Foo Fighters

2009. Sony/RCA

Se lo dijo el propio Dave Grohl a la BBC a principios de noviembre: “Se siente un poco prematuro porque todavía estamos funcionando. Estas cosas pueden parecer un obituario”. Ciertamente, y como ha sucedido en innumerables ocasiones con otras bandas, fue un sello el que quiso recopilar los singles de uno de sus grupos más rentables y editar un álbum de grandes éxitos. En el caso de Foo Fighters, a ellos no les parece precisamente una buena idea.

Pero todo depende del cristal con el que se le mire. Sea una jugada sucia o no, la verdad es que las canciones incluidas en “Greatest Hits” (un título bastante poco inspirado) sirven para que los que han disfrutado del sonido de esta banda durante los últimos 14 años puedan tener en bandeja lo más popular del grupo. Esto no quiere decir que incluya lo mejor que han hecho, pero como disco de singles pasa la prueba.

Aquí el orden no es cronológico. ‘All My Life’, de su cuarto disco “One by One” (2002) abre el álbum con su riff repetitivo y gritos guturales de Grohl hacia el final. Uno de los mejores temas de la banda, ‘Best of You’ sigue con su mezcla de guitarras estridentes, pulsos cortantes y esa sensibilidad pop que siempre ha estado presente en el sonido de la banda.

El primer viaje a los noventa lo protagoniza ‘Everlong’ (trabajo incansable aquí de Taylor Hawkins en la batería) y el regreso en el tiempo es evidente. A estas alturas algo que haya sido hecho en la década pasada se nota y esta canción lo deja en claro. ‘The Pretender’, un tema hecho diez años más tarde y mucho más pulcro aparece luego y otro viaje hacia fines de la última década del milenio llega con ‘My Hero’, uno de esos temas conducidos por las guitarras que lo son todo.

‘Learn to Fly’ nos recuerda más tarde cómo funcionaba el pop de Foo Fighters en 1999 y las imágenes de su divertido video llegan solas a nuestra memoria. ‘Times Like These’ es otra de esas canciones llenas de esperanza que aparece antes del punk edulcorado de ‘Monkey Wrench’, uno de esos temas que en 1997 nos demostró que este grupo tenía algo adictivo, algo difícil de resistir.

Guitarras más calmas y poperas llegan con ‘Big Me’, del debut homónimo del grupo lanzado en 1995. Tan repetitivo e inmenso en la era post Nirvana, que suena como un documento perfecto de aquellos años. ‘Breakout’, a una década de su creación, sigue sonando divertido y fresco, pero debe ser uno de los temas más débiles de la banda. ‘Long Road to Ruin’ es un buen ejemplo del hacia dónde quiso dirigir su sonido el grupo en esta década que termina. El contraste es fuerte luego con ‘This is a Call’, tema más sucio, con gusto a resaca grunge, pero igual de efectivo.

Hasta aquí hay recuerdos e historias del pasado en estudio. El único tema en vivo es ‘Skin and Bones’ tomado del disco del mismo nombre que la banda editó en 2006 y que en clave más country muestra otra arista de la banda. A este quiebre le sigue uno de los dos temas nuevos incluidos en “Greatest Hits”, ‘Wheels’, uno que pasa sin pena ni gloria. El segundo inédito, ‘Word Forward’, suena más inspirado y va creciendo en intensidad. El álbum llega a su fin con una versión acústica de ‘Everlong’, una rareza para darle algo de valor agregado al álbum pero no debe ser algo que los verdaderos fans del grupo no hayan escuchado antes.

En “Greatest Hits” no están incluidos todos los singles del grupo. Se echa de menos ‘I’ll Stick Around’ y la delicada ‘Walking After You’, pero es una muestra interesante del “sonido Foo Fighters”. Un grupo por el cual en sus inicios nadie daba un peso, considerando que el baterista de una de las bandas más importantes de la historia quería dárselas de líder y compositor. A casi 15 años de su debut se ha transformado en un grupo con un poder de convocatoria envidiable y con un puñado de éxitos suficientes como para dejar una marca…y bueno, lanzar un disco de este tipo. Aunque a sus músicos nos les parezca lo más adecuado.

Jaime Meneses J.