Outrage! Is Now

Miércoles, 18 de Octubre de 2017

2017. Last Gang Records

Cuando los Death From Above 1979 sacaron su disco debut en 2004, You re a Woman, I m a Machine, significaron una bocanada de aire fresco en la incipiente escena garage (con todas sus aristas). Nadie entendía cómo Jesse F. Keeler podía hacer sonar su bajo con tanta distorsión y crudeza. Los halagos que acumularon vinieron de todos los frentes. Desde Josh Homme (Queens of the Stone Age) a James Murphy (LCD Soundsystem). Su propuesta era de un rock honesto y bailable, pero que no sacrificaba su esencia explosiva.

Luego de una separación, una reunión y otro disco entre medio (The Physical World, 2014), el dúo canadiense que completa el baterista Sebastien Grainger, regresa con la misma urgencia y prepotencia con su más reciente disco Outrage! Is Now, algo así como un grito colérico que, por lo menos en la estética de su carátula, bien podría ser la respuesta al famoso cartel que Lennon sostenía en 1972 con la frase War Is over! If you want it.

El radicalismo y diversidad del inconfundible sonido de Death From Above (ya sin el 1979 incorporado por un problema de derechos a inicios de la pasada década) no resiste comparaciones. No son ni la misma banda de su debut ni la de hace un par de años. Se han convertido en algo más propositivo e inquietante. Su sonido muestra onda y visceralidad por partes iguales.

Desde Nomad uno de los mejores track #1 del año- la banda nos invita a sumergirnos en un viaje de potencia compacta y directa. Furia punk y dosis justas de dance, con un sintetizador que aporta modernismo, a cargo de Eric Valentine, también productor y que bien conocemos por su trabajo en el fundamental Songs For The Deaf de QOTSA. Pero la presencia de Valentine en los teclados gran responsable del salto evolutivo en este nuevo sonido- se desata en el single Freeze Me, que solo peca en frenar el impulso del inicio. Los matices de Caught Up y Outrage! Is now son de alto calibre, cuidando su línea vertiginosa y enérgica, con melodías más misteriosas y oscuras, en la que el clásico bajo de Keeler se escucha en todo su esplendor, mientras la batería inunda la atmósfera. Never Swim Alone, con un ritmo cadencioso y un riff de bajo repetitivo se luce por sí sola, mientras Grainger con su aguda voz hace un llamado a la disidencia Tiene que haber otra generación / Lista para una revolución".

Si en la primera mitad la banda mostró credenciales, cuando suena Moonlight no hacen más que doblar la apuesta. Una canción entre el Muse más rabioso y el sonido alcoholizado de las guitarras de Homme, y la atronadora batería de Grainger. La presencia de Bowie, si ya se podía escuchar en algunos pasajes, es más que evidente en la cadencia de Statues, que no es otra que la de Fame. Hacia el final, All I C is U & Me -seguro futuro single- es una de las mejores del disco y, quizás, la que mejor defina su nuevo momento, aunque NVR 4EVR y Holy Books también son dos machacazos del mejor rock parido en los últimos años, con la potencia e insolencia que el estilo necesita, mirando hacia adelante, tal como lo estipula su letra: No voy por libros sagrados / Esas rimas antiguas no tienen ganchos".

Sin duda, este álbum es uno de los más convincentes de la temporada. No sólo por su prolija producción, sino que además es un sonido nuevo, destellante, sincero, simple, veloz, de los que se escucha con el volumen bien fuerte. Tiene los coqueteos justos con músicas que han ido renovando el rock en el último lustro sin ser un diluido ejercicio retromaníaco. Su nueva personalidad, llena de colores, van mucho más allá del dance punk, estilo en que los encasillan con demasiada facilidad (dejando de lado la ferocidad del garage o las distorsiones ensordecedoras del noise de las cuales también se dejan permear). Esperemos que Death From Above, ahora que se muestran en buena forma, logren capitalizar este crecimiento, se pongan al frente de la nueva generación rock y empiecen a pintar con descaro el espíritu de nuestro tiempo.

César Tudela