The Who WHO Domingo, 05 de Enero de 2020 2019. Polydor Records/Universal Music Si el dicho “por la boca muere el pez” fuera cierto, hace rato que Pete Townshend ya no estaría con nosotros. Sus cuñas agradeciendo a Dios que sus ex compañeros abandonaron este mundo y que The Who casi inventó el heavy metal no hacen otra cosa que reafirmar la personalidad de un incombustible del rock que tiene mucho que decir y no solo por la prensa. Después de trece años de silencio discográfico, Townshend y el eterno Roger Daltrey vuelven a la carga con “WHO” (2019), un material que privilegia las creaciones más directas por sobre las obras conceptuales complejas. Basta con mirar la portada diseñada por Peter Blake, repleta de símbolos pop y alusiones a la misma historia del grupo, para darnos cuenta de que en estas once canciones encontraremos la mixtura perfecta entre las señas de identidad que han encantado e inspirado a generaciones y la sabiduría emocional de un colectivo que tiene gasolina de sobra para llevar su leyenda más allá de cualquier frontera. Y es que las declaraciones de principios no se hacen esperar. Con la frontalidad que las caracteriza, las letras de Townshend son implacables cuando se trata de contar verdades crudas. “No me importa, sé que van a odiar esta canción” exclama un ácido Daltrey que interpreta a la perfección la arrogancia de su longevo compañero en ‘All This Music Must Fade’, provocando de manera frontal a un público que a veces solo los ve como un mero wurlitzer obligado a repetir una y otra vez los hits por los que pagan la entrada, sin prestar atención a lo nuevo. Es una letra mordaz, entretenida e inteligente que sigue cargada de ese perpetuo conflicto interno en el alma de su creador, y, al fin y al cabo, te grita en la cara que su mente sigue trabajando a mil por hora a fin de convertir su rico contenido lírico en composiciones alucinantes. Con un ojo puesto en el contexto social y otro en sus batallas internas, Townshend despacha cortes como ‘Ball And Chain’, publicada el 2015 bajo el nombre de ‘Guantanamo’ y regrabada para incluirla en “WHO”, ocupando la estructura del blues en un canto sobre los horrores de la cárcel, a la vez que se inspira en el incendio de la torre Grenfell de Londres ocurrido el 2017 para cimentar ‘Street Song’, aderezada con sintetizadores en el riel de “Who’s Next” (1971). En un terreno más intimista, plantea las preocupaciones de un artista viendo el declive de su carrera en el horizonte tanto en ‘Hero Ground Zero’ como en ‘Rockin' In Rage’, ambas reforzadas con coros atrapantes y el sonido característico del inmortal “Quadrophenia” (1973). A pesar de traer a la mesa las resonancias de su historia, “WHO” no se siente como un mero refrito del pasado, por lo que la teoría del “fanservice” queda descartada. Para no haberse visto las caras en el estudio, Daltrey y Townshend suenan compenetrados en el elegante medio tiempo ‘Beads On One String’, encontrando sus mejores momentos cuando alcanza altísimas cuotas de emocionalidad en los juegos de pregunta y respuesta. Mostrando sus destrezas individuales, ‘I'll Be Back’ exhibe a un Pete cercano, que canta a media luz y adorna la profunda tonada con armónicas, pianos y efectos de voces casi cibernéticos que la convierten en una balada exquisita. Si bien, podemos apreciar el increíble estado vocal de Roger durante todo el largo, ‘She Rocked My World’ lo destaca en una faceta atrevida, acercándose al Paul McCartney más juguetón, pero dando una vuelta de tuerca fascinante y sensual en el contexto de The Who. En los cimientos de toda esta construcción también están los nombres que complementan el trabajo de la agrupación, como el hermano de Pete, Simon Townshend, quien compuso la adorable ‘Break The News’, dándole protagonismo a las guitarras acústicas del músico de sesión Andrew Synowiec y al escurridizo bajo de un Gus Seyffert (colaborador de Roger Waters, entre otros). El desfile de invitados también es un factor a destacar cuando se trata de añadir color a puntos altos como ‘I Don't Wanna Get Wise’, que cuenta con el pulso irreverente de la baterista Carla Azar, quién ya había demostrado su vigor en “Blunderbuss” (2012) , “Lazaretto” (2014) y “Boarding House Reach” (2018) del inigualable Jack White, además de estar secundada por el órgano Hammond de Benmont Tench, quién ha prestado sus servicios a otras estrellas como Bob Dylan, Stevie Nicks o Peter Frampton, siempre en un tono reflexivo, pero de fuerza aplastante. Una de las magníficas composiciones que de seguro entrará por la puerta ancha al abultado inventario de clásicos de los ingleses. Por su parte, ‘Detour’, autohomenaje a un adolescente Roger Daltrey que tocaba música popular de baile y covers de Cliff Richard en fiestas antes de cruzar su camino con Townshend, no solo pone en la vitrina su onda mod, sino que es una materialización de lo que es el The Who actual. El espléndido Pino Palladino elabora una hábil línea en las cuatro cuerdas que encaja con el incendiario Zak Starkey tras las baquetas, ostentando una química especial en la pieza de aire sesentero, un entretenido retroceso de los relojes a una época de esplendor que encuentra su lugar en pleno siglo XXI. Lejos de la operática conceptualidad de “Endless Wine” (2006) y con una larga lista de invitados que incluye, además de los ya nombrados, a Josh Tyrrell, Rowan McIntosh, Dave Sardy, Joey Waronker, Matt Chamberlain y Gordon Giltrap, el décimo segundo escalón en la discografía de The Who, no solo es un obligado para sus seguidores, es ineludible para todo melómano que busque la frescura de una banda experimentada. En la parte final de sus memorias “Who I Am” publicadas en 2012, Townshend dice: “Vivir en el presente es una práctica espiritual fugaz, imposible con el tiempo que se retrotrae o se proyecta hacia adelante. A medida que me hago viejo, y feliz, me entra pánico. Me quedan algunos buenos años por delante”. Y tenía razón. Poco importan las ironías sobre sus ex compañeros, si ayudó a inventar el heavy metal o incluso las ganas de hacer rapear a Daltrey en ‘All This Music Must Fade’, lo cierto es que a este pez aún le quedan agallas para nadar con gracia en las corrientes musicales. Al menos en “WHO”, a la guitarra ya no le quedan cinco segundos de vida, sino que toda una eternidad para seguir creando energía como las aspas de un molino. Con mucho respeto, podemos decir que los viejos tienen la razón. Pablo Cerda Tags #The Who # TheWho # Pete Townshend # PeteTownshend # Roger Daltrey # RogerDaltrey Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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