo lo alto en el álbum, como esta canción y su icónica introducción de guitarra tan futurista y espacial y ni hablar del solo que el propio Smith se despacha más adelante, simplemente una delicia. Tras cartón llega ‘Sea Of Madness’ otro tema compuesto por Smith y un tema durísimo y muy pesado con esa sección central deliciosa de armonías dobladas para luego hacer un quiebre y realizar una pausa matizada por unas elegantes líneas de guitarra fuera de este mundo, y son detalles como este los que llevan a muchos fans de la doncella a considerar este trabajo como su obra más refinada y elaborada. Luego llega ‘Heaven Can’ Wait’ tema firmado por Harris y a pesar de que varias canciones de la placa abordan la temática del tiempo y el espacio, nunca estuvo concebido como un disco conceptual, y esta canción en particular, dejó como rito el subir a muchos fans al escenario a cantar el coro en la parte marchosa del tema luego de la gran sección de solos, esos “oh oh, oh oho ohooo” que siempre resultan un momento fantástico del show para luego volver al ataque con otra dosis de solos de guitarra.

La cara B del disco se abría con otro temazo del jefe Harris y esa enorme y espectacular ‘The Loneliness Of The Long Distance Runner’, donde todo el grupo suena como un cañón gracias a la producción estelar del tremendo Martin “Masa” Birch y donde podemos escuchar a Bruce Dickinson ir arriba con todo, en una canción ciertamente muy exigente en el apartado vocal. Las melodías de guitarra fluyen sobre el galope de la base rítmica y te transportan a otra dimensión, en un disco absolutamente preciosista y perfeccionista donde no sobra ni un solo segundo de los 51 minutos y fracción que dura el álbum en sus 8 magistrales canciones. ‘Stranger In A Strange Land’ otra pieza maestra de Harris, fue el otro single del disco, un tema con una línea de bajo realmente sensacional sobre la cual más adelante Adrian Smith dibuja un solo absolutamente precioso y cuyo video clip nos mostraba el espectacular escenario con un Eddie inflable gigante apareciendo detrás de la batería y extendiendo sus manos hasta el público. Dave Murray no es muy prolífico para componer canciones, pero cuando lo hace sale con maravillas del tamaño sideral de ‘Deja-Vu’ un temazo co-escrito con Harris donde la banda se muestra a tope de sus facultades interpretativas y donde el gran Nicko McBrain hace gala de su “técnica del pie veloz” llevando el bombo como si fuera uno doble en las partes rápidas. Cuanta maestría hay aquí concentrada en una canción y en un disco completo que es una verdadera obra de arte en todos sus sentidos y que al menos para mi siempre será el mejor de Maiden, y el inmenso remate final de ‘Deja-Vu’ así lo confirma. Pero aun queda algo más, y eso no es otra cosa que el corte épico y progresivo que Maiden solían poner al final de cada disco y ‘Alexander The Great’ nos narra la historia de unos de los conquistadores más brillantes y victoriosos de la historia de la humanidad, el gran Alejandro Magno, en otra brillante pieza musical firmada por Harris y que nunca jamás ha sido interpretada en vivo.

El día 28 de mayo Iron Maiden iniciará su nueva gira mundial “Future Past” en Eslovenia (gira que pasará por Chile en marzo del próximo año junto a Judas Priest y Megadeth como se rumorea), y esta nueva gira estará basada en los discos “Senjutsu” (con 5 canciones), y en ‘Somewhere In Time” (con 5 canciones también), por lo que finalmente y luego de 37 años de ostracismo, Iron Maiden hará un acto de justicia divina reivindicando toda la amplia grandeza de una placa como “Somewhere In Time” que tiene todos los atributos para ser el mejor opus de toda su brillante carrera. Lo firmo.

Cristián Pavez