Leonard Cohen

1967. Columbia

Cuando The Beatles trabajaba la conceptualidad, Velvet Underground establecía el alternativo, y David Bowie se hacía un espacio en la industria con su característico histrionismo, el mundo de la música veía a un poeta canadiense, alejado de las convenciones de cómo debería ser un músico, adentrarse a un universo artístico desconocido para él hasta ese momento. Leonard Cohen tenía 33 años cuando decidió lanzar el álbum “Songs of Leonard Cohen”, disco debut que dispondría nuevas formas de desarrollar la lírica musical.

Las letras no volvieron a ser escritas de la misma forma desde que aquel hombre alto, delgado y de habitual formalidad, desentrañó en los recónditos de las emociones. Con un lápiz y una guitarra, Cohen fue capaz de explorar lo que ningún otro, el dolor, la tristeza, las añoranzas de un amor pasado, eran conceptos que acompañaban a un solo individuo, que supo compactar todo en 10 canciones, las cuáles son como páginas de una gran novela, equivalente a los escritos de la generación beat.

La apertura de esta novela musicalizada es con ‘Suzanne’, uno de los temas más icónicos y reconocibles del autor, y los motivos son claros, la guitarra folk y la expresividad vocal de Cohen describen a la perfección la misteriosa figura espiritual de Suzanne. La prominencia de la guitarra sigue manifiesta en ‘Master Song’, con un patrón intrincado, los cambios de tono aclaran progresivamente el paisaje sonoro en donde la complejidad de las relaciones humanas es el principal protagonista. En ‘Winter Lady’, la suavidad armónica permite que la voz fluya e incorpore la poética sobre el amor y el inevitable paso del tiempo, que poco a poco se hace notar más en nuestras vidas. ‘The Stranger Song’ narra las historias de encuentros desconocidos, por lo que su composición refleja aquello mediante el ritmo apresurado que decide evocar a la naturaleza inesperada de la vida y sus relaciones. Pasamos a conmovernos con ‘Sisters of Mercy’, que es una balada sencilla, pero no deja de ser la musicalización adecuada para la historia de un hombre que busca refugio y consuelo, lo que no hace más que ahondar en la nostalgia y la paz que le acompaña.

Con ‘So Long, Marianne’, es posible destacar su energía animada, la guitarra acústica y la voz de Cohen se entrelazan y dan como resultado una mezcla de tristeza y esperanza. ‘Hey, That’s No Way to Say Goodbye’ es la delicadeza hecha canción. De igual forma, decide cohesionar sentimientos y sensaciones contrarias, que revelan la complejidad detrás de estos. La despedida es una temática recurrente y se evidencia idóneamente en las últimas dos canciones. De instrumentación minimalista, sobresaliendo en un comienzo la técnica de picking en la guitarra, ‘Stories of the Street’, nos transporta a un ambiente hostil, en que el arte se impregna de la oscuridad y misterios de la calle, la cual es mera espectadora de las historias urbanas que deciden ser contadas por los grandes artistas. Lo mismo sucede en ‘Teachers’, en la que la guitarra tiene una fuerza envolvente que nos guía a lo largo de toda la canción, sin llegar a sobresalir más que la poética cruda de Cohen, que dota de una complejidad subyacente la composición. Terminamos con ‘One of Us Cannot Be Wrong’, el estilo vocal es clave para generar la intensidad emocional, que se ve potenciada con los arreglos vocales que construyen un climax catártico con aquellas instrumentales que terminan resonando y dando un cierre satisfactorio al disco.

En tan solo 41 minutos podemos experimentar un vaivén de emociones que van desde la esperanza más inocente hasta el desaliento más fructífero y duradero. Lo que distingue a este álbum son sus narrativas serias, influyentes en la literatura anglosajona, posicionando al cantautor como el gran explorador de un espacio único. Leonard Cohen ha quedado enmarcado en la historia de la música universal gracias a “Songs of Leonard Cohen”, cada pista cuenta con la capacidad de conectar con los oyentes, quienes ven reflejadas sus experiencias en esta obra maestra de profundidad lírica y elegancia musical.

Jeremías Sepúlveda