Congregación

1972. IRT

El proceso de nacionalización del rock avanzaba rápidamente hacia finales de los años sesenta y principos de los setenta en un Chile complejo que pronto experimentaría 6025 días de oscuridad. Entre las bandas que experimentaban con el folk, el rock en inglés, la psicodelia y otras construcciones sonoras que iniciaba con Aguaturbia, Amerindios, Los Blops, Los Vidrios Quebrados, Los Mac’s, Congreso, Los Jaivas, entre muchos otros, aparecía una especie de anomalía, un destello fugaz que rápidamente se apagó dejando tan sólo un álbum a su haber. Congregación, el grupo liderado en sus múltiples formaciones por Antonio Smith, editaba casi por casualidad o causalidad "Congregación viene…", el único registro del grupo.

"Vengo de hace mucho antes que naciera el tiempo / y aún estoy sin verme nacer…", canta Smith en 'El dulce espíritu de la soledad, ama la muerte hermano', uno de los tracks con más sentimiento e introspección del álbum. Y es que el disco, que nacía en un alborotado 1972, más que reflejar un sentimiento en esencia político, gozaba de un contenido lírico en perfecto plan poético, contracultural en su estilo desafiando los conceptos ideológicos y trasladando el mensaje hacia al interior, donde la política también se enreda con la religión, la falta de religión, un grupo de atrapados por el pensamiento.

Sin embargo, Congregación no veía con distancia la historia de horror posterior que silenció gran parte de la música y que comenzaba a gestarse. Más bien compartían ese domicilio ideológico con otras bandas de la época que se abstraían de lo que sucedía, como Los Vidrios Quebrados, sin dejar de mirar desde su propia perspectiva lo que pasaba. Smith y Congregación poseían una mirada global, fuera de este mundo, tal y como representa la portada del álbum (la silueta de la tierra vista desde algún lugar del universo). Cuando todo se trataba de posturas, Congregación mira al interior. Quizás por eso el rescate de este álbum fue tan lento y no alcanzó la popularidad de otros en sus breves momentos de difusión. Según Gonzalo Planet en su investigación "Se Oyen los Pasos", la obra "no tuvo mayor aceptación radial y su lírica, entregada como un manifiesto espiritual, sí logró barrer con algunos esquemas (“Ya no está Jesús, Marx ni Lenin / para que vinieran hoy a ayudarte / te vas quedando solo con muchos lemas / residuos inconscientes de una civilización”)".

El álbum se grabaría casi por casualidad, aprovechando algunas horas de sesión en el estudio y grabando con lo que había a mano: instrumentos acústicos. IRT no veía en esa mezcla de rock y folclor mucho conveniencia y eso sumado a las dificultades de Smith de contar con una agrupación sólida, hicieron del proceso del álbum un viaje anormal. Por eso "Congregación viene…" es complejo y fresco para la época, restándose del rock cuyo idioma principal era el inglés y enfocándose en composiciones con trazos acústicos, un bajo seco más que presente, arreglos de vientos y esos conceptos folclóricos mezclados con su propia idea del rock.

Más allá de la etiqueta de hippies de manera peyorativa, la búsqueda de la banda y de Smith en su concepción significó un proceso serio de reflexión musical y del pensamiento. Eso, acompañado de un potente trabajo en las letras, convertía a Congregación en una banda atrevida. Si el lenguaje del rock era el inglés, bandas como Congregación adoptaban no solo el español sino que también una nueva forma de observar y tocar música. "Congregación viene…" es un hermoso ejercicio musical con elementos ocultos en cada escucha. Canciones como “Arrebol”, “Estrecha a tu hermano” están cargadas de un sentimiento de melancolía, un optimismo oscuro y profundo pero más reflexivo y oculto, allí donde se libran batallas internas. ¿Quién hoy en día canta aferrándose a esas interrogantes? Congregación logró, con sus vestigios, dejar un rastro inalterable en la rica y breve historia del rock chileno.

Matías Muñoz