Duff McKagan

Tenderness

Viernes, 07 de Junio de 2019

2019. Universal Music Enterprises

Fue en 1993 cuando Duff McKagan comenzó a dibujar su carrera solista. “Believe in Me”, un disco que repasaba cortes de fuerza punk y otros más en sintonía hard rock, fue su primer puñetazo sin Guns N’ Roses. Nada mal para exorcizar por esos años los demonios que rondaban al conjunto liderado por Axl Rose, atribulado por las relaciones internas de la banda. Y la inquietud musical del nacido en Seattle estaba lejos de detenerse. Algunos años después, se materializó en la banda Neurotic Outsiders y luego en Loaded, proyecto en el que compartió lugar con Dez Cadena, de Black Flag, y previo a la formación de Velvet Revolver.

Hoy, ese viaje tiene otro capítulo. Uno alejado de la distorsión de guitarras, de los cantos rasgados y de los solos desenfrenados. “Tenderness” (ternura en su traducción) tiene algo de catártico para un músico que en el pasado se vio inmerso en la vorágine de las adicciones, tal como varios de sus contemporáneos. Pero él es un sobreviviente y lo grita durante el álbum. Cuando McKagan ha hablado sobre “Tenderness” le ha dedicado palabras a las artes marciales y al punk rock. Lo primero, según él mismo contó en la época de Velvet Revolver, fue clave para alejarse de las drogas y tomar el rumbo de su vida. Lo segundo, su columna vertebral musical a lo largo de su carrera. De alguna forma, hoy es esos dos tópicos. Para este álbum, donde la guitarra acústica se instala como el instrumento principal, trabajó en la producción con el músico Shooter Jennings, lo que para la revista Rolling Stone fue su “arma secreta”. A su vez, la obra está llena de arreglos que suenan a rock sureño, entre el folk y el góspel, que descansan de buena manera en la tranquila voz de Duff, y que a ratos toma parentesco con el grunge.

“Días ennegrecidos/ Hemos perdido nuestro camino/ Así que reúnanse/ Estas nubes tormentosas perdidas y encontradas”, dice la primera, homónima, con un teclado de notas largas en el fondo. “Un poco de ternura es lo que necesitamos”, agrega. Pero no solo queda ahí. En 'It's Not Too Late', una que bien podría ser la canción principal de un film sobre búsqueda espiritual, pide: “Apaga la pantalla y toma una pequeña posición. Da un largo paseo y conoce a tu prójimo, no es demasiado tarde”. En esa, los violines de corte sureño y los coros bien encajados refuerzan esa idea. La romántica ‘Wasted Love’, que fue grabada por primera vez en 2008 con Loaded, toma nuevos ribetes y ‘Last September’ relata un crudo ataque a una mujer con la voz de Duff llena de emoción. Unos licks en tono country encajan perfecto en esta última.

‘Chip Away’ sigue con sonidos campestres y ofrece más ritmos, mientras ‘Feel’ va con dedicación a Scott Weiland, Chris Cornell, Chester Bennington y Prince. “Golpes duros, mala suerte/ Has sido derribado/ Has vuelto a subir/ Levántate, brilla encendido”, dice en esa. McKagan entrega letras sentidas, con bonitos momentos, llenas de sinceridad, donde pareciera mostrarse agradecido del lugar donde se encuentra. Como por ejemplo en ‘Cold Outside’ donde canta sobre las personas que viven en la calle o en ‘Breaking Rocks’, -una que toma ritmos de Bob Dylan- donde expresa: “He aprendido de los rasguños y del sangrado”. Asimismo, usa su tribuna para referirse a los continuos tiroteos en Estados Unidos, como en ‘Parkland’. ‘Don't Look Behind you’, la mejor, pone un cierre conmovedor, grande y nostálgico, con unos coros al estilo iglesia norteamericana que llevan el tema al cielo.

“Tenderness” es un disco conmovedor, lleno de bonitos arreglos y con canciones simples, pero bien trabajadas. Bajar decibeles y desnudar su sonido fue un notable acierto para Duff. Gran trabajo para su discografía.

Juan Pablo Andrews